viernes, noviembre 29, 2024
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Y mientras tanto, jugando al parchís

Mientras tenemos un gobierno que soluciona todas las muertes de Valencia con el permiso climático de cuatro días y las ayudas oficiales que para que lleguen habrá que cumplir requisitos burocráticos tan difíciles como sencillo es que Begoña Gómez haya negociado con su falsa cátedra, el lodo del gobierno aún sigue en las calles de los pueblos valencianos, con los parkings de barro hasta arriba y sin que nadie los limpie: no hay autorización, y como no dan permiso no van ni los vecinos pueden sacar la mugre, a pesar de que las aguas fecales caen hasta el fondo y no se sabe cuántos muertos estarán esperando que levanten sus almas ciudadanas.

No es una contradicción, no es una imprudencia, es un plan, dada la cabezonería de la clase política por tener oprimida a la gente en sufrimiento y la miseria sin mover un dedo y darles, al mismo tiempo, muchos “lo siento” desde los altares de los parlamentos, con la boca llena de espinas y de mentiras nauseabundas (mejor estarían calladitos o calladitas para el pueblo español). Como dice Bisbal, todo es posible en Navidad, a lo mejor nuestros padres deciden hacerse una cirugía de cerebro y  ponerse otros más útiles, porque los que tienen, contaminados de tantos virus de la agendita criminal, son un peligro para ellos mismos, no sea que acaben con los huesos en la cárcel o en lugares mucho peores.

El fango sigue cayendo y corriendo por las calles, como aquel triste 29 de octubre, en el que quedó claro que el pueblo está solo frente a los desastres (¿naturales?) y sólo se tiene a sí mismos pasa salvarse, porque ni la UME, ni ejército, ni gobiernos, ni ministros, ni parlamentos, ni sesiones tan eternas que mejor se llevan sus camas sus señorías al Congreso de Diputados, ni reyes, ni casas reales, ni sesiones de gobierno, ni comisarios de la UE (con  una estructura claramente nazi), ni pepinillos en vinagre. El pueblo, de empezar a organizarse, hace las cosas mejor que los que supuestamente les saca las castañas del fuego; llegados a este punto, es mucho mejor dejar de lado a quienes han demostrado su incapacidad, su distopía ideológica, sus derivas fascistas, fanáticas, endiosadas y su falta de sentido de responsabilidad, hagan lo que hagan y maten a quienes maten, porque, hasta en esos extremos, creen vivir en el olimpo.

Esta actitud caradura hace que todo sea un lodazal y en este punto llegamos a una situación bastante peligrosa que ningún ciudadano debería de pasar por alto, viviendo en su zona de confort premiada por el egoísmo y el falso esfuerzo por mantener una… ¿calidad de vida? Cuando somos gobernados por psicópatas, dementes, hipócritas, chulos de barrio, mafiosos, gente sin empatía a quienes el mundo les importa un pimiento, les da igual cuántos han muerto en la dana o cuántos aún no han capturado, los criminales, de serlo, matarían sin empuñar un arma, con traje y corbata y sin mancharse sus trajes, por cierto, de estreno… 

Así, mientras en los pueblos de Valencia, la gente está que echa chispas, no aguanta tanta estupidez, tanta indiferencia de quienes han sido puestos por ser excelentes psicópatas con título universitario honoris causa y gentuza que sale corriendo de la gente, como pasó con el perro de la Moncloa, porque es un cachorro puesto allí, cuyas facultades humanas pongo seriamente en duda, por su comportamiento en Paiporta (es que el pueblo da mucho miedo…)

El poder del estado no sirve para nada, sólo echa barro y más barro a los que sufren lo que hacen o a los que se quejan, como un castigo. Si los ciudadanos de estos pueblos se hubieran afiliado al PSOE, al estilo de Corea del Norte, con chapita en el pecho,  a lo mejor el gobierno habría tomado medidas más efectivas o habrían llegado mucho antes, ya que son admiradores y miembros del club de fans del número 1, pero como no es así, este sujeto premia o castiga en función de si lo alagan o no, muy propio de psicópatas narcisistas descerebrados. No hay más que escuchar sus declaraciones en el Congreso de diputados, explicando su gestión de la dana, diciendo que todo lo hizo muy requetebién, cual niño bueno, como si prestase su declaración ante un juez para defenderse (a lo mejor ya se ve en TS ante su señoría en sus sudorosos sueños nocturnos), o a los satanistas que le han dicho “dirige España para ver si la agenda 2045 funciona,  te va a ser fácil, los españoles son unos estúpidos”, porque para aguantar a un loco en la Moncloa no sé qué decir ni qué pensar…. 

No olvidemos que, al contrario que el rey Midas, lo que tocan no lo convierten en oro, ni plata, sino barro maloliente, muerte, robo, engaño, mentira, traición y mucho asco, el mismo que transmiten los medios de desinformación y bulos oficiales o medios angelicales de seres de luz caídos, según nos dicen las sagradas escrituras. Lo malo de ello es que esta capacidad mágica no es propia del PSOE, sino del PP y otros partidos, que funcionan como auténticas sectas, donde ellos se pasan la pelota como si jugaran al parchís, mientras los ciudadanos, completamente mesmerizados, los contemplan tirando los dados para ver quiénes de ellos ganan y meten las cuatro piezas o los cuatro caballos de apocalipsis en un mismo lugar.

El hecho de que, además nos vengan con el show de Lobato, el cual nos describen como pobre víctima del gran capo, de todo el folletín como si se tratase de la novela estrella de televisión espantosa (TVE) y otros que vayan saliendo de los geniales guionistas que, jugando al estilo Edward Bernays, manipulan las mentes débiles mediante el inconsciente colectivo y su simbología (todos unos maestros), provoca el necesario entretenimiento para que no veas a los muertos de sus acciones u omisiones, que podrían constituir gravísimos delitos de homicidios por imprudencia (o por dejadez…).

Ya en estas postrimerías, el fango vendría a ser una representación de la condena a muerte a la población, de los que ni forman parte de los engranajes del estado, porque, digámoslo claro, el estado está compuesto por ellos y sólo ellos y nosotros somos el pueblo, una raza aparte y más inteligente y con mucho más sentido común. 

¿No va siendo hora de dejar esto ya clarito delante de sus narices y darles de comer el barro que no limpian en los pueblos que dirigen los intelectos políticos en sus sucias mentes?

 

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