Llevamos dos días directamente alucinados de cómo se nos sigue tomando por idiotas desde la prensa española. Lo único que nos sorprende en España, a estas alturas de la vida, es que en este país no existen ni libertades, ni lo que se conoce como democracia, ni mucho menos limpieza electoral.
Y ahora nos encontramos con que los «sesudos» analistas políticos y sociológicos están dándonos su versión sobre lo que ha pasado el domingo, porque no lo entienden. Suponemos que debe ser difícil para ellos hacerlo y tendrán que tirar de imaginación, como si estuvieran escribiendo una gran obra de teatro. Asunto difícil ese de mentir porque, cuando se dice la verdad no hay que pensar nada, pero cuando hay que mentir se tiene que usar mucho la imaginación y, sobre todo, la memoria, para mentir siempre de la misma forma.
Pero, ¿quién se puede creer que el presidente más rechazado de la historia de España haya conseguido aumentar en más de un millón de votos el resultado de las elecciones anteriores. Y un partido como el de Yolanda Díaz, ¿alguien se puede creer que haya sido votado por más de tres millones de personas, acercándose al resultado de un partido como Vox, que ha llenado en todos sus actos públicos?
Y la victoria del PP, ¿es posible que nadie se de cuenta de que está completamente adulterada porque una victoria de Sánchez no se la habría creído nadie? El gran damnificado de estas elecciones ha sido Vox y ahora habrá que ver si ese partido tiene el valor de empezar a denunciar, o callará por miedo.
Dejemos de ser tan ilusos y dejemos de creer a una gente que nos ha mentido incluso para convencernos de meter en nuestros cuerpos un producto experimental y dañino. Si son capaces de hacer eso, ¿qué no van a hacer en asuntos como estos?