martes, octubre 22, 2024
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Perditio cum suffragio

Llegados a este punto, sin analizar las raíces de la política, tan envenenadas que pudren la misma tierra de las que se alimentan, como un bosque hecho de espinas en el que camine se ve atropellado por el engaño y trampa, donde gobierna la mentira en forma de sarcasmo y traición y es imposible limpiar el bosque de malas hierbas, pues es lo único que existe para seguir vivo, los hay, pobres ingenuos, que aún creen que la solución está en ella y en sus mafiosos mecanismos de control.

Política es igual a corrupción, robo y delitos muchos peores que pueden dañar la salud física y mental de la población. Mientras la masa infértil y sin frutos cree que sus líderes la van a sacar del desastre que se le avecina, muchos políticos engañan desde sus poltronas y medios oficiales con artificios de humo donde el ciudadano sólo puede ver su oscura sombra, el único reflejo de su cuerpo que es perceptible. Los planes ya fueron trazados y los objetivos definidos sin que nadie se enterase; ellos mismos participan en su grotesca elaboración, los derechos es lo que menos les interesan y, por ello, los nombran a cada rato de manera completamente obsesiva, cada vez más vacíos de contenido y forma.

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Las recientes noticias siguen dando forma al monstruo. No era tan malo como parecía, es mucho peor y grotesco en su aspecto de lo que muchos imaginábamos, escupiendo ya su propia bilis por la boca del veneno que corroe su alma, vendida al mejor postor. 

La política es el arte de crear el sufrimiento y la frustración, es el arte de que nos enfrentemos unos a otros y que nos saquemos los ojos en el nombre de mentiras y cuentos que nadie que tenga dos dedos de frente se puede creer, de dejarnos las armas a nuestra disposición para que nos matemos, pues les sobramos, sobre todo los que los miramos a la cara, eso que no soportan de ningún modo.

Es la manera de decorar el horror del infierno con palabras bellas e ideas sarcásticas, que sólo se creen los retrasados mentales, con flores bellas y llenas de sangre ennegrecida y perfumada. Se reúnen para decidir nuestro exterminio lento y nadie se queja de ello, es más las hordas lo celebran o guardan silencio porque se trata de que se haga de manera lenta y parsimoniosa, sin que nadie se percate.

Para ello hay que sembrar el caos, la problemática sin fin y el desorden. Allí donde haya un sufrimiento, una carencia o un mal funcionamiento, se trata de que, lejos de resolverse se complique; en muchas ocasiones se trata de no tomar ninguna decisión y dejar que la masa se siga envenenando sola, pues es lo único que sabe hacer y lo que le queda ante el mayúsculo desastre de un sistema social que más que sistema parece  una entelequia hiriente que se clava como un puñal en los corazones.

La gente vive su propio caos y, tratando de salir del mismo, se enreda aún más, hasta que, no sólo no pueda salir de él, sino que se mimetice en una sola figura, como un actor más de la destrucción que corroe la moral, la ética, la conciencia, la inteligencia y el sentido común. La idiotez y el disparate se contagian, mejor dicho, los medios de incomunicación los impulsan como un terrible virus que envenena las mentes, para que el miedo se expanda por doquier y nadie pueda reaccionar. Todo ello, mientras los que contemplan el experimento se frotan las manos dado que no es necesario introducirse ni manipular, los mismos sujetos del mismo se joden por sí solos, se sabe que el hambre, la pobreza y las falsas promesas de riqueza son perfectas para consolar y esclavizar más rápido en la gran prisión que ya ha construido.

Llevan años en este proyecto sucio envenenando las mentes, las conciencias, nuestros cuerpos y a nuestros hijos, en un plan tan sibilino que nadie parece haberse percatado de las sucias que son sus intenciones. Ellos crearon este sistema infecto y no les gusta al no serles satisfactorio. Es una fuente de incertidumbre, de accidentes (la política es el arte de generar el desorden, aunque se planifique en sentido contrario), muchas personas abren sus ojos y se percatan de que quien defiende verdaderamente al ser humano no sale en la foto ni recibe subvenciones de los estados, auténticas cajas compradas por las hordas del mal. Los hay que creen que internándose o creando un partido político, que, con el tiempo se asemeja más a una mafia que a cualquier otra cosa, se va a dar la vuelta a la tortilla, otros creen que volviendo a los viejos ideales de la izquierda, ésa que los Rothschild y los masones crearon a su antojo como un cuento para tontos, imponiendo igualdades e ideales irrealizables, la masa va a ser dócil y va aceptar estas ideologías diseñadas para quienes están en un psiquiátrico,  y, los hay que, a pesar de estar en contra del salvajismo más cruento, creen que la situación no es tan grave como para mirar al cielo y darse cuenta de lo que nos puede venir.

Están desesperados, desean echar abajo el chiringuito, los que están en ellos les molestan y el juego se está acabando, la cuenta atrás resuena con cada norma dictatorial, con cada imposición fascista, con cada privación de derechos a la ciudadanía a una vida digna. Tic tac, tic tac, el reloj resuena en Naciones Unidas, en el parlamento europeo, en el Club Bilderberg, en la casa blanca, en la Reserva Federal, en el pentágono y los palacios distritales. Lo próximo será la unión de la ciudadanía, en la mayor mentira de la historia, para atacar a Rusia por la espalda, porque si algo describe a estos seres es su desmedida ambición para no morir y saben, perfectamente, que tienen los años contados y que no hay mucho tiempo antes de que caigan. Los primeros cascotes de su sistema postbélico de 1945 ya se están desmoronando y, antes de que los maten, han de hacer algo. 

No pudieron convencernos hasta el momento, incluso con sus malas artes, pero eso los convierte en seres mucho más peligrosos si cabe.

Habremos de aprender a vivir sin ellos, nos esperar nada a cambio ni tan siquiera de una mirada de inmerecido respeto y actuar para conseguir que paguen con su karma, todo ello sin mover ni un gatillo. Y que sea la justicia, terrenal o divina la que los juzgue. Mientras los problemas se acrecientan como los enanos en las puertas de la Moncloa. ¿Es un signo de ello?

 

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1 COMENTARIO

  1. La democracia representativa de partidos jerárquicos con listas cerradas es una trampa tan magistral, impuesta por los banqueros usureros en el s XIX, que aún no nos hemos dado cuenta. tropezamos una y mil veces en la misma piedra porque han logrado que en lugar de pensar por nosotros mismos demos por bueno el presunto pensamiento de unos líderes que en última instancia son títeres-actores-sicarios de esos banqueros usureros.
    Todos los políticos al infierno: de derechas, izquierdas o independentistas, todos, al infierno igual que los periodistas que también son títeres-sicarios desinformadores de esos inefables dueños del dinero

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