Por Asociación Realistas Climáticos
España está considerada un país sensible al cambio climático y buena parte de ello se debe a la creencia de que las precipitaciones están cambiando con el calentamiento, tanto en frecuencia como en intensidad. El grado de alarmismo es tan alto que la intensidad de la DANA de Valencia en octubre de 2024 ha sido achacada en buena medida al cambio climático sin tener la más mínima evidencia de ello.
Sin embargo, el calentamiento dura ya más de doscientos años, desde que terminó la Pequeña Edad de Hielo a comienzos del s. XIX, mucho antes de que nuestras emisiones de CO2 fueran significativas. Y en España hay buenos datos de precipitación como para poder dar una respuesta a la cuestión del efecto del calentamiento sobre los fenómenos de precipitación extraordinarios y sobre las sequías.
Científicos de la Universidad de Zaragoza y del CSIC acaban de publicar un artículo en la revista “International Journal of Climatology” en el que presentan el primer catálogo exhaustivo de eventos de precipitación extraordinaria en la España continental, abarcando más de un siglo de datos. A partir del banco de datos climáticos de AEMET (1951-2022) y de los libros de resúmenes anuales de observaciones (1916-1950) recientemente digitalizados, los autores, dirigidos por el profesor José Carlos González-Hidalgo, realizan un análisis exhaustivo de los eventos de precipitación extraordinaria recogidos en el catálogo a partir de los datos de 4.325 estaciones meteorológicas. Los clasifican en dos grupos, los que registran en un solo día más de 100 mm (litros por metro cuadrado) que son más de 19.000, y los muy extraordinarios, con más de 200 mm, que suman 1.130. Después, Los autores analizan la distribución espacial y temporal de estos eventos, identifican patrones estacionales y examinan su relación con diferentes tipos de circulación atmosférica. El estudio confirma el otoño como la estación con más eventos, con un pico en octubre y noviembre. Además, los eventos de más de 200 mm ocurren principalmente en el arco mediterráneo, desde Cataluña hasta Andalucía oriental. Pero el principal resultado del estudio es que no se observa un aumento significativo en la frecuencia de eventos extremos, lo que contradice las proyecciones de incremento de lluvias extremas en el contexto del cambio climático.
Número de meses con eventos diarios en los que se registraron >100 mm (izquierda) y >200 mm (derecha) en cada estación. Período 1916-2022. González-Hidalgo et al. 2025. |
Los datos del estudio del Prof. González-Hidalgo y colaboradores para España se ven refrendados por el artículo publicado el 12 de marzo en la revista Nature que estudia las precipitaciones de los últimos 150 años en 27 países del Mediterráneo y en el que participan 68 científicos. Dicho estudio está dirigido por el investigador del CSIC Sergio Vicente Serrano, coordinador del último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) que acaba de recibir el Premio Rei Jaume I 2024 en la categoría de Protección del Medio Ambiente. Dicho estudio concluye que las precipitaciones en el área mediterránea han permanecido estables durante siglo y medio, aunque con oscilaciones de un año a otro y de varias décadas. De hecho, los investigadores observan un aumento de un 8% en las precipitaciones desde 1981, coincidiendo con el calentamiento más reciente. La ARC ha podido constatar que dicho aumento también aparece reflejado en los datos de la AEMET para España. Los autores destacan que estos datos contradicen a los modelos climáticos más avanzados y la extendida opinión de que el cambio climático incrementa la sequía en el Mediterráneo.
Siglo y medio de evolución de las precipitaciones anuales en 27 países del área Mediterránea donde no se observa ninguna tendencia. Desde 1981, coincidiendo con el calentamiento reciente, se observa un incremento del 8% en las precipitaciones. Vicente-Serrano y col. 2025. |
Aunque el estudio para España de González-Hidalgo y colaboradores no incluye la DANA de Valencia, por concluir en 2022, está claro que un último evento extraordinario no puede alterar una falta de tendencia en las precipitaciones extremas de un siglo. No solo eso, sino que no se observa un cambio de tendencia en cuanto a las precipitaciones en todo el Mediterráneo en un siglo y medio. Ni las sequías ni las precipitaciones extraordinarias aumentan en España con el cambio climático, esto es lo que dicen los datos científicos. ¿Qué dicen los modelos climáticos? Científicos de la Universidad de Granada, dirigidos por la profesora Matilde García-Valdecasas Ojeda publicaron en 2020 en la revista “Science of the Total Environment” un estudio sobre los cambios futuros en las variables climáticas en la Península Ibérica para el periodo 2071-2100. Una de las principales predicciones del estudio es que el modelo climático predice una disminución drástica de las precipitaciones de hasta el 50%, llegando al 70% en el sur de la península. Curiosamente, el modelo indica que las reducciones en las precipitaciones se deberán principalmente a una disminución en las precipitaciones a gran escala. Francamente, si 150 años de cambio climático no han alterado la frecuencia de las precipitaciones de forma detectable, resulta difícil creer que 45 años más vayan a tener un efecto tan drástico. Es mucho más probable que los modelos se equivoquen o estén mal hechos.
El número de eventos anuales de precipitación diaria superior a 100 (azul) y 200 mm (rojo) para el período 1916-2022 no muestra tendencia alguna. González-Hidalgo et al. 2025. |
Si los datos no muestran cambios significativos y los modelos predicen una disminución, no un aumento, ¿cómo es posible culpar al cambio climático de haber intensificado la DANA de Valencia? El estudio del Dr. González-Hidalgo y colaboradores demuestra que la temperatura del Mediterráneo no es un factor decisivo porque, de serlo, la frecuencia de los eventos extremos estaría aumentando con la temperatura del mar.
El World Weather Attribution, una institución pseudocientífica cuyos estudios no están sujetos a revisión por pares, fue creado con el objetivo de reaccionar en pocos días a las catástrofes climáticas naturales alimentando el catastrofismo y culpando sin pruebas a las emisiones de CO2. Tan solo tres días después de la tragedia de Valencia, emitió a los medios un comunicado afirmando que las precipitaciones extraordinarias están aumentando en el sudeste de España. Este pseudoestudio se distribuyó a los medios con tanta prisa que ni siquiera contaba con los datos de la DANA de dos de las tres bases de datos utilizadas, porque no habían sido incluidos en ellas todavía. Las bases de datos que utilizaron no son exclusivamente de observaciones, sino que se mezclan con datos modelados en un proceso que se denomina reanálisis, por lo que su fiabilidad es menor y contienen errores, como se pone de manifiesto en numerosas publicaciones. El pseudoestudio concluye diciendo que «durante los últimos 75 años, las precipitaciones diarias extremas en la temporada de septiembre a diciembre en el centro y sureste de España han aumentado significativamente con el calentamiento global, aproximadamente duplicando su probabilidad y aumentando su intensidad en un 12%». Esta conclusión es completamente desmentida por el riguroso estudio de González-Hidalgo y colaboradores, que pone en evidencia las mentiras que nos cuentan en nombre de una ciencia maltratada y torturada para apoyar una crisis climática que, a la luz de los datos, no es real.
Magnífica aportación independiente
A las masas que aún siguen viendo la televisión, si un excremento les dice que hace calor aunque estemos bajo cero, se lo creen, no se puede razonar con el rebaño que aún cinco años después siguen creyendo el engaño y a mime da mucho asco cuando a estas alturas aún escucho algunas criaturas hablar de pandemia, la manda no se entera de nada porque está hipnotizada por los medios de comunicación terroristas y no quieren escuchar otra versión que lleva la contra a la televisión, esa gente ya a perdido el sentido común y la razón.