En los últimos meses, el debate sobre el euro digital ha ganado fuerza en Europa, y España no es la excepción. Voces alarmadas advierten sobre las implicaciones de una moneda digital emitida por el Banco Central Europeo (BCE): pérdida de privacidad, mayor control estatal y, sobre todo, la posible desaparición del dinero físico como última garantía de autonomía financiera para los ciudadanos.
Sin embargo, esta preocupación parece llegar con retraso, especialmente si se considera que la Asociación Salvemos el Dinero Físico lleva tiempo alertando sobre estos riesgos y buscando apoyo para frenar lo que consideran un avance peligroso. Entre sus esfuerzos estuvo una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) presentada al Congreso de los Diputados, un llamado que, según parece, no encontró eco suficiente entre la ciudadanía ni entre quienes hoy se rasgan las vestiduras.
El euro digital es un proyecto en desarrollo por el BCE que busca complementar el dinero físico con una versión digital de la moneda única europea, gestionada centralmente por las autoridades monetarias. No debe confundirse con criptomonedas descentralizadas como Bitcoin; aquí, el control lo tendría el banco central, lo que permitiría rastrear cada transacción.
Según el BCE, el objetivo es modernizar el sistema financiero, facilitar pagos transfronterizos y competir con monedas digitales de otros países, como el yuan digital chino. Sin embargo, críticos como la Asociación Salvemos el Dinero Físico ven en ello una amenaza: la eliminación progresiva del efectivo implicaría que cada movimiento económico quedaría registrado, erosionando la privacidad y dejando a los ciudadanos a merced de sistemas digitales vulnerables a fallos técnicos o abusos de poder.
En España, el debate ha cobrado una relevancia reciente, especialmente tras los avances en la fase de preparación del euro digital, anunciada por el BCE en 2023 y que sigue su curso en 2025. Las redes sociales y algunos medios han amplificado estas inquietudes, pero el tono de alarma contrasta con la aparente indiferencia que recibió la ILP de Salvemos el Dinero Físico cuando intentó movilizar a la sociedad.
La Asociación Salvemos el Dinero Físico, formada por ciudadanos y activistas preocupados por la desaparición del efectivo, ha sido una de las pocas voces organizadas en España que ha tratado de poner freno a esta tendencia. Su propuesta más ambiciosa fue una Iniciativa Legislativa Popular presentada al Congreso de los Diputados, un mecanismo que permite a la ciudadanía, con al menos 500.000 firmas, proponer leyes directamente al legislativo. La ILP buscaba garantizar el uso del dinero físico como medio de pago legal y obligatorio, protegiéndolo frente a cualquier intento de reemplazo total por sistemas digitales.
En un comunicado difundido a través de medios como el nuestro, El Diestro, la asociación lamentaba la falta de apoyo popular, señalando que «iniciativas como esta no consiguieron el apoyo necesario para salir adelante». Esto apunta a una paradoja: mientras hoy muchos expresan temor por el euro digital, cuando se tuvo la oportunidad de actuar firmando para respaldar esta ILP, la respuesta fue tibia o inexistente.
La falta de apoyo a la ILP puede explicarse por varios factores. Primero, la desinformación: en su momento, el euro digital era un concepto lejano para la mayoría, y las implicaciones de su adopción no estaban tan claras como ahora. Segundo, la apatía ciudadana hacia mecanismos como las ILP, que requieren un esfuerzo activo y una conciencia colectiva que no siempre se materializa. Tercero, la narrativa oficial: tanto el BCE como los gobiernos nacionales han presentado el euro digital como una evolución natural del dinero, minimizando los riesgos y vendiendo sus beneficios, lo que pudo haber neutralizado las alertas de Salvemos el Dinero Físico.
Además, el Congreso de los Diputados, encargado de tramitar las ILP, no parece haber priorizado este tema. En un contexto político marcado por otras urgencias —crisis económicas, debates energéticos o tensiones territoriales—, la defensa del dinero físico pudo haber sido relegada al cajón de las causas menores. Sin embargo, esto no exime a la ciudadanía de su parte de responsabilidad: las 500.000 firmas requeridas eran un objetivo alcanzable si el interés actual hubiera estado presente entonces.
Hoy, con el euro digital más cerca de hacerse realidad, las redes sociales hierven con comentarios de preocupación. «Es el fin de la libertad financiera», dicen algunos. «Nos controlarán hasta el último céntimo», advierten otros. Pero estas voces, legítimas en su inquietud, llegan tarde a una batalla que Salvemos el Dinero Físico intentó librar cuando aún había margen para influir. La ILP pudo haber sido un dique de contención, una forma de obligar al legislativo a pronunciarse y, quizás, a establecer salvaguardas legales para el efectivo. Sin embargo, la indiferencia de entonces contrasta con la alarma de ahora.
Esto plantea una pregunta incómoda: ¿por qué no se escuchó a quienes pedían colaboración? ¿Fue desinterés, incredulidad o simplemente una falta de visión sobre lo que estaba en juego? La Asociación Salvemos el Dinero Físico no solo buscaba firmas; buscaba despertar una conciencia colectiva que hoy parece estar emergiendo, pero quizás demasiado tarde.
El euro digital sigue su curso, y el BCE insiste en que no reemplazará al efectivo, sino que lo complementará. Sin embargo, la historia muestra que las promesas institucionales no siempre se cumplen, y la dependencia de sistemas digitales podría reducir el uso del dinero físico hasta hacerlo irrelevante. En España, la pelota está ahora en el tejado de los ciudadanos y sus representantes. ¿Habrá una nueva movilización para proteger el efectivo? ¿O seguiremos lamentándonos cuando el cambio ya sea irreversible?
La lección es clara: las batallas por la autonomía y la privacidad no se ganan con lamentos retrospectivos, sino con acción en el momento oportuno. La Asociación Salvemos el Dinero Físico lo intentó, pero no encontró eco. Hoy, quienes ignoraron su llamado son los mismos que miran con preocupación un futuro que, tal vez, pudieron haber ayudado a moldear.
Esto ya se veia venir, lo peor es que tendran tu dinero y podran hacer lo que les plazca,pero sobre todo prohibir,prohibir y mas prohibir.Por ejemplo,desde bloquearte la cuenta por consumir mucha carne a obligarte a kakunarte las veces que quieran,pasando por en fondo que van a montar para emergencias donde a tu dinero le pondran una cantidad maxima y un plazo de tiempo para gastarlo en lo que ellos te digan,ademas de jakeos,falta de electricidad,etc,etc os suenan los apagones?Te barreran la cuenta y te diran que ha sido Putin,Trump,Celeski,los chinos,etc… Bienvenidos a la Agendita 2030 donde «NO TENDRAS NADA Y SERAS FELIZ»
La crisis del 2008 fue el colapso del sistema económico fiduciario de estafa Ponzi piramidal. Desde el año 73 que se quitó el patrón oro, la impresión de las divisas fiduciarias sin control, el poder sinárquico, lo ha utilizado para crear su enorme mastodonte globalizado que nos somete hoy día. Por lo tanto, están aprovechando el colapso económico del dinero deuda, para reiniciarlo a su antojo, que son las divisas CBDC. Los impulsores de Davos de esta agenda transhumanista, son los fondos de inversión mayoritarios:
1. BlackRock 9.464 billones de dólares EE.UU. 🇺🇸
2. Vanguard Grupo 8,4 billones de $ EE.UU. 🇺🇸
3. Fidelity Investments 3,655,574 billones de $ EE.UU. 🇺🇸
4. State Street Global 3.481,473 billones de $ EE.UU. 🇺🇸
5. J.P. Morgan Chase 2,766 billones de $ EE.UU. 🇺🇸
6. Goldman Sachs 2,766 billones de $ EE.UU. 🇺🇸
7. Allianz Grupo 2,285,496 billones de $ Alemania 🇩🇪
8. Capital Group 2.175,965 billones de $ EE.UU. 🇺🇸
9. Amundi 2.031,753 billones de $ Francia
10. UBS 1.845,000 billones de $ Suiza 🇨🇭
Estos 10 fondos tienen acciones en todas las empresas que necesitan para crear su nuevo orden transhumanista con divisas CBDC. Por lo tanto, los gobiernos de cada país sirven a su amo de su deuda y más con tanto sobornado y traidor a su país. Desde mi punto de vista, esas firmas no tienen un recorrido contundente. Si lo sería, rescatar la soberanía nacional en cada país, purgar el país de traidores, criminales, corruptos y comprar oro para imprimir nuestra propia moneda, en vez de invertir en los fondos de inversión satánicos que he citado, para un retorno al patrón oro en todo el mundo, jubilación de las deudas y separación de la banca comercial de la inversora con la ley Glass Steagall. Pero eso no va a ocurrir, la actitud lúdica es mayoritaria y todos siguen al flautista que los lleva al matadero, pan para hoy y hambre para mañana, más pronto que tarde, se entenderá de lo que vengo exponiendo en mis comentarios.
Pocos recordamos a Lyndon La Roche, gran político que nos orientó del gran problema que se nos avecinaba. La Ley Glass-Steagall es el nombre bajo el que se conoce generalmente la Banking Act o Ley de Bancos de los Estados Unidos de 1933 (Pub. L. No. 73-66, 48 Stat. 162). Entró en vigor el 16 de junio de 1933, estableciendo la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) e introduciendo diversas reformas bancarias, para controlar la especulación, destacando la separación entre la banca de depósito y la banca de inversión (bolsa de valores). Fue promulgada por el presidente Franklin D. Roosevelt para evitar que se volviera a producir una situación como la crisis de 1929. Fuertemente criticada desde mediados de los años 70, fue derogada el 12 de noviembre de 1999 por la Financial Services Modernization Act, más conocida como Ley Gramm-Leach-Bliley,[1] justo a tiempo para permitir la constitución de Citigroup.
Saludos cordiales
La UE se ha convertido en un lodazal de corrupcion, de gastos innecesarios ,de acomodo de politicos corruptos, de asustaviejas de los ciudadanos y sobretodo de control de todo y todos. El Euro digital es una continuacion pero hay otras iniciativas que atenazaran mas nuestra libertad. Yo solo compro con efectivo y muchos comercios me lo agradecen, aparte de la libertad que me da saber que el gobierno miserable y corrupto de SancHEZ no mete sus put.. narices en que compro, donde lo compro y cuanto me gasto. Si los ciudadanos no cambiamos esto, nuestra libertad estara en tela de juicio.
Los movimientos en contra de las CDBC están abocados al fracaso, de ahí que muchos, entre los que me encuentro, no hayamos estampado nuestra firma para ILP. Es una pérdida de tiempo y en lo que hay que poner en práctica es la creatividad, imaginación y voluntad para contraatacar al sistema y en último caso derribarlo por la fuerza. Propuestas se pueden hacer varias: trueque, intercambio de servicios, asociacionismo con monedas alegales y en último caso desobediencia civil, primero pacífica y si llega el caso, violenta. Llega la hora de actuar y los uniformados tendrán que decidir de qué lado están, si del de los ciudadanos o si del de los políticos traidores.
Ya vimos en la plandemia,la riada en Valencia,etc…esta claro de que lado estan los «caballero,caballero»
Nosotros si firmamos y lo volveríamos a hacer,a sabiendas de que da lo mismo,ni es nuestro país ni nuestra economía ni nuestra nada.