jueves, octubre 16, 2025
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El futbolista Marcos Llorente responde a los que le critican y se burlan de él: «Si te molesta…»

En un mundo donde las redes sociales amplifican cada gesto de los famosos, el futbolista del Atlético de Madrid, Marcos Llorente, ha decidido pasar del silencio a la acción. Tras semanas de memes, burlas y críticas por sus hábitos de vida —entre ellos, el uso de gafas con cristales amarillos y rojos—, el internacional español ha publicado un comunicado en Instagram que no deja lugar a dudas. Lejos de retractarse, Llorente defiende su rutina con argumentos basados en lo que él llama «biología pura», y lanza un dardo directo a sus detractores: «Si te molesta, es biología, discútelo con ella». Este mensaje, emitido el 15 de octubre, llega en un momento álgido para el jugador, que regresa a la titularidad colchonera tras su paso por la concentración de la selección española, donde sus gafas se convirtieron en el centro de todas las miradas.

El revuelo comenzó durante la última convocatoria de la Selección Española, cuando un vídeo compartido por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) mostró a Llorente explicando sus rutinas diarias. En él, el madrileño de 30 años detallaba cómo evita las gafas de sol al aire libre —»Los rayos del sol te tienen que dar en los ojos y en la piel, sin nada que lo interfiera»—, pero recurre a lentes amarillas en interiores durante el día y a cristales rojos por la noche. Estas confesiones, sumadas a otros hábitos como caminar descalzo en invierno o usar luces rojas en casa, desataron una tormenta en redes. Usuarios lo tildaron de «biohacker excéntrico» o peor, mientras que expertos en oftalmología cuestionaban la base científica de sus prácticas. Pero Llorente, conocido por su disciplina férrea —lleva 26 partidos consecutivos jugando todos los minutos con el Atlético—, no ha tardado en contraatacar.

En su post de Instagram, Llorente arranca con un tono sereno pero firme: «Quiero aclarar el tema de las gafas porque veo mucha gente que no entendió nada… o quizás nunca lo hará. Y está bien. No todos están listos para cuestionar lo que les enseñaron. Si no te interesa tu salud, puedes seguir deslizando». El jugador no busca convencer a nadie, pero detalla su rutina con precisión quirúrgica, enfatizando que no se trata de una moda pasajera, sino de una necesidad en un mundo dominado por la luz artificial.

 

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El núcleo de su defensa radica en la protección de la melatonina, la hormona del sueño que, según explica Llorente, es clave para la salud general e incluso para prevenir enfermedades graves como el cáncer. «Protejo mi biología. Porque la luz azul, fuera de su contexto natural (el día), es un tóxico», explica. Pone ejemplos cotidianos: «Si le das una señal equivocada como una pantalla a las 10 de la noche o un foco LED blanco mientras cenas, el cuerpo responde mal. Punto. No hay debate ahí». Para él, estas gafas no son un capricho estético, sino herramientas para contrarrestar los estragos de la modernidad: «Usar gafas que filtran la luz artificial no es una moda biohacker. Es una necesidad si vives atrapado en ambientes modernos, lejos del sol, rodeado de pantallas y luces LED».

El cierre del mensaje es un abrazo virtual con un toque de ironía: «Un abrazo a todos». El post, que acumula miles de interacciones en horas, ha polarizado opiniones: mientras algunos lo aplauden por promover el autocuidado, otros lo ven como un ejemplo de pseudociencia amplificada por su fama.

Llorente ha sido claro al diferenciar el uso de cada tipo de gafas, siempre enmarcado en su filosofía de alinearse con los ritmos circadianos del cuerpo humano. Vamos al grano:

  • Gafas amarillas (durante el día, en interiores): Estas lentes especiales filtran la luz azul emitida por pantallas, lámparas LED y luces fluorescentes, que predominan en oficinas, hoteles y hogares modernos. Según el futbolista, la luz azul artificial durante el día engaña al cuerpo, suprimiendo la producción de melatonina y alterando el equilibrio hormonal. «Yo utilizo gafas con cristales amarillos (especiales) durante el día cuando estoy en interiores», detalla. Su objetivo: mantener la alerta diurna sin el «ruido» tóxico de la tecnología, permitiendo que el sol natural —al que defiende como fuente primordial de vitamina D— sea el único regulador verdadero. Llorente insiste: al aire libre, nunca usa gafas; la exposición directa al sol es sagrada para su rendimiento físico y mental.
  • Gafas rojas (por la noche, expuesto a luces artificiales): Aquí entra el turno de la melatonina en su máxima expresión. Las lentes rojas bloquean casi por completo la luz azul, permitiendo que solo pase el espectro rojo e infrarrojo. «Por la noche, si salgo o estoy expuesto a luces artificiales, uso gafas con cristales rojos», explica. ¿El motivo? La luz azul nocturna —de móviles, TVs o farolas— inhibe la secreción de melatonina, lo que no solo arruina el sueño, sino que, a largo plazo, aumenta el riesgo de problemas inmunológicos y cáncer. Llorente lo vincula directamente: «La melatonina es un potente antioxidante y su déficit está ligado a enfermedades crónicas». Complementa esto con luces rojas en casa, simulando un atardecer natural para «meter ese rojo e infrarrojo en la habitación».

Estos hábitos forman parte de un ecosistema más amplio en la vida de Llorente: dieta paleolítica (sin procesados, lácteos ni cereales), fotobiomodulación con luz roja para potenciar la energía celular, y grounding (caminar descalzo para conectar con la tierra). Todo ello, asegura, le ha permitido una racha invicta en el campo y una recuperación óptima de lesiones.

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