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El olvidado atentado de Torre Pacheco de 2021

El 17 de septiembre de 2021, la pedanía de Roldán, en el municipio de Torre Pacheco (Murcia), fue escenario de un trágico suceso que conmocionó a la localidad y al país: un atropello múltiple en la terraza de un bar que dejó dos muertos y varios heridos. La Audiencia Nacional, encargada de investigar el caso, lo clasificó como un posible atentado yihadista, basándose en pruebas clave como una carta manuscrita del autor y su comportamiento previo al acto.

El suceso ocurrió alrededor de las 14:30 horas en la avenida de Murcia, frente al bar Honey’s, un establecimiento frecuentado principalmente por británicos y regentado por ciudadanos de origen indio. Un Volkswagen Golf, conducido por Abdellah Gmara, un joven marroquí de 28 años, se estrelló a gran velocidad contra la terraza del restaurante, causando la muerte de un cliente, un hombre ecuatoriano de unos 47 años que comía con su pareja, y heridas a otras cuatro personas. El conductor también falleció en el acto, tras autoinfligirse una herida mortal con un cuchillo en el pecho, según determinó la autopsia.

En el interior del vehículo, los investigadores encontraron tres notas manuscritas en español, con una en árabe que incluía un versículo coránico y la frase “No hay más dios que Alá y Mahoma es su mensajero”. En estas cartas, Gmara calificaba su acción como un “acto terrorista” en represalia por supuestas injusticias sufridas durante 14 años, especialmente en el centro de menores de Mislata (Valencia), donde estuvo internado tras llegar a España como menor no acompañado a los 12 años. Las notas mencionaban “violaciones, asesinatos telepáticos, manipulación de sentimientos y pederastia” en el centro, aunque presentaban incoherencias que llevaron a los investigadores a considerar posibles problemas mentales.

El caso fue transferido a la Audiencia Nacional bajo la dirección del juez Alejandro Abascal, quien abrió diligencias por posible terrorismo. La Guardia Civil, específicamente la unidad UCE-2 especializada en yihadismo, asumió la investigación, que se mantuvo bajo secreto de sumario. Varios indicios reforzaron la hipótesis de un atentado yihadista:

La carta manuscrita: Gmara dejó tres notas en las que expresaba su intención de cometer un “acto terrorista”. Aunque incluían referencias inconexas, como “asesinatos telepáticos” o que “querían que todo el mundo fuera gay”, también contenían alusiones al islam y un versículo coránico, un elemento recomendado por el Estado Islámico para los “lobos solitarios” en sus mensajes de “martirización”.

Comportamiento previo: Según testigos, Gmara mostró un cambio drástico en su conducta dos semanas antes del atentado. Comenzó a rezar con frecuencia, pidió una alfombra para orar y visitó una mezquita en Torre Pacheco poco antes del ataque. Además, se rapó el cuerpo, un ritual asociado con terroristas yihadistas que se preparan para el “martirio”.

Gesto de la unicidad: Un testigo afirmó que Gmara realizó el gesto del Tawhid (levantar el dedo índice, símbolo de la unicidad de Alá) mientras agonizaba en el vehículo, un signo típico de los yihadistas. También se reportó que recitó versos coránicos antes de morir.

Preparación del ataque: Los investigadores determinaron que Gmara inspeccionó varias veces la zona del atentado, circulando lentamente con el coche prestado por un amigo. Este reconocimiento previo sugiere una planificación deliberada.

Autolesión: La herida de cuchillo en el pecho, autoinfligida antes del impacto, refuerza la hipótesis de un acto suicida, común en atentados yihadistas. Gmara adquirió el cuchillo poco antes del suceso.

La Guardia Civil concluyó en 2022 que el atropello fue un atentado terrorista perpetrado por un “lobo solitario” sin vínculos directos con organizaciones como el Estado Islámico, aunque inspirado en su ideología. El atestado fue remitido al Ministerio del Interior y la Audiencia Nacional, que en abril de 2023 transformó las diligencias en un sumario ordinario por terrorismo, según el juez Abascal.

Abdellah Gmara, nacido en Beni Mellal (Marruecos) en 1994, llegó a España en 2008 como menor no acompañado. Fue internado en el centro de menores de Mislata (Valencia) hasta 2012 y, tras obtener la nacionalidad española en 2020, se trasladó a Torre Pacheco, donde trabajaba en el campo. Vivía solo en un dúplex en la pedanía de El Jimenado y, según su hermano Bendaoud, consumía cocaína y hachís, gastando rápidamente su salario. Bendaoud también afirmó que Abdellah no era especialmente religioso hasta las dos semanas previas al atentado y que expresó temores de ser perseguido.

Las redes sociales de Gmara no mostraban una actividad radicalizada. Seguía perfiles de mujeres en bikini y cuentas como “El llamado a Dios” en árabe, pero no había evidencia clara de propaganda yihadista. Cuatro días antes del ataque, desinstaló WhatsApp, lo que los investigadores interpretaron como un intento de ocultar comunicaciones.

Aunque no se encontraron pruebas de vínculos con células terroristas, los investigadores no descartaron que Gmara sufriera un trastorno mental. Las referencias a “asesinatos telepáticos” y otras afirmaciones incoherentes en sus notas sugieren una posible inestabilidad psicológica, un factor común en algunos “lobos solitarios” que se radicalizan rápidamente.

El atentado generó una fuerte reacción en Torre Pacheco. La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) se personó en el caso, ofreciendo apoyo legal y psicológico a los familiares de las víctimas y los heridos, quienes podrían reclamar indemnizaciones si se confirma la naturaleza terrorista del acto. Vox también solicitó personarse como acusación popular, mientras que su líder, Santiago Abascal, denunció en X un supuesto intento del Gobierno de ocultar el carácter yihadista del suceso, relacionándolo con políticas migratorias.

VÍDEO DE SEPTIEMBRE DE 2021: ATROPELLO MÚLTIPLE COMETIDO POR UN IMPORTADO EN TORRE PACHECO

 

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