Por Alfonso de la Vega
Es sabido que un histórico escapulario bélico de carlistas era el llamado «Detente bala» cuya misión era proteger a su portador del fuego enemigo. Se empleaba durante las tres guerras civiles borbónicas y luego por los requetés durante la guerra civil del 36. El «Detente bala» era una especie de amuleto o símbolo religioso que se llevaba en el pecho y consistía en un escapulario o placa con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y la leyenda «Detente, bala» o «Detente, el Corazón de Jesús está conmigo». Este amuleto se usaba como protección contra las balas y como seña de identidad, expresión de fe y compromiso con la causa carlista.
El pertinaz rojerío descreído lo consideraba una absurda superstición gracias a la cual la Iglesia Católica se lucraba aprovechándose de la ignorancia popular.
Sin embargo, ahora en estos tiempos posmodernos woke se ha generalizado otra forma mucho más supersticiosa de “Detente bala” utilizada no por la gente común como entonces sino por reyes, políticos socialistas de todos los colores, golfos, jaques, manolos, puteros, salteadores de contratas, comisionistas de la revolución, golpistas catalanes, racistas vascos, andaluces blasistas y otros próceres de similar catadura moral, de toda bandería, pelaje y linaje. Me refiero, como el agudo lector ya habrá adivinado a una versión secularizada y prostituida conocida como pin de la agenda 2030.
Sus efectos se han demostrado mágicos y muy potentes. Se considera una especie de patente de corso que sirve para proteger a cualquier político, bandido o golfo de las consecuencias penales de sus actos, en un “detente juez” o “detente ley” de singular eficacia demostrada. También como forma visible de identificación de la secta.
La agenda 2030 que homenajea el pin del que hacemos mérito es una nueva religión atea de carácter sincrético diabólico promovida por cierta plutocracia racial cuyo catecismo se basa en el embuste, la barbarie o el atropello de vidas y haciendas.
Nota
Se trata de una modesta aportación a la memoria histórica con sostenibilidad, resiliencia, perspectiva de género y cambio del clima climático climatizable.