Por David Azañón (Subinspector 87713)
Intento no escribir pero no puedo dejar de hacerlo viendo lo que sucede en España gracias a D. Javier Villacorta que me brinda la oportunidad de alzar la voz cuando me plazca.
Hoy hemos perdido a tres compatriotas más, desafortunadamente.
Es irrelevante que sean Policías Nacionales o que no lo sean pues las pérdidas por suicidios son todas iguales, DEP el Subinspector, de 48 años, de la Comisaría de Distrito de Arganzuela, DEP el Policía, de 50 años, en la Comisaría Provincial de Jaén y DEP otro compañero más de Las Palmas de las antaño Islas Afortunadas, hoy islas invadidas, que se encontraba en Conducciones y Custodias.
España ha pasado de 3.910 suicidios (2014) a 4.116 (2023) y a un uso récord de psicofármacos, con ansiedad y depresión al frente de los diagnósticos siendo los hombres los que se suicidan en el 74% de los casos, cosas del patriarcado…
El problema se da entre mayores de edad y menores gracias a la Agenda 2030 que no hace sino cumplir con el objetivo de reducir la población y claro cuando estás muerto no sufres a pesar de que – como afirma el Dr. Manuel Sans Segarra en su libro – La supraconciencia existe.
Mientras los 350 caudillos y sus acólitos alcanzan cifras máximas en la recaudación vía impuestos directos e indirectos, lo cual es un latrocinio si se observa los más que deficientes servicios de que disponen los españoles, también aumentan los suicidios en adolescentes. Qué se podía esperar si los adolescentes carecen de la necesaria corrección de sus padres eliminado del Código Civil por los 350 globalistas y sus acólitos, qué se podía esperar si cada vez se consumen más drogas y a más tierna edad, qué se podía esperar si Marruecos nos domina con el tráfico de drogas y con la inmigración ilegal. Qué se podía esperar si la educación es lamentable, donde lo importante es decir “compañeros y compañeras”, donde nadie sabe escribir correctamente, ni si quiera hacer una raíz cuadrada, donde no se enseña a hablar en español en varias regiones de España, donde no se enseñan valores, ni respeto, pero tampoco se enseña a defenderse, sólo enseñan a ser chivatos, como los zotes que salían a las ocho de la tarde a celebrar su oligofrenia funcional. Qué se podía esperar si no existiendo ni un servicio decente en la Seguridad Social – ni de psiquiatría, ni psicología –, sufragamos con más de tres mil euros al mes a inmigrantes ilegales y con más de cuatro mil e inmigrantes ilegales menores de edad.
Para nuestros enemigos de la Agenda 2030 lo importante son los radares y sus furcias que ponen freno, pero freno a las libertades, especialmente a la libertad de información y de prensa, lo importante es hacer controles de alcoholemia y recaudar, y no la seguridad ciudadana, la Sanidad o la Educación o la protección de nuestras fronteras. Tu para subir a un avión eres tratado como un terrorista y otros llegan ilegalmente como les place y les dan una paga para gastos, alojamiento, manutención, algunos incluso violan y no entran en prisión, o en un centro de reforma de menores en régimen cerrado.
Cuando una persona no pasa una buena racha, su entorno debe permanecer alerta y percibir que algo no va bien, las personas no se suicidan de la noche a la mañana sino que van dando avisos, vía depresión, ansiedad, desesperación y un largo etcétera. Las familias y los amigos son la última protección ante esta lacra del suicidio. Todos debemos entonar el mea culpa pues muchas veces percibimos esas señales de alerta y en no pocas ocasiones hacemos caso omiso profiriendo excusas como “estoy muy liado”, “que cada palo aguante su vela”, “no me da la vida”, etc. pero luego vienen los madres mías y las lamentaciones. Todos debemos sacar tiempo para esas personas de nuestro entorno que pasan una mala racha y estar pendientes de su evolución, de la misma manera debemos pedir lo mismo a cambio si nos encontramos en una mala racha, reciprocidad.
En el caso de la Policía Nacional debo advertir a todos sus agentes que se apliquen lo anteriormente expuesto y sobre todo que no acudan jamás, bajo ningún concepto, a los Servicios Médicos de la Policía Nacional, son el enemigo.
Es vox populí que el que fue Jefe del Área de Sanidad de la Jefatura Superior de Policía de Madrid está sometido a un procedimiento penal por acoso sexual en la Audiencia Provincial de Madrid cosa que yo denuncié de viva voz a mis superiores quienes hicieron mutis por el foro. Eso sin contar con cosas como expedir un certificado de baja médica a la ex jefe de los GAC de Madrid (los zetas o radiopatrullas) firmando como médico de ADESLAS siendo simultáneamente Jefe del Área de Sanidad de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, lo cual es, a todas luces, una incompatibilidad. Y cómo no, en connivencia con su subordinado, otro que dice llamarse médico pero que para mi no lo es, quien expidió el alta administrativa de la citada responsable de los radiopatrullas de Madrid, viendo el nombre de su jefe en el sello de la baja médica con ADESLAS. Conste que ADESLAS aquí no es culpable de nada. Este “médico” se llevó el bofetón de algún Policía Nacional que harto de abusos se plantó. Te saludo hermano.
Eso sin contar con las numerosas altas forzosas de dudosa justificación facultativa pues he visto a muchos, especialmente a muchas, llorar de dolor, cojear, no poder mover el cuello tras accidentes o lesiones, algunos en acto de servicio, con vehículos oficiales siniestro total. Y con esto no digo que no se deba perseguir a los que abusan de las bajas médicas, todo lo contrario.
Ya acabo, no es ideología sino supervivencia y toma muchas formas, una es el suicidio, descansen en paz los tres compatriotas que decidieron marcharse.