El reciente post del Secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS), @SecKennedy, publicado el 22 de julio en X , ha generado una fuerte polémica al revelar hallazgos alarmantes sobre el sistema de trasplantes de órganos en ese país. Según el comunicado, hospitales estadounidenses habrían permitido que el proceso de extracción de órganos comenzara en pacientes que aún mostraban signos de vida, una práctica descrita como «horrorosa».
El post de @SecKennedy cita un informe del HHS que señala que las organizaciones de procuración de órganos (OPO, por sus siglas en inglés) serán responsabilizadas por estas prácticas. Las acusaciones incluyen que los hospitales iniciaban la extracción de órganos antes de que los pacientes fueran declarados legalmente fallecidos, lo que ha llevado a preguntas sobre si estas acciones equivalen a un acto de homicidio. Respuestas en X de usuarios como @matt_vanswol y @robbystarbuck exigen arrestos y cuestionan por qué no se castiga a los responsables, mientras que una enfermera de cuidados intensivos (@Sparkler0913) describe cómo las OPO presionaban a las familias para obtener consentimiento, incluso cuando los pacientes aún luchaban por sobrevivir.
Our findings show that hospitals allowed the organ procurement process to begin when patients showed signs of life, and this is horrifying. The organ procurement organizations that coordinate access to transplants will be held accountable. The entire system must be fixed to… https://t.co/DeiFa2FlEJ
— Secretary Kennedy (@SecKennedy) July 22, 2025
El Health Ranger (@HealthRanger) y otros han afirmado durante años que la designación de «muerte cerebral» se usaba como un pretexto para extraer órganos de pacientes vivos, una teoría que ahora parece respaldada parcialmente por la investigación del HHS. Además, un artículo del Washington Post de 2024 menciona una investigación federal sobre posibles fraudes en las OPO, un sector que maneja miles de millones de dólares y opera con un control monopólico, lo que podría explicar la falta de transparencia.
Las reacciones en X reflejan una pérdida de confianza en el sistema médico estadounidense. Usuarios como @Yolo304741 y @LauraPowellEsq expresan su rechazo a ser donantes de órganos debido a historias de primera mano sobre extracciones prematuras, mientras que @iontecs_pemf señala que no se usan analgésicos para preservar la calidad de los órganos, lo que implica que los donantes podrían sufrir durante el procedimiento. El Código de Ética Médica de la Asociación Médica Americana (AMA), publicado en el Journal of Ethics, establece que las intervenciones previas a la muerte para preservar órganos no deben acelerar el fallecimiento, un principio que parece haber sido violado según las denuncias.
España es reconocida como un líder mundial en donación de órganos, con una tasa de 46,7 donaciones por millón de habitantes en 2022, según un estudio de Frontiers Publishing Partnerships. Este éxito se atribuye a un sistema de consentimiento presunto (opt-out), lo que significa que todos somos donantes a n ser que digamos lo contrario, y a la presencia de coordinadores de trasplantes en hospitales, como detalla un artículo de PMC sobre el modelo español. Sin embargo, un estudio de medRxiv de 2021 revela que, aunque el 93% de los españoles confía en el sistema, solo el 28% conoce el modelo de consentimiento presunto, lo que plantea dudas sobre la información y el consentimiento informado.
Durante la pandemia de COVID-19, los hospitales españoles impusieron restricciones severas a las visitas, especialmente en casos de fallecimientos por supuestos contagios. Un artículo de PMC destaca que estas medidas violaron los derechos de los pacientes al impedir que las familias estuvieran presentes en los últimos momentos, lo que pudo haber limitado la supervisión sobre los procedimientos médicos, incluidos los relacionados con la donación de órganos. Aunque no hay evidencia directa de extracciones prematuras en España, la falta de acceso de las familias podría haber creado condiciones similares a las denunciadas en EE. UU., donde la ausencia de testigos facilitó supuestas irregularidades.
El sistema español difiere del estadounidense en su estructura. Mientras que las OPO en EE. UU. operan como entidades privadas con un enfoque comercial, España cuenta con una red centralizada liderada por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que prioriza la transparencia y la coordinación regional. Sin embargo, los debates éticos sobre los criterios de muerte en España, como los mencionados en el estudio de medRxiv, podrían paralelos a los problemas de EE. UU. si se produjeron fallos en la determinación de signos vitales durante la pandemia, cuando los hospitales estaban supuestamente abrumados.