Este domingo 18 de mayo, en Rumania, Polonia y Portugal se han celebrado elecciones nacionales que han captado la atención por la inesperada derrota de candidatos y partidos contrarios a la Unión Europea, quienes partían como favoritos según encuestas previas. En Rumania, la segunda vuelta presidencial; en Polonia, la primera ronda presidencial; y en Portugal, las elecciones legislativas anticipadas, han arrojado resultados que han generado dudas sobre la fiabilidad de los procesos electorales y sospechas de posible manipulación, dado el giro imprevisto frente a las expectativas.
En Rumania, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales enfrentaba a Nicușor Dan, candidato independiente proeuropeo y alcalde de Bucarest, contra George Simion, líder del partido Alianza para la Unión de Rumanos (AUR), conocido por su postura contraria a la UE. Las encuestas previas señalaban a Simion como favorito, tras obtener el 40,96% en la primera ronda del 4 de mayo frente al 20,99% de Dan. Sin embargo, con el 99,8% de las mesas escrutadas, Dan ganó con el 53,8% de los votos frente al 46,2% de Simion, según datos oficiales. La participación alcanzó el 65%, la más alta desde 1996.
El vuelco en los resultados, especialmente tras la anulación de las elecciones de noviembre de 2024 por supuesta injerencia rusa, ha levantado interrogantes sobre la integridad del proceso. La victoria de Dan, un candidato inicialmente rezagado, pone en duda la precisión de las encuestas y alimenta especulaciones sobre posibles irregularidades en el recuento o la gestión electoral.
En Polonia, la primera ronda de las elecciones presidenciales enfrentaba a varios candidatos, destacando Karol Nawrocki, del partido conservador Ley y Justicia (PiS), crítico de las políticas de la UE, y Rafał Trzaskowski, de la proeuropea Plataforma Cívica (PO). Las encuestas previas sugerían una ventaja para Nawrocki, apoyado por el electorado conservador. Sin embargo, los resultados de las encuestas a pie de urna han mostrado a Trzaskowski liderando con el 30,8%, seguido por Nawrocki con el 29,1%. Ambos irán a la segunda vuelta el 1 de junio de 2025. Otros candidatos, como Sławomir Mentzen (15,4%) y Grzegorz Braun (6,2%), de posturas aún más radicales contra la UE, no pasaron el corte.
La estrecha diferencia y el liderazgo inesperado de Trzaskowski han generado cuestionamientos sobre la transparencia del proceso electoral. La polarización en Polonia, sumada a la historia de tensiones entre el gobierno y la oposición, refuerza las sospechas de posibles manipulaciones en el conteo preliminar o en la presentación de los datos.
En Portugal, las elecciones legislativas anticipadas, convocadas tras el escándalo Spinumviva, tenían como favorito al partido ultraderechista Chega, liderado por André Ventura, crítico de la integración europea y conocido por su retórica antiinmigración. Las encuestas apuntaban a un crecimiento significativo de Chega, potencialmente superando al Partido Socialista (PS). No obstante, la coalición de centro-derecha Alianza Democrática (AD), liderada por el Partido Social Demócrata (PSD), ganó con 89 escaños (32% de los votos). Chega y el PS empataron con 58 escaños cada uno (22,56% y 23,38% respectivamente), según resultados oficiales. La participación era del 48,2% a las 16:00.
El hecho de que Chega no lograra el liderazgo esperado, pese a su ascenso en comicios previos, y la victoria de AD, que no alcanzó la mayoría absoluta, han generado dudas sobre la fiabilidad de las encuestas y el proceso electoral. La fragmentación política y el contexto de crisis han alimentado teorías sobre posibles alteraciones en los resultados para favorecer a fuerzas proeuropeas.
En los tres países, los candidatos y partidos contrarios a la UE —Simion en Rumania, Nawrocki en Polonia y Chega en Portugal— partían con ventaja en las encuestas, pero no han logrado vencer. Este patrón ha desatado especulaciones sobre la integridad de los procesos electorales. En Rumania, la anulación previa de elecciones por injerencia extranjera ya había generado desconfianza. En Polonia, las tensiones entre el gobierno y PiS alimentan acusaciones cruzadas de manipulación. En Portugal, la rápida consolidación de AD frente al auge de Chega ha sorprendido a los analistas.
Factores como la alta participación en Rumania, la polarización en Polonia y la baja participación en Portugal no explican completamente el giro en los resultados. La discrepancia entre las encuestas y los resultados finales, junto con la narrativa de una “victoria proeuropea”, ha llevado a algunos sectores a cuestionar si hubo intervención en el recuento o en la presentación de los datos, aunque no se han presentado pruebas concretas de manipulación hasta el momento.
Los resultados electorales del 18 de mayo de 2025 en Rumania, Polonia y Portugal muestran una inesperada derrota de los candidatos y partidos contrarios a la UE, quienes eran considerados favoritos. Nicușor Dan ha vencido en Rumania, Rafał Trzaskowski en Polonia, y la Alianza Democrática se ha impuesto en Portugal, relegando a George Simion, Karol Nawrocki y Chega a posiciones secundarias. Estos desenlaces, contrarios a las proyecciones, han puesto en entredicho la fiabilidad de las encuestas y los procesos electorales, generando sospechas de posible manipulación en los resultados, aunque dichas acusaciones requieren mayor evidencia para ser confirmadas.