David Lafoz Gimeno, un joven agricultor de 27 años originario de Belchite, Zaragoza, fue encontrado muerto en la madrugada del 9 de julio de 2025, en lo que múltiples fuentes y testimonios apuntan a un suicidio motivado por una insoportable presión ejercida por el aparato estatal. Lafoz, conocido por su compromiso con el sector primario y su papel como líder en las protestas agrícolas de 2024, se convirtió en un símbolo de la lucha por la supervivencia del campo español. Sin embargo, su trágica muerte ha desatado una ola de indignación y señalamientos contra lo que muchos describen como una «mafia estatal» que, a través de inspecciones desproporcionadas y sanciones económicas, habría llevado al joven a un punto de no retorno.
David Lafoz era más que un agricultor: era un defensor incansable del sector primario. Desde los 15 años, decidió dedicar su vida a trabajar la tierra en su pueblo natal, una elección poco común en un contexto donde muchos jóvenes abandonan el medio rural. Participó activamente en las manifestaciones de agricultores que tomaron las calles de España en febrero de 2024, incluyendo la icónica protesta que rodeó el palacio de La Aljafería en Zaragoza. Fue uno de los fundadores de la Asociación Aragón es Agricultura y Ganadería (AEGA), una plataforma que buscaba visibilizar las dificultades del sector y exigir políticas justas para los productores. Su compromiso no se limitó a las protestas: Lafoz fue de los primeros en acudir a Valencia tras la devastadora DANA de octubre de 2024, ayudando en la limpieza de calles e infraestructuras, y también colaboró en la recuperación de su propia comarca tras las riadas en el río Aguasvivas.
Tras su participación en las protestas de 2024, David Lafoz fue citado a declarar por la Policía Nacional en mayo de ese año, aunque quedó en libertad al igual que otros compañeros. Sin embargo, según múltiples publicaciones en la red social X y comentarios en medios, esta citación fue solo el inicio de una serie de presiones institucionales que incluyeron inspecciones exhaustivas por parte de Hacienda, Trabajo y otros organismos públicos. Estas inspecciones, según denuncias en redes sociales, resultaron en la retirada de la Política Agraria Común (PAC), multas cuantiosas y un acoso administrativo que habría devastado su economía y su estado emocional.
Usuarios en X, como @MiaBuscadora y @caminante49, han afirmado que Lafoz fue “empujado al suicidio” por un sistema que castiga a quienes alzan la voz. “Le quitaron la PAC, el Gobierno le amenazó, los medios subvencionados le criminalizaron… y lo han hundido económicamente y moralmente”, escribió @caminante49, haciéndose eco de un mensaje atribuido a Alvise Pérez. Otro usuario, @SrLiberal, describió a Lafoz como un “jovencísimo agricultor patriota represaliado por el aparato del Estado al que llevaron a una situación límite”.
Diversas publicaciones en X mencionan una supuesta nota dejada por David Lafoz antes de su muerte, en la que habría denunciado las “tropelías” cometidas por el Estado contra él. Según estas fuentes, el joven detalló cómo las inspecciones de Hacienda y Trabajo, junto con la retirada de la PAC y las multas, lo llevaron a una situación de ruina económica y desesperación emocional. Sin embargo, hasta la fecha de este artículo, no se ha hecho pública ninguna nota oficial. La ausencia de esta nota en los reportes oficiales plantea interrogantes, pero el clamor en redes sociales sugiere que Lafoz habría documentado el acoso institucional al que se enfrentaba.
Usuarios como @MiaBuscadora han exigido justicia, señalando a “políticos e inspectores criminales” como responsables de su trágico final. “No puede ser que en este país sea más fácil ser okupa y recibir una paga que luchar por el campo”, escribió, resumiendo el sentimiento de indignación que recorre las redes.
El caso de David Lafoz ha reavivado las críticas contra lo que muchos denominan una “mafia estatal”, un término usado para describir un sistema de instituciones que, en lugar de apoyar a los ciudadanos, los somete a una burocracia opresiva y sanciones desproporcionadas. En el caso de Lafoz, las denuncias apuntan a un patrón de represalias contra quienes desafían al statu quo, especialmente en un sector como el agrícola, que enfrenta crecientes dificultades económicas y regulatorias. La retirada de la PAC, un subsidio clave para los agricultores, y las inspecciones rigurosas habrían sido herramientas utilizadas para castigar su activismo.
La muerte de David Lafoz Gimeno ha conmocionado al sector agrario y a la sociedad española. Su compromiso con el campo, su solidaridad en momentos de crisis y su valentía al alzar la voz contra las injusticias lo convirtieron en un referente. Sin embargo, su trágico final pone de manifiesto las consecuencias devastadoras de un sistema que castiga a quienes luchan por su sustento.
Que su muerte no haya sido en vano y que, por lo menos, provoque el despertar de todo el mundo. Descanse En Paz.