jueves, julio 24, 2025
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Muere Ozzy Osbourne, líder de Black Sabbath, a los 76 años de edad entre rumores sobre un supuesto pacto para acudir a la la organización suiza Dignitas

El mundo de la música ha perdido a una de sus figuras más emblemáticas este 22 de julio, ya que John Michael «Ozzy» Osbourne, líder de Black Sabbath y pionero del heavy metal, fallecía a los 76 años en Birmingham, Inglaterra. Conocido como el «Príncipe de las Tinieblas», Osbourne dejó un legado imborrable en la música y la cultura popular, tanto por su trabajo con Black Sabbath como por su exitosa carrera en solitario y su incursión en la telerrealidad con The Osbournes. Su muerte, ocurrida apenas 17 días después de su concierto de despedida, ha conmocionado a fanáticos y colegas, quienes ahora reflexionan sobre las circunstancias que rodearon su fallecimiento y su lucha contra problemas de salud en sus últimos años.

El contexto de su muerteOzzy Osbourne murió en la mañana del día 22 de julio, en su ciudad natal de Birmingham, rodeado de su familia, según un comunicado oficial emitido por su esposa Sharon y sus hijos Aimee, Kelly, Jack y Louis: «Con más tristeza de la que las palabras pueden expresar, debemos informar que nuestro amado Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de amor. Pedimos que se respete la privacidad de nuestra familia en este momento». Aunque la familia no especificó la causa exacta de su muerte, Osbourne había enfrentado serios problemas de salud durante años, incluyendo una forma de parkinsonismo (Parkin 2), una condición genética con síntomas similares al Parkinson, exacerbada por su historial de abuso de drogas y alcohol.

La muerte de Osbourne se produjo menos de tres semanas después de su última actuación en el concierto Back to the Beginning el 5 de julio, en el estadio Villa Park de Birmingham. Este evento, que reunió a la formación original de Black Sabbath —Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward— por primera vez en 20 años, fue anunciado como su despedida definitiva de los escenarios. Debido a su enfermedad, que le impedía caminar y estar de pie, Osbourne actuó sentado en un trono adornado con murciélagos, frente a más de 40.000 espectadores y una audiencia en streaming de 5,8 millones. El concierto, que incluyó actuaciones de bandas como Metallica, Guns N’ Roses y Slayer, fue descrito como un «funeral glorioso» por algunos fans en redes sociales, destacando la emotividad de sus palabras finales: «No sé qué decir, he estado postrado durante seis años. No tienen idea de cómo me siento. Gracias desde el fondo de mi corazón».

Ozzy Osbourne había sido abierto sobre sus problemas de salud, que se intensificaron en los últimos años. En 2020, reveló su diagnóstico de parkinsonismo, una condición que afectaba su capacidad para caminar y estar de pie, aunque no su voz, según afirmó su esposa Sharon. Este diagnóstico se sumó a una serie de complicaciones derivadas de un accidente en un vehículo todoterreno en 2003 y múltiples cirugías de columna, incluyendo una en 2018 tras una caída que agravó sus problemas de movilidad. En una entrevista con The Guardian en mayo de 2025, Osbourne expresó su frustración: «Te despiertas una mañana y algo más ha ido mal. Empiezas a pensar que esto nunca va a terminar». Sharon, quien fue su mánager y compañera desde 1979, ideó el concierto de despedida como una forma de darle un propósito para seguir adelante.

Además del parkinsonismo, Osbourne padecía enfisema causado por años de tabaquismo, así como pérdida auditiva y temblores relacionados con su historial de abuso de sustancias. Su consumo excesivo de alcohol y drogas, que lo llevó a ser despedido de Black Sabbath en 1979, también marcó su vida. En 2011, científicos describieron a Osbourne como un «mutante genético» por su capacidad para sobrevivir a cantidades prodigiosas de cocaína y licor, una hazaña que él mismo comparó con la resistencia de Keith Richards. Sin embargo, estas adicciones agravaron su salud a largo plazo, contribuyendo a las complicaciones que enfrentó en sus últimos años.

Aunque no se ha confirmado una causa específica de muerte, la cercanía con su último concierto ha generado especulaciones. El esfuerzo físico y emocional de Back to the Beginning pudo haber sido un factor, dado que Osbourne se preparó con un entrenador para soportar las demandas de la actuación, a pesar de su frágil estado. La ausencia de una causa oficial en el comunicado familiar ha llevado a algunos en redes sociales a mencionar rumores previos sobre un supuesto «pacto de suicidio» con Sharon, relacionado con la organización suiza Dignitas, en caso de que alguno de los dos desarrollara una enfermedad cerebral grave. Estos rumores, que surgieron de declaraciones de Sharon en 2007 tras la muerte de su padre por Alzheimer, fueron desmentidos por su hija Kelly el 11 de julio de 2025, quien calificó la idea como «basura» y afirmó que su padre «no estaba muriendo». Días antes de su muerte, Osbourne también tuvo que desmentir un engaño en línea que lo incluía en un video de YouTube titulado «Celebridades que han muerto hoy». En un episodio de The Osbournes Podcast, bromeó citando Monty Python and the Holy Grail: «No estoy muerto. No estoy realmente muerto… solo es una herida superficial». Esta anécdota reflejó su característico humor, pero también su lucha contra las especulaciones sobre su salud.

La muerte de Osbourne provocó una oleada de tributos de figuras como Gene Simmons, quien lo describió como un «personaje único y universalmente querido», y Aerosmith, que lo llamó «nuestro hermano en el rock» con una voz que «cambió la música para siempre». Su compañero de Black Sabbath, Tony Iommi, expresó conmoción y tristeza, destacando la conexión especial que compartieron en su última actuación. Aston Villa, el club de fútbol que Osbourne apoyó toda su vida, también rindió homenaje, recordando su vínculo con Birmingham.

Ozzy Osbourne no solo definió el heavy metal con discos como Paranoid (1970) y Blizzard of Ozz (1980), sino que también rompió barreras culturales con The Osbournes (2002-2005), que mostró su lado más humano como padre y esposo. Su capacidad para reinventarse, desde un joven disléxico de clase trabajadora hasta una leyenda global, lo convirtió en un ícono irrepetible. Aunque su muerte marca el fin de una era, su música y su espíritu indomable seguirán resonando, como lo expresó en su último concierto: «Soy Iron Man, ¡vuelvanse locos!».

 

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