En los últimos días, Indonesia ha sido escenario de intensas protestas que han dejado un saldo de al menos siete muertos, cientos de heridos y varios edificios gubernamentales incendiados. La chispa que encendió estas manifestaciones fue la decisión de los legisladores de aumentar sus salarios en medio de una crisis económica, una medida que ha generado una ola de indignación entre la población.
Las protestas comenzaron tras el anuncio de nuevos beneficios para los miembros del parlamento, que incluyen un subsidio mensual de vivienda de 3.000 dólares, un aumento en la asignación de arroz de 10 millones a 12 millones de rupias, y un incremento en la asignación de combustible de 5 millones a 7 millones de rupias. Esta decisión fue percibida como un insulto por una ciudadanía que se enfrenta a dificultades económicas, exacerbadas por medidas de austeridad gubernamentales y un contexto de corrupción generalizada.
En Indonesia los legisladores decidieron subirse el sueldo en el medio de una crisis economica.
Al dia siguiente la gente prendió fuego el Congreso. pic.twitter.com/G2N5sK5GJb— Pregonero (@PregoneroL) September 2, 2025
La situación se agravó cuando un conductor de motocicleta de reparto de 21 años fue atropellado y matado por una unidad élite de la policía en Yakarta, lo que desató una escalada de violencia. Los disturbios se extendieron rápidamente a varias ciudades, incluyendo Gorontalo, Bandung, Palembang, Banjarmasin, Yogyakarta y Makassar, donde edificios de parlamentos regionales y sedes de la policía fueron incendiados.
El presidente Prabowo Subianto, frente a la magnitud de las protestas, canceló un viaje planeado a China, mientras que los edificios de los parlamentos regionales en West Nusa Tenggara, Pekalongan y Cirebon también fueron objetivo de los manifestantes. Las protestas no solo reflejan el descontento por el aumento salarial, sino también frustraciones más amplias con las políticas gubernamentales, incluyendo medidas de austeridad, corrupción y favoritismo hacia conglomerados y el sector militar, como lo han señalado grupos estudiantiles como Gejayan Memanggil.