Por la Asociación de Realistas Climáticos
El Departamento de Energía de los Estados Unidos ha publicado en su página web el borrador del informe elaborado por el Grupo de Trabajo sobre el Clima, titulado «Una revisión crítica de los impactos de las emisiones de gases de efecto invernadero en el clima de los Estados Unidos». El informe constituye la justificación científica a la decisión de la Agencia de Protección Medioambiental estadounidense (EPA) de rescindir la norma de 2009 que establecía que las emisiones de CO2 son una amenaza para la salud pública.
El informe revisa la evidencia científica y el grado de incertidumbre sobre cómo las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero han afectado, o afectarán, al clima, a los fenómenos meteorológicos extremos y a determinados indicadores del bienestar social. Estas emisiones están aumentando el CO2 atmosférico, y una parte de ellas persiste durante siglos.
El informe destaca en su resumen ejecutivo que las concentraciones elevadas de CO2 potencian directamente el crecimiento de las plantas, lo que contribuye al «reverdecimiento» global y al aumento de la productividad agrícola. También reducen la alcalinidad de los océanos (menor pH), lo que puede dañar los arrecifes de coral, aunque la reciente recuperación de la Gran Barrera de Coral sugiere lo contrario.
El CO2 también actúa como gas de efecto invernadero, ejerciendo una influencia calentadora sobre el clima. Las proyecciones sobre el cambio climático dependen de los escenarios de emisiones futuras. Las pruebas sugieren que los escenarios más utilizados han exagerado las tendencias de emisiones observadas y futuras.
Los modelos climáticos globales ofrecen una orientación limitada sobre la respuesta del clima al aumento de CO2. El calentamiento superficial previsto por la duplicación del CO2 oscila entre 1,8 °C y 5,7 °C, aunque los enfoques basados en datos arrojan estimaciones más bajas y más precisas. Los modelos suelen exagerar el calentamiento reciente, especialmente en la superficie y en la troposfera baja y media. La combinación de modelos excesivamente sensibles y escenarios de emisiones extremos e inverosímiles da lugar a proyecciones exageradas del calentamiento futuro.
Según el informe, la mayoría de los fenómenos meteorológicos extremos no muestran tendencias significativas a largo plazo. Los datos históricos no respaldan las afirmaciones sobre el aumento de la frecuencia o la intensidad de los huracanes, los tornados, las inundaciones o las sequías. Las prácticas de gestión forestal a menudo se pasan por alto al evaluar los cambios en la actividad de los incendios forestales. El nivel del mar global ha aumentado unos 20 cm desde 1900, pero predominan las variaciones regionales, debidas principalmente al hundimiento local del terreno. Los datos de los mareógrafos no muestran una aceleración clara más allá de la tasa histórica.
La atribución del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos a las emisiones de CO2 de origen humano se complica por la variabilidad natural, las limitaciones de los datos y las deficiencias de los modelos. La actividad solar puede haber contribuido más al calentamiento de finales del siglo XX de lo que se estima habitualmente. Existe incertidumbre sobre el papel que hayan podido tener las erupciones volcánicas, particularmente la erupción submarina de Hunga Tonga de 2022, sobre el clima.
Los modelos y la experiencia histórica sugieren que el calentamiento inducido por el CO2 puede ser menos perjudicial para la economía de lo que se suele suponer, y que las políticas de mitigación agresivas podrían causar más daño que beneficio. Las estimaciones del coste social del carbono son muy sensibles a las hipótesis y ofrecen una visión independiente limitada.
El informe señala que las políticas climáticas tendrán un impacto directo insignificante en el clima mundial, y que cualquier efecto se manifestará solo en un futuro lejano.
El informe ha sido elaborado por el Grupo de Trabajo sobre el Clima 2025, un grupo de cinco científicos independientes reunidos por el secretario de Energía de los Estados Unidos, Chris Wright, con experiencia diversa en ciencias físicas, economía, ciencias climáticas e investigación académica. Los autores son los doctores: John Christy, Judith Curry, Steven Koonin, Ross McKitrick y Roy Spencer. El Departamento de Energía ha Abierto un plazo de 30 días para comentar el informe.
La importancia de este informe es tremenda, porque es la primera vez que el gobierno de una nación desarrollada publica un informe que, reconociendo el cambio climático que está teniendo lugar, cuestiona la existencia de una crisis climática, abriendo un muy necesario debate público al respecto.