Desde hace décadas la mayor parte de los gobiernos que hemos sufrido en España han tenido una gran obsesión: la educación. Y al final, en ese asunto como en otros muchos, se ha llevado el gato al agua el PSOE. La educación es una forma de manipular a los más pequeños por parte del estado y si ese estado está dominado por un partido históricamente criminal, como el socialista, la cosa es aún más exagerada.
De la EGB pasamos a la ESO y ahí señores, con ese sistema educativo llegó la madre del cordero que estamos sufriendo ahora. Una buena parte de los que vienen de ese sistema educativo, ahora ya adultos, han estado siendo completamente abducidos desde el primer día en el que pusieron sus pies en el colegio.
¿Y qué tenemos ahora? Una sociedad manipulada políticamente. Una sociedad ideologizada. Una sociedad cobarde, tal y como se ha demostrado en los últimos años. Y sobre todo, una sociedad a la que el gobierno lleva por donde quiere y cuando quiere porque, entre otras cosas, nadie se atreve a salirse del dogma mayoritario que se imponga en la misma.
Ahora todos tenemos que ser feministas, de izquierdas, adoradores del lobby LGTBI y sobre todo muy oficialistas con todo lo que diga el gobierno de turno. Es más, con el saqueo impositivo que sufrimos en este país todavía hay gente que lo defiende y lo justifica: se considera más grave no pagar impuestos que matar a alguien.
Pero ahora, además, estamos dominados por un gobierno como el de Pedro Sánchez y la cosa ya va completamente cuesta abajo y sin frenos. Y ya a estas alturas, podemos asegurar hacia dónde nos dirigimos. Tenemos un referente claro de cuál será nuestro futuro y esto, por desgracia, ya no es ninguna hipótesis, es una realidad. Nuestro futuro inmediato es este. Pero no el de dentro de unos años, el de mañana mismo, prácticamente.