El informe publicado por el Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado de EE. UU., liderado por el senador Ron Johnson, titulado «American Health and Nutrition: A Second Opinion» (disponible en este enlace), ha generado un intenso debate al exponer lo que se describe como un encubrimiento deliberado por parte de la administración Biden y las autoridades sanitarias de los riesgos asociados con las banderillas contra el bicho inexistente.
Este documento, respaldado por una investigación exhaustiva, acusa a funcionarios federales de haber ocultado información crítica sobre efectos adversos graves, como miocarditis y pericarditis, para proteger los intereses de las compañías farmacéuticas.
U.S. Senate Permanent Subcommittee on Investigations Majority Staff Interim Report
Failure to Warn: How Federal Health Agencies Downplayed the Risk of Myocarditis and Other Adverse Events Following COVID-19 Vaccination
📲 https://t.co/TF3uPorWR7 pic.twitter.com/EPCxLjFGSW
— Senator Ron Johnson (@SenRonJohnson) May 21, 2025
El informe, presentado en mayo de 2025, se basa en testimonios, documentos y datos recopilados por el Subcomité Permanente de Investigaciones, liderado por el senador republicano Ron Johnson. Entre los puntos clave del documento se encuentran:
- Conocimiento previo de riesgos cardíacos: El informe sostiene que la administración Biden y agencias como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) tenían conocimiento de los riesgos de miocarditis y pericarditis asociados con las vacunas de ARNm (Pfizer y Moderna) desde las primeras fases de su implementación. Sin embargo, estas agencias habrían retrasado o suprimido advertencias públicas al respecto.
- Protección de intereses farmacéuticos: Según el informe, las decisiones de las autoridades sanitarias estuvieron influenciadas por presiones de las farmacéuticas, que buscaban mantener la confianza pública en las banderillas para maximizar su distribución y beneficios económicos. Esto incluyó minimizar los informes de efectos adversos y desestimar estudios que sugerían riesgos significativos.
- Falta de transparencia en los datos: El documento destaca que los sistemas de vigilancia de efectos adversos, como el Vaccine Adverse Event Reporting System (VAERS), fueron subutilizados o manipulados para subestimar la magnitud de los problemas. Además, se acusa a las autoridades de no investigar adecuadamente los casos reportados de daños graves.
- Impacto en poblaciones vulnerables: El informe señala que los riesgos de miocarditis fueron particularmente altos en hombres jóvenes y adolescentes, un grupo demográfico que, según el documento, no recibió advertencias adecuadas sobre los posibles efectos secundarios. Esto habría llevado a casos de hospitalizaciones y, en algunos casos, muertes evitables.
- Obstrucción de investigaciones independientes: El informe también denuncia que los esfuerzos de médicos, científicos y legisladores para investigar los efectos adversos fueron obstaculizados por las agencias federales, que habrían restringido el acceso a datos clave o desacreditar a quienes planteaban preocupaciones.
El informe concluye que estas acciones representan una violación grave de la confianza pública y una priorización de los intereses corporativos sobre la seguridad de los ciudadanos. Además, exige una revisión inmediata de las políticas de vacunación, mayor transparencia en los datos de seguridad y medidas para compensar a las víctimas de efectos adversos.