miércoles, octubre 1, 2025
InicioOpiniónEditoresPor si hubiera alguna duda, los bomberos confirman lo que muchos sospechamos:...

Por si hubiera alguna duda, los bomberos confirman lo que muchos sospechamos: incendios provocados que buscan hacer el mayor daño posible

En un verano marcado por la intensidad de los incendios forestales en España, las declaraciones de los bomberos que combatieron las llamas en la provincia de Toledo han confirmado lo que muchos ya sospechábamos: estos fuegos no parecen accidentales, sino parte de un patrón organizado destinado a causar el mayor daño posible, especialmente en zonas cercanas a núcleos poblados. Tal y como ocurrió con las devastadoras riadas de Valencia en octubre de 2024, donde se cuestionó la gestión y se insinuaron intenciones de agravar el impacto, los incendios en Toledo revelan indicios de provocación deliberada, priorizando áreas vulnerables para amplificar el caos y las pérdidas.

Según relatan los bomberos del Consorcio Provincial de Extinción de Incendios y Salvamento (CPEIS) de Toledo en una entrevista publicada por ‘El Debate‘, el pasado 12 de agosto se desataron varios focos casi simultáneos que pusieron en jaque a los equipos de emergencia. Los incendios afectaron localidades como Torralba de Oropesa, Puente del Arzobispo, Alberche del Caudillo y Calera y Chozas. Un bombero con amplia experiencia describió la situación como «un verano bastante complejo», marcado por lluvias iniciales que favorecieron el crecimiento de vegetación, seguidas de olas de calor que facilitaron la propagación del fuego. Pero lo más alarmante fue la evidencia de intencionalidad: «Parece organizado para atacar zonas cercanas a la población», afirmó, destacando cómo los fuegos surgieron en múltiples puntos separados por distancias que hacen improbable un origen natural.

Los testimonios subrayan patrones sospechosos. Por ejemplo, en Puente del Arzobispo se detectaron dos focos a un kilómetro de distancia, algo «muy improbable» sin intervención humana. En Alberche del Caudillo, un punto recurrente de incendios, el bombero señaló: «Es un punto repetitivo, lo que refuerza la idea de que alguien lo está provocando constantemente». Las condiciones meteorológicas, con vientos fuertes y altas temperaturas, agravaron la situación, convirtiendo al viento en «nuestro peor enemigo».

Los equipos tuvieron que proteger parcelas, almacenes y ganado, mientras el fuego avanzaba rápidamente hacia áreas habitadas. A pesar de la intervención de medios aéreos durante el día, la noche complicó las operaciones, obligando a trabajar solo con recursos terrestres en terrenos de difícil acceso.Este bombero, con años de servicio, calificó este verano como «el que más hemos trabajado con diferencia», y expresó su convicción de que hay una organización detrás: «Da la sensación de que hay alguna organización detrás. Parece organizado para atacar zonas cercanas a la población. Y con el cambio de viento, la situación se complica aún más: lo que crees que está protegido puede prender de nuevo en minutos». Estos incendios no solo han quemado hectáreas de terreno, sino que han amenazado directamente la seguridad de las comunidades, recordando el modus operandi visto en otros desastres recientes en España, donde el objetivo parece ser maximizar el impacto humano y económico.

La similitud con las riadas de Valencia es inquietante. En aquel episodio, las inundaciones causaron decenas de víctimas y destrucción masiva, con acusaciones de negligencia o incluso intencionalidad en la gestión de presas y alertas, todo ello orientado a agravar el daño en zonas densamente pobladas. Ahora, en Toledo, los bomberos apuntan a un escenario similar: fuegos provocados en puntos estratégicos para forzar evacuaciones, sobrecargar recursos y generar pánico.

 

EsDiestro
Es Diestro. Opinión en Libertad
Artículo relacionados

Entradas recientes