En un artículo publicado en The Telegraph el 2 de junio se vuelve aborda la crisis de los cortes de luz en España, vinculándola con la decisión del gobierno de cerrar la planta nuclear de Almaraz, ubicada en Extremadura. Según el artículo, estos apagones masivos, que han afectado a millones de personas, han sido atribuidos a una combinación de factores, incluyendo la creciente dependencia de fuentes de energía renovable y la reducción de la capacidad nuclear.
El gobierno español ha optado por una transición hacia energías renovables, alineándose con los objetivos de la Unión Europea para reducir las emisiones de carbono. Sin embargo, esta estrategia ha sido criticada por la oposición y expertos energéticos, quienes argumentan que el cierre de Almaraz, programado para 2027, está dejando al país vulnerable a interrupciones en el suministro eléctrico, especialmente durante períodos de alta demanda o condiciones climáticas adversas.
El artículo destaca que el cierre de Almaraz no solo reduce la capacidad de generación de energía base, sino que también elimina una fuente de energía fiable y constante, crucial para estabilizar la red eléctrica. La planta, que ha sido operada por Endesa e Iberdrola, ha sido un pilar del sistema energético español durante décadas, y su cierre ha sido visto como un riesgo significativo, particularmente tras los recientes apagones que han afectado a ciudades como Madrid y Barcelona.
Además, el texto menciona las tensiones políticas alrededor de esta decisión. Mientras que el gobierno defiende la transición a renovables como un paso necesario para combatir el cambio climático, la oposición ha acusado al ejecutivo de priorizar la ideología ambiental sobre la seguridad energética. Expertos citados en el artículo sugieren que España podría enfrentarse a más problemas si no reconsidera su estrategia, especialmente dado el aumento de la demanda energética debido al crecimiento económico y el uso de tecnologías como los vehículos eléctricos.