jueves, mayo 8, 2025
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Las irregularidades que se produjeron en el cónclave en el que fue elegido Francisco

El cónclave para elegir un nuevo papa es un evento de gran solemnidad y rigurosidad, gobernado por normas establecidas en el derecho canónico, particularmente en la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996. Según estas normas, las votaciones se llevan a cabo en rondas matutinas y vespertinas, con un máximo de dos votaciones por sesión, lo que suma un total de cuatro votaciones diarias. Si tras tres días de votaciones no se alcanza una mayoría de dos tercios, se introduce un período de reflexión y oración antes de continuar.

En el cónclave de 2013, que siguió a la renuncia de Benedicto XVI, los cardenales comenzaron las votaciones el 12 de marzo. Según los relatos oficiales, Bergoglio fue elegido en la quinta votación del segundo día, el 13 de marzo, tras una serie de votaciones que no habían alcanzado el quórum necesario. Sin embargo, informes no confirmados y testimonios anónimos han sugerido que esta quinta votación ocurrió de manera irregular, violando las normas establecidas.

Uno de los puntos más controvertidos radica en la cuarta votación del día. Según estas versiones, otro candidato, cuyo nombre no se ha revelado públicamente, habría alcanzado la mayoría requerida de dos tercios. Sin embargo, el resultado no se consideró válido debido a la aparición de un voto en blanco adicional, lo que alteró el recuento y evitó que se declarara un papa electo. Este voto en blanco es particularmente problemático, ya que, según el procedimiento del cónclave, los votos en blanco no deberían existir. Cada cardenal elector debe depositar un voto válido, y cualquier irregularidad en el recuento debería ser resuelta inmediatamente por los scrutinii, los encargados de contar los votos.

La aparición de este voto en blanco ha sido interpretada por algunos como un intento de manipular el resultado, aunque no hay evidencia concreta que sustente esta teoría. Lo que sí es claro es que la invalidación de la cuarta votación permitió que se procediera a una quinta, en la que Bergoglio finalmente fue elegido. Este hecho ha generado preguntas sobre la transparencia del proceso y la posibilidad de que se hayan infringido las normas canónicas para garantizar un resultado específico.

Otra irregularidad señalada es la realización de una quinta votación en el mismo día, algo que contradice directamente el derecho canónico. Las normas establecen que, tras las cuatro votaciones diarias, los cardenales deben suspender el proceso hasta el día siguiente, a menos que se alcance un consenso antes de ese límite. La supuesta quinta votación, por lo tanto, habría sido una violación flagrante de las reglas, lo que pone en duda la legitimidad de la elección de Bergoglio.

Estas irregularidades no han pasado desapercibidas. Aunque la Santa Sede no ha respondido oficialmente a estas acusaciones, algunos cardenales y observadores han expresado su preocupación. En 2015, el cardenal Godfried Danneels, un estrecho aliado de Bergoglio, admitió en su autobiografía que había formado parte de un «lobby» para promover la elección de Bergoglio, lo que alimentó las especulaciones sobre maniobras detrás de escena. Sin embargo, Danneels no mencionó directamente las irregularidades en las votaciones.

Otros críticos han señalado que la elección de Bergoglio, un candidato que no estaba ampliamente considerado como papabile antes del cónclave, podría haber sido el resultado de una coalición inesperada o de presiones internas. La rapidez con la que se alcanzó el resultado, tras solo dos días de votaciones, también ha sido vista como inusual, dado que cónclaves anteriores, como el de 2005 que eligió a Benedicto XVI, requirieron más tiempo.

Las acusaciones de irregularidades en el cónclave de 2013 plantean preguntas fundamentales sobre la legitimidad del papado de Francisco. Aunque la Iglesia Católica no ha reconocido oficialmente estas irregularidades, la percepción de un proceso fallido podría erosionar la confianza en la institución. Además, el hecho de que estas acusaciones provengan de fuentes anónimas y no confirmadas ha limitado su impacto público, pero no han dejado de generar debate entre teólogos, historiadores y fieles.

El cónclave de 2013, que resultó en la elección de Jorge Mario Bergoglio como Papa Francisco, estuvo plagado de controversias debido a supuestas violaciones del derecho canónico. La realización de una quinta votación en un mismo día y la invalidación de la cuarta votación por la aparición de un voto en blanco imposible son hechos que, de confirmarse, cuestionarían la validez del proceso. Aunque la Santa Sede no respondió a estas acusaciones, las especulaciones persisten, y el caso sigue siendo un tema de interés para quienes estudian la historia y la gobernanza de la Iglesia Católica. La transparencia y la adhesión estricta a las normas canónicas son esenciales para mantener la integridad del cónclave, y cualquier desviación de estas puede tener consecuencias de largo alcance para la credibilidad de la institución.

 

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