En un nuevo capítulo de tensiones transatlánticas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha escalado sus críticas contra España por no comprometerse a aumentar su gasto en Defensa al 5% del PIB, tal como acordó la OTAN en su cumbre de La Haya en junio de 2025. Durante una rueda de prensa en la Casa Blanca el 14 de octubre, junto al presidente argentino Javier Milei, Trump calificó la postura del Gobierno español de Pedro Sánchez como «increíblemente irrespetuosa» con la Alianza Atlántica y amenazó con imponer «un castigo comercial mediante aranceles». Esta no es la primera vez que Trump recurre a tales tácticas; ya en julio y septiembre había advertido de «graves consecuencias» y hasta de duplicar aranceles si Madrid no cumplía.
La declaración llega apenas un día después de que Trump y Sánchez se dieran la mano en una cumbre en Egipto para firmar un pacto de cese al fuego en Gaza, donde el mandatario estadounidense había elogiado públicamente al líder español por su «trabajo fantástico». Sin embargo, el tono ha cambiado drásticamente, reflejando las fricciones persistentes en materia de seguridad colectiva.
El problema se remonta a la cumbre de la OTAN en La Haya, celebrada en junio de 2025. Allí, los 32 miembros de la Alianza aprobaron por unanimidad elevar el umbral de gasto en Defensa del 2% al 5% del PIB para 2035, con el objetivo de fortalecer la disuasión frente a amenazas como Rusia y China. Trump, quien ha hecho de la «carga justa» un mantra desde su primer mandato, impulsó esta medida como una forma de obligar a los aliados europeos a «pagar su parte».
España, bajo el liderazgo de Sánchez, fue el único país que se desmarcó del compromiso numérico. En vísperas de la cumbre, el presidente español envió una carta al secretario general de la OTAN, Mark Rutte (ex primer ministro neerlandés), expresando la «imposibilidad» de asumir ese umbral debido a las presiones presupuestarias internas. Sánchez argumentó que el 2,1% del PIB —al que España ya ha llegado mediante partidas extrapresupuestarias— es suficiente para cumplir los Objetivos de Capacidades Militares (OCM), aprobados por los ministros de Defensa el 5 de junio.
Rutte concedió una excepción de última hora a España, permitiendo que dedique el porcentaje que considere necesario siempre que cumpla los OCM. Sin embargo, esto no calmó a Trump, quien en la cumbre ironizó: «Si Sánchez puede hacerlo con el 2,1%, es un genio», y amenazó: «Vamos a hacer que paguen el doble».
Desde entonces, las críticas han sido constantes. En julio, el Gobierno estadounidense advirtió de «graves consecuencias» si España no alcanzaba el 5%, y en septiembre, Trump la comparó con un «país BRICS» por su bajo desembolso —1,24% del PIB en 2024, unos 17.200 millones de euros—.
El 7 de octubre, durante una reunión con el presidente finlandés Alexander Stubb, Trump fue más allá y propuso explícitamente la «expulsión» de España de la OTAN: «Es el único que se niega a pagar. Francamente, quizás deberían expulsarlos». Aunque el Tratado del Atlántico Norte solo permite salidas voluntarias —no expulsiones forzosas—, esta retórica ha generado alarma en Bruselas y capitales europeas, temiendo una erosión de la cohesión aliada en medio de la guerra en Ucrania.
El 14 de octubre, Trump moderó el tono sobre la expulsión pero revivió la amenaza arancelaria: «Estoy muy descontento con España. Todos los demás países de la OTAN lo aumentaron al 5%, y España lo está haciendo muy bien a nuestra costa. Creo que es increíblemente irrespetuoso, y deberían ser castigados por ello». Añadió que podría imponer aranceles «por lo que hicieron», calificándolo de «falta de respeto a la OTAN».
Estas palabras se produjeron ante el embajador estadounidense ante la OTAN, Matthew Whitaker, quien en Bruselas insistió en que «no hay excepciones ni salvedades» al acuerdo de La Haya.
El Gobierno de Sánchez ha respondido con «máxima tranquilidad». Fuentes oficiales destacan que España es un «miembro de pleno derecho y comprometido» con la OTAN, y que cumple los OCM «tanto como Estados Unidos». Sánchez ha enfatizado que elevar el gasto al 5% requeriría unos 80.000 millones de euros anuales —casi la mitad de la factura de pensiones—, lo que obligaría, según ellos, a recortes en sanidad, educación y el estado de bienestar. «Ahorraríamos 350.000 millones hasta 2032 si nos mantenemos en el 2,1%», argumentó en junio.
Madrid resalta sus contribuciones no monetarias: bases militares estadounidenses en Rota y Morón (donde trabajan miles de soldados de EE.UU.), y compras significativas de armamento norteamericano con el aumento actual del gasto. Además, España ha enviado tropas a misiones clave y lidera en adopción de IA generativa para defensa, según el Banco Europeo de Inversiones.
Rutte respaldó esta flexibilidad: «Hay desacuerdo en que crean que pueden alcanzar los objetivos con el 2,1%, pero la OTAN dice que hace falta el 3,5% solo para defensa pura». Países como Francia y Alemania han expresado dudas similares, llamando a equilibrar defensa y bienestar social.