¿Recuerdan el caso del exjefe de la UDEF, Óscar Sánchez Gil, que fue detenido en noviembre tras descubrirse 20 millones de euros escondidos en las paredes de su chalet en Madrid? Ahora, el juez que investiga este escandaloso caso ha emitido una orden de busca y captura internacional contra un tal Alejandro Salgado Vega, alias “El Tigre”, considerado el mayor capo español del narcotráfico y presunto socio de Sánchez Gil en una red criminal.
Sánchez Gil lideraba la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) en Madrid, un cuerpo especializado en perseguir el blanqueo de capitales y los delitos financieros, con casos emblemáticos como Gürtel o Malaya en su historial. Su misión era rastrear el dinero sucio, pero él mismo se convirtió en pieza clave de una red de narcotráfico que le llevó a amasar una mastodóntica fortuna, además de propiedades y decenas de vehículos de alta gama.
El hallazgo de los 20 millones emparedados en su chalet, descrito por algunos medios como una escena digna de una película, se produjo durante registros de la Unidad de Asuntos Internos el 6 de noviembre de 2024. Los billetes estaban ocultos tras paredes y en un doble techo, mientras que en su despacho se encontró otro millón en un armario. Además, se hallaron cuatro millones más en otra propiedad en Denia, Alicante.
La investigación apunta a que Sánchez Gil manipulaba bases de datos policiales para desviar la atención de las autoridades y alertar a los narcotraficantes. Su esposa, también policía, y otras 13 personas están implicadas, con un entramado que incluye sociedades pantalla en varios países y licencias de VTC controladas por familiares.
En este contexto, el juez Francisco de Jorge, de la Audiencia Nacional, ha dictado este martes una orden de busca y captura nacional e internacional contra “El Tigre” tras su incomparecencia en una citación judicial como imputado. Salgado Vega, un madrileño de 46 años asentado en Dubái, es considerado por la Guardia Civil “el narcotraficante español más importante a nivel global” en el tráfico de cocaína. Su rol en la red era contactar con proveedores en Sudamérica y coordinar envíos masivos, como los 1.6 toneladas interceptadas en 2021 o las 13 toneladas de 2024. Aunque fue detenido en Dubái en 2022 por un alijo anterior, las autoridades emiratíes no lo extraditaron.
Este escándalo pinta un panorama desolador. Si el jefe de la UDEF, encargado de desmantelar redes criminales, amasó una fortuna ilícita mientras protegía a narcotraficantes, la sensación de que “todo está corrompido” se arraiga cada día con fuerza. La confianza en las instituciones se tambalea, y casos como este, sumados a otros escándalos recientes, alimentan la idea de que la podredumbre ha calado más hondo de lo que se pensaba. Mientras la Audiencia Nacional y la UDYCO persiguen a Salgado y buscan esclarecer el alcance de la trama, la pregunta sigue en el aire: ¿cómo pudo un alto mando operar así durante años sin ser detectado cuando Hacienda te rastrea hasta el último céntimo que gastas? La respuesta, por ahora, es tan esquiva como “El Tigre” mismo.