«El que no esté seguro de su memoria debe abstenerse de mentir» Michel de Montaigne.
Este martes el diario The Objective ha revelado que el comisionista Víctor de Aldama y sus socios mantuvieron varias reuniones con el actual ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, para discutir la posibilidad de establecer una refinería en las Islas Canarias. Esta información sale a la luz a pesar de que Torres había afirmado públicamente no conocer a de Aldama, lo que añade un nuevo capítulo a la ya turbulenta narrativa de corrupción y negación dentro del partido socialista y del gobierno español.
Ángel Víctor Torres, quien anteriormente fue presidente de Canarias, lleva tiempo en el ojo del huracán debido a su supuesta relación con la trama de corrupción que envuelve a de Aldama. Hasta hace poco, Torres había negado cualquier tipo de conexión personal o profesional con el empresario, una postura que ahora se ve claramente desmentida por las evidencias emergentes.
Los detalles de estas reuniones sugieren que el objetivo era establecer una infraestructura significativa como una refinería en Canarias, concretamente en la isla de Tenerife, para refinar el crudo procedente de Venezuela previamente a su comercialización. Para ello se produjeron al menos cuatro reuniones entre el ahora ministro Torres, Víctor de Aldama, su socio Rivas y el entonces asesor de Ábalos, Koldo García (el ex-portero de club que aparece en todos los ajos).
Los paralelismos con Ábalos
Este caso no es aislado. Es importante recordar el precedente con el exministro de transportes José Luis Ábalos, quien inicialmente negó haber tenido ningún tipo de contacto con de Aldama, solo para admitir más tarde que había tenido encuentros con él y su mano derecha, Koldo García. Ábalos reconoció en su declaración en el Tribunal Supremo no solo haber comido en varias ocasiones con estos individuos sino también que hubo planes para alquilar un piso al empresario en Madrid. Este patrón de negación seguido por confesiones a medias o forzosas cuando la evidencia se vuelve abrumadora es un reflejo de una práctica alarmante dentro de la administración que está llevando a un creciente rechazo de la ciudadanía hacia las figuras políticas implicadas y los políticos en general.
Esta situación también subraya la importancia de que exista una prensa libre, independiente y vigilante, que sea capaz de destapar las actividades ilícitas que ocurren detrás de puertas cerradas y que no se deje sobornar por los gobernantes de turno para ocultar la verdad.
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