domingo, noviembre 23, 2025
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Resumen del libro de 1935 del Dr. Diego Ruiz que acertó plenamente en los pronósticos de lo que ahora estamos padeciendo (incluye PDF con el libro completo)

Por Alex Díaz

El libro de Diego Ruiz es básicamente un gran alegato contra la vacunación y contra la  medicina alopática impuesta en Europa y Estados Unidos. La medicina ha avanzado  tanto que ahora en 2025 todo el mundo está enfermo, este libro presentado como si  fuera un “proceso judicial” en 1935 contra Jenner, Pasteur, los médicos y el Estado.  Más que un tratado médico, es un esclarecedor análisis del engaño y la eugenesia  impuesta en la medicina moderna, escrito con mucha ironía y rabia. Resumo sus ideas  principales. 

  • El libro como “acto de acusación”  

Ruiz presenta su obra como un acto de acusación  

Vacunar sería, en su lenguaje, “asesinar”, porque introduce sustancias putrefactas y  peligrosas en un organismo sano.  

Dejarse vacunar sería “suicidarse”, porque el individuo permitiría voluntariamente esa  agresión.  

No se limita a decir que la vacuna es inútil: la carga de tono es muy fuerte. Para él, la  vacunación no es un error técnico, sino un crimen moral, sanitario y social.  

El libro se construye como una especie de *juicio simbólico* contra Edward Jenner, al  que presenta como origen de un gran engaño.  

Pasteur «él químico» y la medicina pasteuriana, que habrían consagrado el mito del  microbio y de la vacuna ya que lo único que hizo fue observar en un rudimentario  microscopio a los bomberos en un incendio, culpando a los bomberos ignorantemente  del incendio.  

La clase médica, a la que acusa de brujos con bata blanca y a el Estado y la burguesía de  la época, que imponen la vacunación como instrumento de control.  

Ruiz insiste en que su intención no es solo hablar de viruela, sino desenmascarar la  lógica mental que, según él, permite aceptar la vacunación: una mezcla de miedo,  superstición moderna y comodidad intelectual.  

Contexto histórico, viruela y decadencia de la medicina. Una parte importante del libro  se dedica a situar la vacunación dentro de un contexto histórico.  

La viruela se presenta como una enfermedad que, según Ruiz, ya mostraba tendencia a  disminuir por razones de higiene, mejora de las condiciones de vida y cambios sociales,  antes de la vacunación sistemática.  

Critica las estadísticas oficiales que atribuyen a la vacuna la disminución de la  mortalidad. Según él los números han sido manipulados o interpretados de forma  interesada. No se tienen en cuenta factores como la salubridad, la alimentación, el  hacinamiento o el saneamiento de las ciudades. Señala que, allí donde se introducen 

campañas masivas de vacunación, no desaparecen los brotes, y a veces se registran  grandes epidemias en poblaciones intensamente vacunadas.  

Ofrece datos estadísticos reales como estos:  

PAISES ANTIJENNERIANOS, POCA VIRUELA:  

PAISES JENNERIANOS, MUCHISIMA  

A todos los argumentos en apoyo de la Inutilidad de la Vacuna, socorren los  números, siempre que la Aritmética no sea dirigida. Del Comité de Sanidad de la Liga  de Naciones, en su 12.• sesión, nos llegan estos datos:  

Muertes por viruela por millón de habitantes:  

Inglaterra… … … … 0´46  

España … … … … 63´70  

 Italia … … … … 101´10  

Portugal … … … … 386,00  

  • A partir de esto construye una tesis:  

La medicina oficial ha secuestrado el mérito de los avances higiénicos y sociales,  atribuyéndolos a la vacuna, cuando en realidad serían fruto del progreso general de la  civilización. Este contexto le sirve para decir que la medicina no es una ciencia neutral,  sino una institución atravesada por intereses, prestigios y dogmas.  

Crítica radical a la medicina “al revés”  

Ruiz no ataca solo la vacuna; ataca la idea misma de medicina tal como la ve en 1935.  Define la medicina oficial como una ciencia al revés.  

En lugar de comprender la enfermedad, la combate ciegamente.  

En lugar de acompañar los procesos naturales del organismo, *los violenta* con drogas,  sueros y vacunas.  

En lugar de estudiar a fondo las causas profundas, se obsesiona con síntomas y  microbios.  

Para él, la enfermedad es muchas veces una especie de proceso depurativo o corrector  de la vida, un intento del organismo de restablecer un equilibrio. Intervenir sin entender  ese proceso sería como apagar la luz de un indicador de avería sin reparar la máquina.O  como matar el mensajero en lugar de leer el mensaje.  

En este marco, la vacunación es el ejemplo extremo de esa medicina invertida: Se  inyecta una sustancia patógena o tóxica en un cuerpo sano. Se provoca deliberadamente 

una “mini enfermedad” ficticia, esperando con ello protección futura. Todo ello se  apoya más en una creencia que en un razonamiento  

Contempla la vacunación como superstición moderna y “magia blanca”. Una de las  ideas más fuertes del libro es que la vacunación no es realmente ciencia, sino  *superstición vestida de ciencia*.  

Ruiz compara la vacuna con:  

*Ritos mágicos de antiguos pueblos.  

* Sacrificios, talismanes y amuletos.  

* Cultos religiosos donde se depositan esperanzas en un gesto ritual.  

Solo que ahora el mago se llama “doctor” y viste bata en lugar de túnica. El enfermo, o  el sano asustado, busca:  

* Seguridad rápida*.  

* Un gesto sencillo (“ponme la inyección y ya estoy protegido”).  

* Delegar toda responsabilidad en una autoridad.  

En esta óptica, la vacunación funciona como:  

* Una *religión laica* del progreso.  

* Un dogma incuestionable: quien duda es tachado de irracional o peligroso.  * Un rito de pertenencia a la sociedad moderna: “los buenos ciudadanos se vacunan”.  

Ruiz insiste en que el miedo a la enfermedad y la muerte es un motor poderosísimo:  * La vacuna explota ese miedo, prometiendo inmunidad.  

* La gente prefiere creer a examinar críticamente los hechos.  

* Así, la vacunación se sostiene sobre una *fe casi mística* en la autoridad médica. 

  1. Dimensión moral y jurídica: crimen, asesinato y suicidio A partir de ahí desarrolla la  parte ética y “jurídica” de su acusación.  

Para el médico y el Estado  

Según Ruiz:  

* El médico que vacuna *agrede un cuerpo sano*.  

* Si el acto provoca daño, enfermedad o muerte (directa o diferida), hay una  responsabilidad moral y casi penal*.  

* El Estado que obliga o presiona a vacunar comete una forma de *violencia  institucionalizada*, porque:  

 * Impone un riesgo sin consentimiento libre e informado.  

 * Se apropia del cuerpo de los ciudadanos en nombre de un supuesto bien común.    

Para el individuo:  

Dejarse vacunar es, en su lenguaje, *un suicidio en diferido*:  

* No necesariamente una muerte inmediata, pero sí la aceptación consciente de un acto  que degrada o pone en peligro la vida.  

* Especialmente grave le parece el caso de los *niños*, que no pueden decidir y son  entregados a la aguja por sus padres.  

Por eso habla de:  

* “Vacunar es asesinar”.  

* “Dejarse vacunar es suicidarse”.  

* Y atribuye a la clase médica y a los poderes públicos el papel de *coautores*.  

Más allá de la literalidad de esas expresiones que algunos podrán considerar muy  exageradas, pero con la perspectiva del tiempo y viendo lo que han hecho en 2021 con  las vacunas para la mayor estafa sanitaria de la historia (COVID-19) la historia se  repite, en países como España el exceso de muertes es aterrador, podemos hablar de un  mínimo de 20000 personas asesinadas o eutanasiadas forzosamente por año, y ya no  hablar de los cientos de miles de casos de miocarditis, síndrome de Guillen Barré, turbo 

cáncer o una epidemia de infartos en niños nunca vista en la historia actualmente, con  los que Diego Ruiz no se equivocó en una coma con este libro y las conclusiones a las  que llegó.  

Diego Ruiz consideraba la vacunación como una *violación grave de la ética del  cuidado* y de la responsabilidad personal sobre el propio cuerpo.  

  • Argumentos biológicos: enfermedad, microbio y terreno. Ruiz discute también (tal y  como es la corriente actual de la medicina integrativa) cuestiones más biológicas y  patológicas:  

 *Cuestiona el papel exclusivo del microbio* como causa de enfermedad:  

 * Para él, el microbio es más bien un indicador, un acompañante del proceso enfermizo,  no la causa única ni principal.  

 * Cree que el “terreno” (el estado general del organismo, su fuerza, su higiene, su  equilibrio vital) es lo decisivo.  

Diego Ruiz descubrió que la vacunación provocaba esto:  

 * Deteriora el terreno.  

 * Introduce sustancias putrefactas o nocivas que envenenan la sangre.  

 * Puede provocar enfermedades crónicas, degeneración, sensibilidad neurológica,  autoinmunes etc. ¿Os suena en la actualidad? ¡Qué casualidad!  

Diego Ruiz Ironizaba con el juego de palabras “mucho virus y poco vir”:  

 * Sugiere que la obsesión con el virus es síntoma de una *decadencia de la vitalidad*,  del carácter, del valor.  

 * Se pierde fuerza interior (vir, virilidad, energía) mientras se gana en obsesión por el  microbio.  

En definitiva, su visión de la biología es *vitalista y anti-microbiana*:   * Lo esencial es la fuerza vital y la higiene natural. 

 * El microbio y la vacuna son, en el mejor de los casos, secundarios; en el peor,  peligrosos.  

Dimensión social y política: burguesía, intereses y conformismo  

El libro no se queda en la ciencia: se mete de lleno en lo social.  

Ruiz sostiene que la vacunación se mantiene por:  

 * Intereses económicos* de médicos, laboratorios y burocracias sanitarias.   * El conservadurismo de la *pequeña burguesía* (“petits bourgeois”):   * Prefiere el orden y la obediencia a la verdad incómoda.  

 * Se aferra a creencias oficiales por miedo al conflicto.  

 * La *pereza intelectual* del ciudadano medio:  

 * No quiere estudiar, ni dudar, ni tomar decisiones difíciles.  

 * Le basta con que “lo diga el médico” o “lo mande el gobierno”.  

Desde este punto de vista, la *campaña contra la vacunación* es para él:  * Una «batalla por la lógica y la moral públicas».  

* Una escuela de pensamiento crítico:  

 * Aprender a desconfiar de las cifras oficiales si no se entienden.  

 * Dudar del experto cuando sus argumentos se apoyan en falacias o autoridad desnuda.  

 * No delegar ciegamente el cuidado de la salud en instituciones que, según él, no se han  ganado esa confianza.  

Presenta el *antivacunismo* como una forma de entrenamiento mental para no dejarse  manipular por retóricas semejantes en otros campos (político, económico, religioso).  

* Psicología del “delirio” vacunista  

Otra línea central del libro es el análisis psicológico del “vacunista”. 

Ruiz describe una especie de delirio lúcido. Una mente aparentemente razonable, culta,  con títulos universitarios, pero que, al tratar ciertos temas (como la vacunación),  *abandona la lógica* y se mueve por:  

 * Miedo.  

 * Vanidad profesional.  

 * Interés.  

 * Inercia.  

La vacunación se vuelve así un síntoma mental, es como una sociedad que prefiere  rituales tranquilizadores a procesos de comprensión profunda. El signo de una  mentalidad artificiosa que confunde:  

 * Estadística con verdad.  

 * Autoridad con razón.  

 * Tecnología con sabiduría.  

Ruiz afirma que su libro es, sobre todo, un manual para diagnosticar ese tipo de  pensamiento:  

* Desenredar sus sofismas.  

* Ver las contradicciones internas.  

* Identificar la mezcla de ciencia y superstición que lo sostiene.  

Hacia el final: llamada al despertar y a la rebelión. Al concluir, el autor no propone una  reforma suave, sino casi una *insurrección intelectual y moral:  

* La humanidad, dice, *no estará sana* mientras acepte dócilmente prácticas que él  considera aberrantes.  

La campaña contra la vacunación no terminará hasta que:  

 * La gente se atreva a pensar con rigor. 

 * Se rompa el hechizo del prestigio médico-oficial.  

 * Se sustituya el culto a la aguja por una auténtica cultura de la higiene, la vida sana y  la responsabilidad personal.  

Su horizonte no es tanto un programa técnico detallado, sino una transformación de la  conciencia:  

* Menos fe pasiva, más examen crítico.  

* Menos miedo manejado desde arriba, más valentía para asumir la propia vida.  

* Menos medicina “al revés”, más comprensión de la enfermedad como proceso  significativo.  

  • En términos simbólicos, el libro se presenta como una especie de toque de alarma:  Este es un libro para enseñar a diagnosticar el delirio de hechiceros universitarios bajo  la apariencia de lógica médica, viene a decir. Y la vacunación, dentro de ese esquema,  es el *ejemplo más claro, el paradigma* que le permite ilustrar cómo, según él, la razón  puede ser secuestrada por una combinación de miedo, interés y costumbre.  

—  

Cierre: sentido general del libro  

Si condensamos todo en una idea global, el libro de Diego Ruiz viene a sostener que:  

  1. La *vacunación contra la viruela* no fue el gran triunfo científico que proclama la  historia oficial, sino un error institucionalizado.  
  2. Ese error se mantiene por una trama de intereses, temores y supersticiones modernas.  3. Aceptar sin crítica la vacunación implica:  

 * Ceder la soberanía sobre el propio cuerpo.  

 * Colaborar con un sistema que él considera inmoral.  

  1. Oponerse a la vacunación, para el autor, no es solo una opción sanitaria, sino un *acto  de lucidez y dignidad* frente a la mentira organizada. 

Todo esto está escrito con un tono combativo, irónico, inflamado, más cercano al  ensayo polémico, que podrán entender las personas que no se cuestionan el dogma  científico actual como un ataque a sus creencias, pero la realidad es que Diego Ruiz  acertó de pleno en su análisis, desmontando la actual y aberrante sanidad que antepone  los beneficios económicos y los intereses como arma de guerra del sistema sanitario  sobre la población como el que nos toca soportar en la actualidad.  

El uso de las vacunas siempre ha sido eugenésico o como inductor de enfermedades  para crear futuros clientes de la mafia farmacéutica. El actual estado genocida que ha  tomado por la fuerza continentes como el europeo en la actualidad, se ha sacado la  careta y confirma al 100 % después de 90 años lo que sabiamente Diego Ruiz descubrió  por su cuenta, la información que no tenía en ese momento, es el de los verdaderos  titiriteros que se escondían detrás del telón de la industria de las vacunas, como no, la  familia de banqueros Rockefeller copropietarios de la ONU o NWO. Fueron los que  cambiaron los planes de estudio de las universidades de la época para crear un ejército  de matasanos.  

Las vacunas COVID son un arma biológica en donde la CIA y el estado profundo de los  innombrables seguramente están detrás del envenenamiento de una gran parte de la  población de continentes como el europeo, la industria farmacéutica, la banca y el  complejo industrial militar controlado por el sanedrin alubio, son los que están detrás de  toda esta aberración, que si lo piensas de forma lógica, no pueden ser humanos, tanta  maldad escapa a la lógica humana, como lo vemos en la actualidad.  

El texto entero es, en el fondo, una advertencia al futuro: usar la vacunación como  espejo donde, según él, se refleja la *enfermedad intelectual y moral* de su tiempo.

LIBRO COMPLETO

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