Una publicación viral en X (antes Twitter) ha revivido una de las historias médicas más conmovedoras del siglo XX: el «Abrazo de Rescate» de las gemelas prematuras Kyrie y Brielle Jackson. Compartida por la cuenta @Thebestfigen, el post acumula más de 6 millones de visualizaciones. Esta historia, ocurrida en 1995, demuestra el poder del contacto piel con piel en la supervivencia de prematuros.
En 1995, en un hospital de Massachusetts, las gemelas Kyrie y Brielle nacieron 12 semanas antes de tiempo, luchando por sus vidas en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN). Kyrie se fortalecía gradualmente, pero Brielle empeoraba hora a hora: su corazón latía irregularmente, su respiración fallaba y los médicos preparaban a la familia para lo peor. Siguiendo un instinto por encima del protocolo, una enfermera colocó a las dos bebés en el mismo incubadora, tocándose, piel con piel.
A nurse placed the healthy baby next to her dying twin sister… and what happened next truly revolutionized medicine.
In 1995, at a Massachusetts hospital, two premature twins, Kyrie and Brielle, were fighting for their lives. Kyrie was gradually getting stronger… but her… pic.twitter.com/Y8iWz1YYBN
— The Best (@Thebestfigen) November 18, 2025
Lo que siguió en los siguientes días fue un milagro: los monitores mostraron cambios inmediatos. La respiración de Brielle se estabilizó, su saturación de oxígeno subió y su cuerpo revivió. Kyrie extendió su diminuto brazo alrededor de su hermana, en un gesto que dejó sin palabras al personal médico.
Este «abrazo suspendido», como lo describe el post, no solo salvó a Brielle, sino que revolucionó el cuidado de gemelos prematuros. El contacto simple entre las hermanas, unidas incluso antes del nacimiento, demostró que los milagros no siempre son sobrenaturales, sino que residen en el calor de un ser querido.
Las gemelas Kyrie y Brielle Jackson nacieron el 17 de octubre de 1995 en el Massachusetts Memorial Hospital de Worcester, cada una pesando poco más de 900 gramos. Kyrie prosperaba, pero Brielle sufría episodios de cianosis (piel azulada por falta de oxígeno), llanto constante y signos de fallo respiratorio. El 12 de noviembre, la enfermera Gayle Kasparian, inspirada en prácticas europeas, violó el protocolo hospitalario al unirlas en una sola incubadora. Inmediatamente, Brielle se acurrucó contra Kyrie, quien extendió su brazo protectoramente. Sus niveles de oxígeno subieron del 80% al 96%, su color rosado regresó y el llanto cesó. Ambas fueron dadas de alta en diciembre y crecieron sanas.
Esta anécdota, documentada en medios como Life y Reader’s Digest, impulsó la adopción del «cuidado canguro» (piel con piel) y el co-bedding (compartir incubadora) en UCIS de todo el mundo, especialmente en EE.UU., donde antes se priorizaba el aislamiento. Estudios posteriores confirmaron beneficios como ciclos de sueño más estables, menos apneas y mayor ganancia de peso en gemelos juntos.
Hoy, Kyrie y Brielle, de 30 años, llevan vidas plenas en Massachusetts. Su historia, que comenzó como un acto de coraje de una enfermera, ha salvado innumerables vidas al promover el contacto humano en neonatología. Como resume el post, el verdadero milagro radica en la conexión. En un mundo de protocolos rígidos, este «abrazo suspendido» recuerda que la empatía puede curar donde la ciencia sola titubea.

