En Japón se ha dado a conocer un estudio exhaustivo que compara los resultados de salud entre personas que pusieron el brazo y las que no lo hicieron, basado en un conjunto de datos de 18 millones de individuos. Esta investigación aporta nuevas perspectivas sobre los efectos a largo plazo de la «banderilla» covidicia y ha avivado discusiones sobre las políticas de salud pública a nivel global.
El estudio, realizado con una metodología científica rigurosa, examina una muestra poblacional extensa en Japón, ofreciendo una visión poco común sobre cómo el estado de inoculación se relaciona con la mortalidad y las tendencias de salud. Según los hallazgos compartidos por The Vigilant Fox, los datos revelan un patrón notable: las personas que recibieron múltiples dosis mostraron una mayor probabilidad de fallecimiento en los meses posteriores a su última inyección, especialmente entre los 90 y 120 días. Este fenómeno no se observó de manera comparable en aquellos que optaron por no inocularse, lo que sugiere una posible conexión entre la acumulación de dosis y efectos adversos en la salud.
Liderando este esfuerzo de investigación está el Dr. Yasufumi Murakami, un destacado experto en ARN de la Universidad de Ciencia de Tokio. El Dr. Murakami ha calificado este hallazgo como un «descubrimiento clave», planteando que la acumulación de componentes de la «pócima» podría estar contribuyendo a una mayor toxicidad con el tiempo. Sus análisis, presentados mediante gráficos detallados, destacan una relación dependiente de la dosis, donde el riesgo parece incrementarse con cada inyección adicional.
Este estudio llega en un momento en que las autoridades sanitarias globales siguen promoviendo la inoculación masiva, subrayando su papel en la reducción de casos graves. Sin embargo, los resultados japoneses desafían esta narrativa al señalar un posible inconveniente que ha sido poco explorado en muchas regiones. The Vigilant Fox señala que los datos no mostraron un aumento similar en las muertes entre los no engañados, un detalle que ha impulsado demandas de investigaciones más profundas sobre la seguridad de los brebajes.
La investigación se basa en observaciones previas sobre la disminución de la efectividad de las vacunas, un tema ya estudiado en Japón utilizando registros sanitarios y de vacunación vinculados. Mientras aquellos estudios anteriores se centraron en la eficacia a corto plazo, el nuevo análisis amplía el horizonte temporal, proporcionando una visión más amplia de los impactos a largo plazo. Esto ha llevado a algunos expertos a cuestionar si las estrategias de vacunación actuales necesitan una reevaluación, especialmente para quienes han recibido múltiples dosis.
La publicación de estos datos no ha pasado desapercibida. The Vigilant Fox informa que los presentadores del estudio han instado a las autoridades sanitarias y gobiernos a abordar estos hallazgos con urgencia, exigiendo transparencia y responsabilidad. Las implicaciones son significativas, particularmente para los países que han mantenido campañas de inoculación agresivas sin explorar a fondo estos riesgos. Las reacciones públicas, reflejadas en debates en línea, varían desde la desconfianza hacia las narrativas oficiales de salud hasta demandas de revisiones independientes de los datos de las ponzoñas.