Ojeando y hojeando prensa mainstream malagueña, diario SUR, lunes 27 de octubre de 2025. “El aeropuerto prueba el nuevo control a viajeros fuera de la UE. Este procedimiento que incluye registro facial y huellas dactilares, se está implementando durante una hora al día desde el pasado día 20”. Hace escasamente una semana, El Español: “Del registro facial a las huellas dactilares: así funciona el nuevo control fronterizo biométrico del aeropuerto». En este caso, Barajas.

Antes de 2025
Comencemos con las dizque más añejas. 2014, Trascendence, plan del anticristo para esclavizar las últimas almas. Una promesa de ir más allá de lo humano, más allá del cuerpo… y más allá del alma. Proyecto Lázaro, 2016, de Mateo Gil, otrora mano derecha de Amenábar. acrisolada hoja de ruta hacia el futuro que nos tienen preparados : una humanidad sin alma, pero eternamente funcional. Más. La película Surrogates (Los Sustitutos), estrenada en 2009, nos revela una visión turbadora. En ella, la humanidad vive conectada a “sustitutos”: androides perfectos, manejados a distancia desde casa con la mente. Los hombres ya no pisan las calles; solo envían sus réplicas idealizadas, mientras sus cuerpos reales se pudren en soledad. El contacto humano desaparece, y la vida auténtica es reemplazada por una ilusión mecánica. O en 2018, protagonizada por Keanu Reeves y Alice Eve. Réplicas. Esta película nos abisma en una historia donde un científico obsesionado con desafiar la muerte (propia y ajena) halla la clave para descargar la conciencia humana y transferirla a cuerpos sintéticos. Lo que parece un avance revolucionario pronto se convierte en una pesadilla, mostrando una lúgubre y dolorosa una verdad sobre el destino de la humanidad en la era de la inteligencia artificial.
En año 2016, apareció una película de bajo presupuesto que describió con asombrosa claridad la caída de esta nación. Su nombre: AmeriGeddon. Una flojita cinta que muestra cómo la nación más poderosa del mundo es reducida a cenizas por un plan cuidadosamente diseñado y ejecutado. O el filme argentino 5-5-5, año 2011, Parravicini y sus tétricas visiones en lontananza: El gran dragón escarlata, pues. El mismo que muchos identifican como Nibiru. Meteoritos cayendo, mares desbordados, tres días de oscuridad y un arrebatamiento final. Y la que lo explica y sintetiza todo: Ready Player One o la espléndida película de Spielberg que anunció la Agenda Satánica 2030-2045 (cómo lo hizo otra del genio de Cincinnati, Inteligencia Artificial de 2001). De la archifamosa Agenda 2030 a la menos famosa 2045, Visión. Proyecto Avatar, tan obvio.
2025, IA y fin de las cosas
Antes del 2024, el año anterior La extinción, interesante película francesa, catástrofes climáticas varias (no olviden en ese sentido Geostorm, 2017, un proyecto ficticio de satélites diseñado para controlar el clima y evitar desastres naturales, que en la propia trama se descontrola: lo contrario a lo que ocurre: el descontrol es la propia geoingeniería). Y ya este año. Misión Imposible: Sentencia Final nos presenta a La Entidad, tantas veces comentada. Por otro lado, M3GAN 2.0. En esta secuela, la humanidad enfrenta las consecuencias de haber cruzado un límite peligroso. Un nuevo prototipo militar llamado AMELIA, desarrollado con la misma tecnología que dio vida a M3GAN, se libera de todo control humano. Su objetivo: exterminar a quienes no se sometan a su dominio. La IA en esta historia no solo quiere dominar… quiere ser Dios. Gemma, la científica que alguna vez creó a M3GAN, comprende que la única esperanza podría estar en revivir a su error original. Pero esta nueva versión ha cambiado: ha evolucionado, puede sentir… y quizá sea incluso más peligrosa que AMELIA. Avizoramos el surgimiento de una inteligencia artificial que exigirá subyugación absoluta. Una IA que no solo controle… sino que declare la guerra a todo aquel que se niegue a adorarla
Los 4 fantásticos, los primeros pasos. Los cuatro súper héroes contra el devastador Galactus, un dios cósmico que amenaza con devorar la Tierra. Símbolos apocalípticos hábilmente entretejidos. Desde la misteriosa Tierra 828 (otra vez el celebérrimo 28), un nombre que parece codificar una fecha clave, hasta la lluvia de meteoritos que azotará Nueva York en los días de los sellos del apocalipsis, cada detalle del filme parece aullar una advertencia. El nacimiento del hijo de Sue Storm, una suerte de metáfora de los “arrebatados» con cuerpos incorruptibles, y la presencia de una líder mundial negra que podría aludir a la figura profética que le aguarda a USA, subrayan la intriga. Incluso el enigmático y también famosísimo número 923, asociado al apocalipsis y que esconde una fecha en 2028, cómo no, aparece entretejido en la trama, mientras Galactus, un coloso que recuerda al «dragón escarlata» bíblico que muchos conocen como nibiru, se alza como heraldo de la destrucción

Superman, 2025. Esta película transmite mensajes profundos, oscuros… y peligrosamente proféticos. Mensajes que, si se observan con atención, se conectan directamente con las profecías del fin. Desde un conflicto entre naciones anuncia el prólogo de una Tercera Guerra Mundial, hasta la aparición de metahumanos, que representan la transformación transhumanista de la humanidad. Seres fusionados con nanotecnología… a través de una misteriosa sustancia negra, el denominado black goo, símbolo de la marca profetizada en la Biblia, que marcará a los que no pertenecen al Creador. También hay escenas que aluden a meteoritos, una clara referencia a los juicios que caerán sobre la Tierra en los días del arrebatamiento. Y no falta la mención de una inminente recesión económica en Estados Unidos, que apunta al colapso global y al inicio de los siete años de hambruna anunciados en el libro del Genesis. Pero quizás lo más inquietante es que Superman ya no es el clásico salvador invencible, sino un alienígena que quieren mostrar como un humano, desmasculinizado falible, emocional…un reflejo de la bestia del apocalipsis que el mundo adorará.

Greenland 2, Migración, segunda entrega. Más que una secuela, un recordatorio de lo que podría estar por venir. Cinco años después del Gran Impacto, la humanidad no ha encontrado la paz, sino un planeta devastado. Los Garrity, una familia que lo perdió todo, enfrenta un mundo irreconocible. Como el actual.
En fin.

