Aunque el PSOE ha tratado de ocultarlo, en las últimas horas la noticia ha saltado a los medios. Una tal Lara Fernández-Noriega, hasta hace poco concejal de Igualdad y Cultura del PSOE en Viveiro (Lugo), fue detenida el pasado 30 de marzo junto a su pareja por un presunto delito de malos tratos mutuos, según han informado diarios locales. El incidente ocurrió a altas horas de la madrugada en el pub El Gatopardo, que ambos regentan en el municipio, durante una pelea que llevó a la intervención de la Policía Nacional.
Fernández-Noriega, actualmente en la oposición tras una moción de censura que otorgó la alcaldía al PP, y su compañero fueron trasladados a los calabozos tras el altercado. Al parecer, la exedil, muy conocida en el ambiente nocturno, había protagonizado incidentes similares en el pasado, aunque no había sido detenida previamente.
El área de Igualdad que gestionaba Fernández-Noriega está ahora a cargo de la popular Saray Ventura. El PSOE de Viveiro no ha emitido declaraciones oficiales sobre el suceso. La investigación sigue en curso, y ambos detenidos están a la espera de resolución judicial para esclarecer los hechos.
Este suceso pone en cuestión, una vez más, la coherencia entre el discurso político y las acciones personales así como la credibilidad de quienes alzan la bandera de la igualdad y los «espacios libres de violencias machistas» que tanto promueven y repiten como un loros, mientras se ven implicados en conductas que contradicen esos principios.
No es la primera vez que figuras públicas, comprometidas con causas sociales como la igualdad de género o la lucha contra la violencia, caen en contradicciones que alimentan la percepción de hipocresía. Los políticos, especialmente aquellos que ostentan cargos relacionados con la defensa de derechos, deberían estar bajo la lupa constante, y con razón: su rol exige un estándar ético elevado. Promover espacios libres de violencias desde un atril es una cosa; practicarlo en la vida diaria, otra. Cuando las acciones personales chocan con el mensaje público, el daño no solo recae en la figura implicada, sino en la confianza ciudadana hacia las instituciones y las causas que representan.
El caso de la exconcejal de Viveiro no es aislado. En los últimos meses, diversos escándalos han salpicado a líderes que, tras abogar por el feminismo y la igualdad, han sido señalados por comportamientos opuestos a sus discursos. Recordemos casos tan sonados como el de los podemitas Errejón y Monedero; el del exministro de transportes y ex mano derecha de Sánchez, José Luis Ábalos, quien presumía en un vídeo de ser feminista y no hacen más que salirle «sobrinas»; el escándalo de la detención del exdiputado y persona de confianza de Yolanda Diaz, Xosé Xabier Ron, por agresión a una menor, o el suceso protagonizado por un activista catalán, experto en violencia de género, con una camarera en México.
Nos hacemos eco,de los problemas que tuvieron Obama o Joe Biden,en su gran acercamiento hacia las niñas..algunas de éstas hayadas muertas tras extraer su adrenocromo.
Nos gustaría saber,que es lo que ha pactado Sánchez con el PCCH,y que le darán a cambio…
Aquí hay una imagen,que vale más que mil palabras:
https://www.psoe.es/el-socialista/vivimos-un-momento-complejo-y-toca-expandir-horizontes/