La ejecutiva nacional de Junts per Catalunya (JxCat) ha aprobado este lunes por unanimidad la ruptura de los acuerdos con el PSOE y el Gobierno de Pedro Sánchez. La decisión, impulsada por el líder del partido y expresidente catalán Carles Puigdemont, pone fin a la alianza forjada en 2023 para facilitar la investidura del presidente del Gobierno. Aunque la medida debe ser refrendada por la militancia en una consulta prevista para el miércoles y jueves, marca un punto de inflexión en la legislatura, dejando al Ejecutivo en minoría y abriendo interrogantes sobre el futuro de las políticas clave, como los Presupuestos Generales del Estado.
La reunión de la cúpula independentista, celebrada en Perpiñán (Francia) durante más de tres horas, culminó con una comparecencia pública de Puigdemont a las 17:00 horas, donde detalló los motivos de la fractura. Este anuncio coincide simbólicamente con el octavo aniversario de la declaración unilateral de independencia en el Parlamento de Catalua el 27 de octubre de 2017, un guiño histórico que no pasó desapercibido en el discurso del prófugo belga.
La relación entre Junts y el PSOE se selló en noviembre de 2023 en Bruselas, cuando los siete diputados de la formación se abstuvieron en la segunda votación de investidura de Sánchez a cambio de avances en la agenda catalana. Entre las promesas clave figuraban:
- La tramitación de la Ley de Amnistía para los líderes del procés, que ya está en vigor pero enfrenta bloqueos judiciales que impiden el regreso de Puigdemont a España.
- La delegación de competencias en inmigración a la Generalitat, frenada por el voto en contra de Podemos en el Congreso, que la tildó de «racista».
- La oficialidad del catalán en la Unión Europea, aún pendiente.
- La publicación de las balanzas fiscales y el impulso a un modelo de financiación singular para Cataluña, similar al concierto económico vasco.
- Inversiones pendientes en infraestructuras como Rodalies y vivienda, no ejecutadas en los Presupuestos anteriores.
Además, se creó una mesa de diálogo en Suiza con mediación internacional, que Junts considera el único compromiso mínimamente cumplido, aunque las reuniones mensuales no han avanzado en el «conflicto catalán». Puigdemont ha denunciado que, a mitad de legislatura, el Gobierno ha priorizado el «tacticismo del poder» sobre estos acuerdos, lo que ha erosionado la confianza mutua.
Esta tensión se agudizó en las últimas semanas. El pasado miércoles, la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, lanzó un órdago al afirmar que había llegado «la hora del cambio». En agosto, Puigdemont ya advirtió de «cosas que pasarían en otoño» si no se cumplían las promesas. Factores externos, como encuestas que muestran a Junts perdiendo terreno frente a Aliança Catalana, han precipitado la decisión. Fuentes internas señalan que romper con Sánchez busca «soltar lastre» de cara a futuras elecciones.
La ejecutiva extraordinaria, presidida por Puigdemont y con la presencia de figuras clave como Nogueras y el secretario general Jordi Turull, se celebró en un ‘coworking’ a las afueras de Perpiñán desde las 9:00 horas. Tras exponer su propuesta, el líder independentista obtuvo el respaldo unánime de los cerca de 50 miembros presentes. La decisión implica:
- Suspensión inmediata de los contactos en la mesa de Suiza.
- Retirada del apoyo parlamentario activo al Gobierno, aunque Junts se reserva votar a favor de iniciativas puntuales que beneficien a Cataluña.
- No se contempla una moción de censura contra Sánchez, descartada por su potencial perjuicio electoral. Sin embargo, queda en el aire si apoyarían una hipotética impulsada por PP y Vox.
El martes, el Consell Nacional —máximo órgano entre congresos— avalará la ejecutiva, y la militancia validará la ruptura en una consulta telemática. Fuentes de Junts dan por hecho que las bases ratificarán la decisión, dada la frustración acumulada.
A las 17:00 horas, Puigdemont ha comparecido ante la prensa en Perpiñán para desgranar la resolución. Con un tono firme el expresidente catalán declaraba: «No estamos dispuestos a ayudar a un Gobierno que no ayude a Cataluña. Nuestro proyecto político no tiene por vocación la estabilidad española». Acusó al PSOE de «reírse de nosotros» y de no tener «voluntad para cumplir el acuerdo de Bruselas», afirmando que «lo que no se ha cumplido estos dos años es difícil que se cumpla en unas semanas».
Puigdemont enfatizó que «se acabó la confianza suficiente y, de hecho, la desconfianza mutua es la misma». Anunció que Junts pasará a la oposición y no negociará los Presupuestos de 2026: «Podrá tener poder, pero no podrá gobernar». Pidió al PSOE que «reflexione y responda de qué manera piensa continuar en el Gobierno», dejando la puerta entreabierta a contactos informales, pero sin compromisos estables.

