Las personas mayores son el objetivo más fácil para muchos delincuentes y estafadores que no tienen escrúpulos en aprovecharse de su indefensión. Pero si encima el estafador es un familiar cercano de la víctima, es que ya no se puede se más miserable y caer más bajo.
Esto que les vamos a contar ha ocurrido en Zaragoza. Un anciano de 86 años de edad que se encontraba enfermo de Parkinson, depositó su confianza en su sobrina (hija de su hermano) a la que llegó a nombrar heredera única en su testamento y le otorgó además un poder notarial general un par de años antes de ser ingresado en una residencia de ancianos. Una vez ingresó en el centro, el anciano, que figuraba como titular único en su cuenta bancaria, le confió también su tarjeta asociada a la misma.
La sobrina, aprovechándose de la debilidad del anciano y de la confianza que éste le había conferido, procedió a realizar numerosas de extracciones de dinero con la tarjeta bancaria a través del cajero automático. Todo ello sin el conocimiento ni el consentimiento de su tío. La sujeta en cuestión realizó más de 50 reintegros, en tan solo un mes. cuyo importe total rozaba los 23.000 euros. Pero no contenta con eso, valiéndose del poder notarial que le había otorgado el señor, realizó una transferencia de 108.000 euros desde la cuenta donde su tío figuraba como único titular a la cuenta de otra entidad que la sobrina compartía con su tío.
Seguidamente se dispuso a realizar varios traspasos desde la cuenta compartida (donde llegaron los 108.000 euros) a una cuenta abierta en esa misma oficina bancaria donde ella figuraba sola como titular por importe de 87.500 euros.
El anciano, una vez tuvo conocimiento del asunto, revocó el poder notarial que le había otorgado a la susodicha y ésta, cuando se enteró de dicha revocación, se presentó en numerosas ocasiones, alguna de ellas en horas intempestivas, a ver a su tío pese a que él no quería mantener absolutamente ningún contacto con ella. Además, ya se había acordado mediante un Auto judicial la prohibición de aproximación y comunicación de la sujeta con su familiar.
Finalmente la sobrina ha sido condenada a un año y medio de prisión por estafar y coaccionar a su tío. Y además el tribunal le obliga a devolver 38.000 euros más a su tío, a parte de los 92.000 euros que ya le fueron reintegrados tras la interposición de la querella que realizó el anciano en su día en un juzgado.
Destacar que, según el informe de un médico forense: «el anciano, que padece enfermedad de Parkinson desde hace tiempo, presenta un deterioro cognitivo leve, siendo influenciable, lo que le confiere desprotección por ser fácilmente víctima de engaño.»
Este caso que, lamentablemente se repite en innumerables ocasiones, muestra la vulnerabilidad de las personas mayores y la falta de vigilancia y protección que necesitan.
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Eso son los familiares colaterales…que tienen ya más poder de decisión que los directos,y así va España.
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Si sale en la TV,es mentira!,las imágenes de la supuesta destrucción de la base del Mossad,son falsas,se trata de la explosión de una fabrica en China.