Andrés Rico Lores, un abuelo de 68 años de O Grove, Pontevedra, fallecía el pasado 24 de febrero tras permanecer dos meses en coma debido a una agresión sufrida el 15 de diciembre de 2024. El incidente ocurrió durante un partido de balonmano femenino cadete en Sanxenxo, cuando Rico intentó defender a su nieto de 16 años, árbitro del encuentro, que estaba siendo insultado repetidamente por un espectador. Este hecho tuvo un desenlace trágico: un empujón del agresor, identificado como el padre de una jugadora del equipo local de O Grove, provocó a Rico una fractura craneal que finalmente le ha costado la vida.
Andrés Rico asistió al partido para apoyar a su nieto, un joven árbitro que dirigía un encuentro entre equipos juveniles. Según los testigos y publicaciones en redes sociales, el agresor no solo profirió insultos hacia el menor, sino que, al ser reprendido por Rico con palabras como “para ya” y “basta ya”, reaccionó violentamente, empujándolo con fuerza. El impacto causó una lesión cerebral grave, y a pesar de los esfuerzos médicos en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, Rico no ha podido superar las secuelas.
▪️Andrés ha fallecido tras dos meses en coma.
▪️Andrés fue a ver a su nieto dirigir un partido cadete femenino de balonmano.
▪️Andrés se dirigió hacia una «persona» que estaba insultando en reiteradas ocasiones a su nieto de 16 años diciéndole «para ya», «basta ya».
▪️Andrés… pic.twitter.com/jmbfNpEpzJ
— Mr. Asubío (@MrAsubio) February 24, 2025
La muerte de Rico ha conmocionado al municipio de O Grove y a toda España, generando una ola de indignación y dolor. El Ayuntamiento de O Grove decretó tres días de luto oficial en su honor, mientras que en redes sociales el hashtag #NiUnaHumillaciónMás se convirtió en trending topic, acompañado de mensajes de repudio a la violencia en el deporte y demandas de justicia para Andrés.
El presunto agresor, un hombre con antecedentes de comportamiento disruptivo en eventos deportivos, ya había sido vetado en varias ocasiones de pabellones deportivos locales, según declaraciones de José Antonio Cacabelos, alcalde de O Grove y primo de Rico, en una entrevista en el programa El Partidazo de COPE el 25 de febrero de 2025. Cacabelos señaló que el agresor “en la calle no se le ve tanto y a los partidos ya no acude”, pero su historial de altercados ha alimentado la indignación pública.
🗣️José Antonio Cacabelos, alcalde de O Grove y primo de Andrés, el abuelo fallecido habla sobre el agresor:
❌ «Al agresor, en más de una ocasión le habían impedido entrar a algún pabellón»
🚶 «En la calle no se le ve tanto y a los partidos ya no acude»pic.twitter.com/rL6E2GU8lH
— Mr. Asubío (@MrAsubio) February 25, 2025
Legalmente, el caso ha dado un giro significativo. Inicialmente, el Juzgado número 2 de Cambados investigaba al agresor por lesiones graves, pero tras la muerte de Rico, el delito se ha reclasificado como homicidio imprudente, según ha informado El Faro de Vigo el pasado 24 de febrero. Las autoridades están evaluando si las acusaciones podrían escalar a un delito más grave, dependiendo de los detalles del caso. El agresor enfrenta potenciales sanciones severas, y la opinión pública exige que se haga justicia.
El suceso ha sacudido profundamente a la comunidad del balonmano en España. La Real Federación Española de Balonmano y la Federación Gallega de Balonmano emitieron comunicados lamentando la tragedia y reafirmando su “rechazo absoluto a cualquier tipo de violencia en el deporte”. En un sentido similar, el presidente del club Rasoeiro, Diego Gondar, reconoció que, aunque la afición de su equipo no se caracteriza por ser violenta, “siempre hay conductas que mejorar”, y expresó su esperanza de que este incidente sirva como un punto de inflexión para prevenir futuros episodios.
La muerte de Andrés Rico no es un caso aislado. En los últimos años, España ha registrado un aumento de incidentes violentos en eventos deportivos juveniles, especialmente en fútbol, donde árbitros han sido agredidos por padres o espectadores. Este hecho ha reavivado el debate nacional sobre la necesidad de regular el comportamiento de los asistentes a competiciones deportivas, especialmente en categorías base, donde los participantes son menores.
De vez en cuando hay algún demonio suelto.
Antes los llamaban locos,y estaban en manicomios.
Ahora los sueltan,por el rollo ese de la integración,y son un peligro público.
Son verdaderos enfermos mentales que tienen una extraña enfermedad:disfrutan haciendo mal,solo obtienen poder siendo crueles,hasta el extremo.Las personas agredidas se sienten confundidas llegando a creer que es culpa suya.
Primero te estudian,como si te hubiesen seguido,aprovechan un momento de soledad un lugar adecuado para su crimen y ‘el elegido’,o la elegida es atacado brutalmente.
Que no entendemos?,por qué sus caras son como demonios encendidos,y como captan el aura de la persona a quien atacar…les envía alguien?.
Por qué en las ciudades no se hacen cargo de sus locos?,donde recae la responsabilidad,son poseídos ,nos da lo mismo,deberían estar encerrados y no dejarles salir a ningún sitio.