lunes, mayo 12, 2025
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Los talibanes prohíben jugar al ajedrez

En un nuevo capítulo de restricciones impuestas por el régimen talibán en Afganistán, las autoridades han prohibido oficialmente el ajedrez en todo el país, argumentando que el juego es incompatible con su interpretación estricta de la ley islámica. La decisión, anunciada el pasado 11 de mayo, ha generado críticas tanto dentro como fuera de Afganistán, evidenciando la creciente tensión entre las tradiciones culturales y las directrices religiosas impuestas por el gobierno talibán desde su retorno al poder en 2021.

La medida fue confirmada por Atal Mashwani, portavoz de la Dirección de Deportes y del Comité Olímpico Nacional de Afganistán, en declaraciones a la agencia de noticias AFP. Según Mashwani, el ajedrez ha sido suspendido por tiempo indefinido debido a «preocupaciones religiosas» relacionadas con el juego, particularmente por su supuesta asociación con las apuestas, una práctica prohibida bajo la Ley de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio (PVPV), aprobada en 2023. «En la sharia, el ajedrez se considera una forma de apuestas», afirmó Mashwani, añadiendo que la prohibición permanecerá vigente «hasta que se aborden estas cuestiones religiosas».

El veto afecta tanto a competiciones formales como a partidas informales en cafés y espacios públicos, lugares donde el ajedrez era una actividad popular, especialmente entre los jóvenes. Aunque no se especificaron las sanciones por incumplir la prohibición, el régimen talibán ha implementado escuadrones de la «policía de la moral» con autoridad para reprender, arrestar y castigar a quienes participen en actividades consideradas «antiislámicas».

La prohibición ha generado reacciones mixtas entre los afganos. Azizullah Gulzada, un propietario de un café en Kabul de 46 años donde los clientes solían jugar ajedrez, expresó su desacuerdo con los argumentos religiosos del régimen. «Muchos países musulmanes tienen jugadores de nivel internacional. Aquí venían jóvenes que no apostaban dinero, solo jugaban por entretenimiento», declaró Gulzada, aunque afirmó que acatará la prohibición para evitar represalias.

Gulzada señaló que su café era un punto de encuentro para jóvenes que buscaban una actividad recreativa en un contexto de crecientes restricciones sociales. La suspensión del ajedrez, según él, priva a la juventud de una de las pocas formas de ocio accesibles en un país donde las oportunidades de entretenimiento son cada vez más limitadas.

Por otro lado, algunos eruditos islámicos han cuestionado la interpretación talibán. Mohammad Saleh Islampur, citado por Infobae, afirmó que «todos los deportes que no perjudiquen la salud, no atenten contra la dignidad humana, no impliquen corrupción financiera ni distraigan de los deberes religiosos son permisibles, y algunos incluso se consideran Sunnah». Esta perspectiva destaca que el ajedrez, como actividad mental, no debería ser intrínsecamente incompatible con el islam, especialmente en países musulmanes como Irán, Turquía o Arabia Saudí, donde el juego es ampliamente practicado.

Desde que los talibanes recuperaron el control de Afganistán en agosto de 2021 tras la retirada de las fuerzas estadounidenses, han impuesto progresivamente una visión ultraconservadora del islam que ha transformado la vida cotidiana de los afganos. La Ley de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio ha sido el instrumento principal para justificar la prohibición de actividades consideradas «inmorales» o contrarias a la sharia. Entre las restricciones más notorias se encuentran la prohibición de la música, el canto, el breakdance, las cometas y la participación de mujeres en deportes.

En el ámbito deportivo, los talibanes han mostrado una postura selectiva. En 2024, las competiciones de artes marciales mixtas (MMA) fueron prohibidas por ser «demasiado violentas» y «problemáticas con respecto a la sharia». Sin embargo, deportes como el cricket, ampliamente popular en Afganistán, siguen siendo permitidos, aunque exclusivamente para hombres. El buzkashi, un deporte tradicional que involucra a jinetes compitiendo por un cadáver de cabra, también ha prosperado bajo el régimen, atrayendo a miles de espectadores, incluidos miembros talibanes.

Las mujeres, por su parte, enfrentan restricciones aún más severas. Se les ha prohibido prácticamente cualquier participación deportiva, y su acceso a la educación y al espacio público está fuertemente limitado. Informes de Naciones Unidas y Amnistía Internacional han denunciado que estas medidas reflejan una represión sistemática de las libertades personales, especialmente para mujeres y niñas.

La prohibición del ajedrez no es un fenómeno nuevo en contextos de interpretaciones radicales del islam. Durante el primer régimen talibán (1996-2001), el ajedrez también fue vetado, y los jugadores enfrentaban castigos severos, incluyendo multas o amputaciones. Sin embargo, en 2022, los talibanes levantaron temporalmente esta prohibición, permitiendo que la selección masculina de ajedrez participara en la Olimpiada de Ajedrez en Chennai, India, lo que generó esperanzas de una postura más flexible.

Históricamente, otras figuras y regímenes han intentado prohibir el ajedrez. En 2016, el muftí saudí Abdulaziz al-Sheij argumentó que el juego «crea hostilidad e incita a malgastar el tiempo», aunque el gobierno saudí no hizo caso a estas declaraciones y se unió a la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). En Turquía, un imam afirmó en 2016 que jugar ajedrez era «más pecaminoso que apostar o comer carne de cerdo», pero el país ha promovido el ajedrez en las escuelas. Incluso la Iglesia Católica prohibió el juego en varios momentos de la historia, argumentando que distraía del rezo, hasta que el papa León X le dio su bendición en el siglo XVI.

En Irán, el ayatolá Jomeini inicialmente prohibió el ajedrez, pero rectificó tras ser convencido de que el juego no implicaba apuestas y era una actividad estratégica adecuada para los guerreros. Hoy, Irán es una potencia del ajedrez asiático, lo que pone en perspectiva la postura talibán frente a otras naciones musulmanas.

La prohibición del ajedrez tiene un impacto significativo en la cultura afgana, donde el juego, con una historia milenaria en la región, era una forma de socialización y desarrollo intelectual. La Federación Nacional de Ajedrez de Afganistán no ha celebrado eventos en aproximadamente dos años, y la nueva medida agrava la situación del deporte en el país.
La comunidad internacional ha expresado preocupación por esta decisión, que se suma a una lista creciente de restricciones culturales.

 

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