En un desarrollo sorprendente que podría marcar un punto de inflexión en el conflicto entre Ucrania y Rusia, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky ha aceptado reunirse con el presidente ruso Vladimir Putin en Estambul, Turquía, el próximo jueves, 15 de mayo de 2025. La decisión, anunciada el 11 de mayo, responde a una demanda pública del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien instó a Ucrania a aceptar «inmediatamente» la propuesta de Putin para negociaciones directas destinadas a poner fin a la guerra que comenzó con la invasión rusa en febrero de 2022. Este movimiento ha generado expectativas y escepticismo en igual medida, mientras el mundo observa si estas conversaciones podrían conducir a una resolución del conflicto más mortífero en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
El anuncio de Zelensky llega tras un fin de semana de intensa actividad diplomática. El sábado 10 de mayo, los líderes de Reino Unido (Keir Starmer), Francia (Emmanuel Macron), Alemania (Friedrich Merz) y Polonia (Donald Tusk) se reunieron con Zelensky en Kiev para exigir a Rusia un alto el fuego incondicional de 30 días a partir del lunes 12 de mayo, respaldados por el enviado de Trump para Ucrania, Keith Kellogg. Los líderes europeos amenazaron con «sanciones masivas» contra los sectores energético y bancario ruso si Putin no aceptaba el cese de hostilidades.
Sin embargo, Putin respondió en la madrugada del domingo con una contrapropuesta: en lugar de un alto el fuego, sugirió reanudar las negociaciones directas entre Rusia y Ucrania en Estambul el jueves, sin condiciones previas. En un discurso televisado, Putin afirmó que estas conversaciones serían «el primer paso hacia una paz duradera» y acusó a los aliados occidentales de Ucrania de imponer «ultimátums» que obstaculizan la diplomacia. No aclaró si asistiría personalmente a la reunión, lo que ha generado dudas sobre la seriedad de su propuesta.
Horas después, Trump intervino desde su plataforma Truth Social, calificando la propuesta de Putin como una oportunidad para «terminar con el baño de sangre» y exigiendo a Zelensky que aceptara «inmediatamente». «Al menos podrán determinar si un acuerdo es posible, y si no lo es, los líderes europeos y EE.UU. sabrán dónde están las cosas», escribió Trump, añadiendo un comentario crítico: «Estoy empezando a dudar de que Ucrania llegue a un acuerdo con Putin, que está demasiado ocupado celebrando la victoria de la Segunda Guerra Mundial, ¡que no habría sido posible (ni de lejos!) sin EE.UU.! ¡TENGAN LA REUNIÓN, AHORA!»
Zelensky, que inicialmente había condicionado cualquier negociación a un alto el fuego de 30 días, reaccionó rápidamente a la presión de Trump. En una publicación en X, escribió: «Esperamos un alto el fuego completo y duradero a partir de mañana para sentar las bases de la diplomacia. No tiene sentido prolongar las matanzas. Y estaré esperando a Putin en Turquía el jueves. Personalmente. Espero que esta vez los rusos no busquen excusas».
La declaración de Zelensky, que subraya su intención de asistir en persona, eleva las apuestas diplomáticas. Sin embargo, no está claro si su participación depende de que Rusia acepte el alto el fuego propuesto para el lunes. Algunos analistas, como Sergey Radchenko de la Universidad Johns Hopkins, sugieren que la presión de Trump puso a Zelensky en una posición difícil: rechazar la reunión podría hacerlo parecer un obstáculo para la paz, especialmente ante un presidente estadounidense que controla el suministro de armas crucial para Ucrania.