jueves, noviembre 21, 2024
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Comentamos el tratamiento de la disfunción eréctil con un urólogo en Santander

Se estima que, en todo el mundo, para el año 2025, alrededor de 322 millones de hombres sufrirán de disfunción eréctil (DE), siendo una patología muy frecuente que afecta a 20-25% de los varones en la edad adulta. La DE se caracteriza por la “incapacidad en el varón para mantener una erección con una rigidez suficiente que le permita tener una relación sexual satisfactoria con su pareja”. Según un urólogo en Santander especializado en el tratamiento de la disfunción eréctil, Dr. Jose María Monge Mirallas, el problema natural de la impotencia puede ser agravado o inclusive generado desde el inicio por determinado tipo de medicación:

 

Aunque las causas de la impotencia son variadas y personales, por lo que dependen siempre de un diagnóstico, algunos medicamentos comunes podrían estar contribuyendo al aumento de este problema. Estos fármacos, aunque eficaces para tratar ciertas enfermedades, pueden alterar las hormonas masculinas, afectar al sistema nervioso o interferir con la circulación sanguínea, lo que aumenta el riesgo de desarrollar impotencia. La incidencia de disfunción eréctil crece con la edad, afectando a más del 50% de los hombres mayores de 70 años. Sin embargo, los riesgos asociados al uso de ciertos medicamentos, como los que se describen a continuación, pueden influir negativamente en la salud sexual de hombres de diversas edades.

 

 

 

Comentamos la disfunción eréctil con un urólogo en Santander

 

La disfunción eréctil (DE) es la incapacidad recurrente o persistente para lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria. Este trastorno puede afectar a hombres de todas las edades, aunque es más común en aquellos mayores de 40 años, y su prevalencia aumenta con la edad. En España más de dos millones de varones padecen la enfermedad en diverso grado de afectación y todavía tienen cierto reparo a consultar al médico sobre el padecimiento de la misma ya que tardan de media más de un año en acudir a la consulta médica.  Es importante comentar la importancia del estudio y diagnóstico de la DE ya que con frecuencia es un “síntoma centinela” en nos permite el detectar otras enfermedades causantes de la DE, sobre todo de origen vascular (Diabetes, hipertensión, alteraciones neurológicas, endocrinas, etc.).

 

Existen múltiples causas de disfunción eréctil, que pueden ser de origen físico, psicológico o una combinación de ambos. Entre las causas orgánicas son las más frecuentes y destacan las enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedades neurológicas, y trastornos hormonales que cursan con bajos niveles de testosterona. Factores de estilo de vida como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el sedentarismo y una dieta poco saludable también pueden contribuir al desarrollo de la DE. Además, algunos medicamentos, como los antihipertensivos, antidepresivos, analgésicos opiáceos y antihistamínicos, están asociados con este trastorno. En el plano psicológico, el estrés, la ansiedad, la depresión y los problemas de relación son factores importantes que pueden desencadenar o agravar la disfunción eréctil. La ansiedad por el rendimiento sexual, por ejemplo, es una de las causas psicológicas más comunes.

 

El tratamiento actual de la DE es muy efectivo con índices de respuesta del 90-95% en la mejoría de la erección. Puede incluir cambios en el estilo de vida, terapia psicológica, medicamentos orales como los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 (PDE5), (Sildenafilo, Tadalafilo, Vardenafilo), inyecciones intracavernosas de fármacos vasoactivos, dispositivos mecánicos como las bombas de vacío, o incluso intervenciones quirúrgicas con implantes de prótesis peneanas en los casos más graves. Es fundamental consultar a un médico para determinar el tratamiento más adecuado, ya que la disfunción eréctil también puede ser un indicador temprano de problemas cardiovasculares más serios.

 

Betabloqueantes y antidepresivos y disfunción eréctil

 

Usados principalmente para tratar la hipertensión, estos fármacos reducen la frecuencia e intensidad de los latidos del corazón, disminuyendo la presión arterial. Sin embargo, al igual que otros medicamentos antihipertensivos, pueden provocar la disfunción eréctil. No obstante, los estudios muestran que este efecto secundario es relativamente raro, afectando a menos del 1% de los pacientes.

 

Los antidepresivos, en particular los que incrementan los niveles de serotonina, pueden afectar negativamente la función sexual. En muchos casos, los hombres que toman estos medicamentos experimentan una disminución del deseo sexual, problemas de erección o una disminución de la libido. Hasta el 80% de los hombres tratados con antidepresivos serotonérgicos pueden desarrollar algún tipo de disfunción sexual. A medio plazo, entre el 30% de los pacientes tratados con estos fármacos también presentan síntomas de disfunción eréctil.

 

Analgésicos opiáceos y antihistamínicos

 

Los analgésicos opiáceos, utilizados para tratar el dolor intenso, también se asocian con la disfunción eréctil. Al actuar sobre los receptores cerebrales, pueden inhibir la respuesta sexual. No obstante, los analgésicos no opiáceos, que se usan para tratar dolores más leves, no presentan el mismo nivel de riesgo. Algunos antihistamínicos, que se utilizan para tratar alergias, también pueden afectar negativamente la vida sexual de los varones.

 

Antiandrógenos y quimioterápicos

 

Los antiandrógenos y quimioterápicos son fármacos Indicados en el tratamiento de enfermedades neoplásicas, sobre todo el cáncer de próstata. Estos medicamentos, al bloquear la producción de testosterona en el varón, son causantes de disfunción eréctil en el mismo.

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