domingo, agosto 10, 2025
InicioOpiniónColaboradoresIncendio en la mezquita de Córdoba

Incendio en la mezquita de Córdoba

Por Alfonso de la Vega

Se ha producido un incendio en una de las mayores joyas del arte islámico en todo el mundo y desde luego en España, aunque alterada parcialmente en el siglo XVI para construir una adocenada catedral, híbrida de estilos gótico y renacentista con decoración barroca. Se trata de la Gran Mezquita de Córdoba. Afortunadamente parece que ni habría habido intencionalidad criminal ni los daños son muy grandes. Gracias a la actuación de los bomberos el incendio fue sofocado pronto, por lo que habría solo que lamentar el derrumbamiento del techo de una capilla utilizada como almacén. La cosa por su posible falta de previsión recuerda lo del célebre artículo de Mariano de Cavia acerca del fingido incendio del museo del Prado. O lo del robo del Códice Calixtino compostelano que mostraría que no se protege el patrimonio artístico como se debiera.

La Gran Mezquita cordobesa viene siendo objeto de polémica en los últimos tiempos. Pero las cuestiones materiales o políticas no debieran distraernos de lo que es lo principal: el ámbito espiritual del templo, más allá de consideraciones teológicas o incluso estéticas. El templo es un espacio sagrado de disposición jerarquizada, ligado también a un tiempo sagrado, diferente del que trascurre extramuros del mismo. Un verdadero templo tradicional funciona como una especie de artefacto espiritual que nos facilita el contacto con lo numinoso y nos sirve para elevar la conciencia mediante un conjunto de fenómenos más o menos objetivos. Así la satisfacción de los sentidos gracias a disfrute del Arte sagrado. Suelen estar situados en determinados lugares geográficos asociados a condiciones energéticas especiales. Es notable que los mismos sitios suelan servir de base a diferentes y sucesivos cultos una vez arrumbado el anterior. 

También es ese el caso de la mezquita cordobesa. La teología cambia y explica las cosas de lo numinoso a su manera, los fenómenos espirituales permanecen. El actual templo ecléctico cordobés ha experimentado diversas peripecias a lo largo de los siglos tanto en lo que se refiere a disposición original, ampliaciones, modificaciones, advocación religiosa y estilos artísticos. Las sucesivas ampliaciones musulmanas se realizaban añadiendo nuevas áreas mediante la repetición de los mismos elementos arquitectónicos. La forma o idea del templo de Abderramán I no se veía sensiblemente alterada con las nuevas columnas que se expandían como un precioso bosque encantado de mármol. Desde el siglo XVI ha perdido la unidad mahometana al erigirse una catedral concebida como gótica y finalizada como renacentista en su interior y decoración barroca, desfigurando tanto la planta como el alzado de la antigua Gran Mezquita. Vista desde el exterior, la bóveda de la catedral recuerda una verruga que le hubiera salido al antiguo templo mahometano, rompiendo la coherencia de su belleza y unidad arquitectónicas y su línea de horizonte.

La Mezquita inicial de Abderramán I fue edificada transformando un primitivo templo cristiano, la catedral de San Vicente, que fue expropiado mediante el pago de 100.000 dinares y la facultad de construir otros templos cristianos en sustitución del expropiado. Cuenta el marqués de Lozoya siguiendo a Gómez Moreno que la transformación pudo hacerse de modo muy rápido. Los arquitectos musulmanes desmontaron las cinco naves primitivas cristianas orientadas al Este y distribuyeron sus materiales en once naves orientadas hacia la quibla (el Sur), en vez de hacia la Meca. Ahora bien, surgió el problema de la cubierta que ya no podía seguir siendo de tipo basilical con la central más alta que las laterales. Se solucionó mediante tejadillos a dos vertientes para cada una de las naves cuyas arquerías debían soportar los canales de desagüe, como si fueran una especie de acueductos. Hubo que hacer acopio de columnas, pues no bastaban las recicladas procedentes de los viejos edificios romanos o visigóticos.

Todos los emires ampliaban o modificaban la Mezquita. Hixen I hizo construir un espacio especial para las mujeres además de un minarete.  Abderramán II realizó una ampliación en dirección de la quibla, derribando el primitivo muro Sur. Mohamed I construyó y se reservó para sí una especie de iconostasis bizantina junto a la quibla. El primer califa, Abderramán III, construyó un magnífico minarete que fuera modelo para la Giralda sevillana. Y el segundo califa, Alhaquen II, la que se considera parte más importante de la mezquita: Nueva ampliación hacia el Sur, derribando el muro anterior. Nuevo y bello mihrab, magníficas cúpulas como la de la hoy conocida como capilla de Villaviciosa, que para algunos autores constituiría un precedente de las bóvedas de crucería, sin olvidar la de la mezquita toledana del Cristo de la Luz o la Iglesia templaria de la Vera Cruz en Segovia. A la propia belleza arquitectónica se une la decorativa en la que destacan los mosaicos bizantinos para cuya ejecución vino un artífice desde Constantinopla. Almanzor también hizo su ampliación. Esta vez ya no hacia el Sur debido a la proximidad del río Guadalquivir sino hacía el Este, por lo que, en consecuencia, el mihrab quedaría descentrado. La Mezquita de Córdoba ocupa 22.250 m2, uno de los mayores monumentos religiosos del mundo en superficie.

Fernando III tomó la ciudad. En tiempos de su hijo, Alfonso X el Sabio, se habilitó una iglesia cristiana orientada al Este, reformada en el siglo XIV, aunque con el buen gusto e inteligencia de que no desentonase en el plano estético del maravilloso recinto como sucedería más tarde con la catedral del siglo XVI. El obispo Alonso Manrique determinó en 1521 que se elevase un crucero y coro en el centro de la mezquita. Se produjo la correspondiente polémica zanjada al principio por el emperador a favor del insensible obispo aunque luego Carlos V se horrorizaría de la fechoría estética perpetrada: Yo no sabía que era esto, pues no hubiera permitido que se llegase a lo antiguo, porque hacéis lo que puede haber en otras partes y habéis deshecho lo que era singular en el mundo.  

La forma o disposición del templo ha variado según las instituciones espirituales o confesiones religiosas a lo largo de la Historia, en lugares y edades. Unas veces servía de residencia o morada a un Dios. Así los templos egipcios y griegos. Otras de escenario de rituales o sistemas simbólicos en acción. Los templos de la antigüedad clásica eran la morada del dios o de la diosa en cuyo honor se habían erigido. A veces estos templos paganos también han sido reciclados o transformados por el Cristianismo: así por ejemplo, el grandioso templo dedicado a Atenea en Siracusa fue reconvertido en pintoresca catedral barroca. Las mezquitas tienen su parte más sagrada el mihrab dirigido a La Meca, excepto precisamente la de Córdoba que lo está al Sur, un rasgo de la relativa autonomía político, cultural y religiosa del califato cordobés o quizás de respeto a las propias necesidades o condicionantes constructivos del precioso templo cordobés. Preciosa manifestación de Geometría al servicio del Arte, puede entenderse como centro espiritual dedicado a la búsqueda de lo Absoluto a través de la Belleza como resplandor de la Verdad y lo que debieran ser sus corolarios, la paz, la tolerancia o el respeto mutuo. 

Ojalá sigamos disfrutando de la Gran Mezquita de Córdoba, joya estética y espiritual de nuestro patrimonio cultural, magnífico espacio sagrado y de un tiempo simbólico dedicado a la búsqueda y goce del Espíritu.

EsDiestro
Es Diestro. Opinión en Libertad
Artículo relacionados

Entradas recientes