domingo, junio 30, 2024
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1134 euros

La ministra de Hacienda María Jesús Montero, en una de las sesiones de control al gobierno, dijo que el nivel para permanecer a la clase media consiste en ganar esa mágica cifra todos los meses, de manera individual. La cara de asombro y de estúpido que se le queda a cualquier español medianamente inteligente es de tal calibre que merece estar en un cuadro, como los de aquellos de Diego Velázquez, para inmortalizarnos en una de las épocas más oscuras de la historia de España, incluso antes de que la agendita 2030 se aplique a fondo y sin remordimiento.

Apliquemos 1134 euros a alguien que viva en Madrid, que sea una persona soltera y que no tenga hijos ni pareja. Primero, para llegar a esa meta ha de lograr una cita para apuntarse al paro, lo cual tarda semanas (lo que antes se hacía el mismo día); segundo, lograr su historia laboral, la cual ha de conseguir en la Seguridad Social, porque en las dependencias del ministerio de trabajo ya no te la dan, después espera plácidamente unos cuantos meses hasta que salga, por fin, el ansiado contrato, el cual puede tener una duración de tres meses, pongamos por caso, tras los cuales no se sabe si te lo van a renovar o no, dado que el empleador actúa de manera caprichosa.

Pensemos que hubo suerte. Con esos 1134 euros nuestro amigo no puede ni alquilarse un estudio de 45 metros cuadrados, dado que el coste es de unos 1300, es decir, que con su salario no le alcanza, menos si ha de pagar varios meses de garantía, lo que significa que necesita tener ahorrados al menos 4000 euros sólo para tener un techo decente. Como eso va a ser imposible, no le queda otro remedio que alquilarse un cuarto en un piso compartido, el cual le costará unos 400 euros o que puede que incluso más, dependiendo del barrio. Es decir que de los 1134, si hacemos la cuenta, le quedan unos 734 euros. Si tenemos en cuenta el mes garantía, digamos que sea uno solo, serian 800 de golpe. No olvidemos tampoco que el arrendador quiere saber en qué se gana la vida el inquilino, porque ya no se fía de ni de su sombra.

A esos 734 euros hay descontar los gastos en comida, teniendo en cuenta que se incluye la carne, el pescado, la verdura y todo lo que se considera que es un alimento sustancioso. Restémosle unos 400 euros, estirando mucho el bolsillo, teniendo en cuenta la inflación, que al final pueden ser 450 porque nunca puedes hacer un presupuesto exacto de cuánto vas a gastar.  Te quedan 285 euros. De ahí resta el transporte y el dinero que se queda para gastos imprevistos, que siempre vienen cuando menos los esperas. Restemos unos 30 en transporte, para desplazarse por metro, cercanías y servicios de autobuses, y tenemos 250 euros. Si dividimos esos 250 euros en cuadro semanas, no nos quedan ni 80 euros para cada uno de esos siete días. No puedes salir, pudiéndolo hacer de manera ocasional, no puedes ir a comer fuera, no puedes salir de Madrid a Cuenca porque eso es gastar. ¡Ah, y si el agua y la luz van a parte, tenemos que dedicar esos 250 euros para compartir los gastos del apartamento!

Esta es la vida de alguien que, según la ignorante ministra de hacienda, tiene el honor de pertenecer a la clase media. A todo ello incluyamos la incertidumbre laboral, dado que nuestro ejemplo se encuentra bajo las condiciones de un trabajo temporal de ocho horas o más y no tiene tiempo libre, sometido a un estrés que puede ser insufrible, de sólo pensar que esas lentejas no las puede perder, porque de ocurrir algún imprevisto en ese sentido, se encuentra de repente con una mano atrás y otra adelante, sin poder pagar los gastos de alquiler. Imaginemos que no le renuevan el contrato y que tiene que volver a buscar empleo, ir a la oficina, llorar un poco y ver si los empleados actúan con empatía o, como es español, piensan que es perfectamente capaz de buscarse la vida, lo cual no ocurriría con un inmigrante, una mujer o uno del grupo LGTBI y lo que les salga de donde saben, porque son población vulnerable o en riesgo.

Imaginemos que nuestro amigo está divorciado, tiene un hijo, al que pasar una pensión de alimentos de 230 euros mensuales y que gana 1134 euros, sólo por tres meses. ¿Cómo va a cumplir con esa obligación legal? Podría vivir en casa de sus padres y ahorrarse todo ese gasto y de ahí sacar para cumplir con su ex esposa. Pero no habría ni independencia ni crecimiento. Sería uno de millones de españoles obligados a no dar el paso de salir de casa y hacer sus vidas como adultos. Por supuesto que hay que olvidarse de crear una familia, a menos que los dos miembros de la pareja trabajen para sumar 2300 euros, pero incluso, en ese caso sería peliagudo: 1400 euros, sino más, en alquiler y te quedan 900 euros para los gastos del mes, unos 800 euros en comida y te quedan…¡Cien!

Eso es vivir en la clase media y recibir el salario mínimo, es estar en riesgo de pobreza. No lo eres porque te lo dice una ministra jactanciosa de su miserable labor y su arrogancia, por no decir algo más soez, vulgar e insultante, sobrevives al límite y cuando acabas el mes, esperas la limosna de tu jefe. No digamos si tienes que pagar una hipoteca, las letras del coche o tienes deudas por aquí o por allá, o si te las reclaman. No puedes tener casa propia, ni coche, ni nada de valor. No puedes tener hijos porque tener dinero para mantenerlos tampoco está garantizado y si los tienes estás metido en un buen lío, amigo, porque todo eso de la justicia se convierte en papel mojado: no hay manera de resolver el lío, por mucho que busquen los tres pies al gato.

Esto es la realidad de la clase media, Chiqui Montero, eso sin tener en cuenta que España es el país de la OCDE con la mayor tasa de paro y que es tercero en niveles de pobreza, así como el más paupérrimo por desigualdad de toda la zona euro, todo un magnífico panorama para los jóvenes que se inician en el mercado laboral, de una generación con un futuro más que dudoso y con una incertidumbre de tal calibre que casi resulta imposible trazarse un plan de vida, a menos que vivan solos y exclusivamente para ellos, como nuestro amigo, el cual sobrevive con 1134 euros mensuales que le caen por milagro del gobierno.

Y luego nos dicen que España es un país del primer mundo. Si les sumamos las leyes, la falta de libertad de expresión, la forma de actuar de la justicia, que seguro a este sujeto no le perdona ni una coma de más, caer en un problema añadido que te arruina la vida es lo más fácil. El estado actúa como una apisonadora porque, además, de lo que ganes, se te va el 50% como mínimo impuestos directos o indirectos.

Si eres autónomo, por otra parte, no es mucho mejor porque no te perdonan ni la cuota, la declaración del IVA ni el pago trimestral de IRPF. Si sumamos alquiler y otros gastos, a la mínima tienes que echar el cierre del negocio, como han hecho ya muchos empresarios en España que han descubierto las pésimas condiciones del mercado laboral en España.

Yo le daría a tan sabia ministra esos 1134 euros y que se las apañe, le quitaría su sueldo de ministra y de diputada, así como todas partidas que recibe por su nauseabunda gestión (parece que cuanto más tonto, arrogante y chulo eres más te pagan y que al útil le regalan para tenerlo como un hámster en una jaula). Tal vez así, nuestra amiga Chiqui bajaría a las arenas y descubriría lo jodido que es vivir en el paraíso que ha creado su gobierno dictatorial que nos desea ver sobreviviendo con una limosna, al estilo comunista, con cada vez más dificultad (la técnica de la rana), con el agua más que caliente y llenándonos la boca para ver si nos morimos. Tal vez así, salgamos de esta pesadilla, aunque puede que aprendamos que tenemos que luchar por nuestra dignidad y nuestra supervivencia y que eso amerita cualquier esfuerzo y, por qué no decirlo, cualquier acción, dado que, si ellos no cumplen las normas, porque para ellos no existen, tampoco ya para nosotros.

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1 COMENTARIO

  1. La clase media ya no existe, existen ladrones que vienen de robar en comunidades autónomas y llegan a ser ministros de hacienda para seguir robando sin consecuencias mientras el pueblo vive en la miseria, estos rateros son los que apoyan la agenda criminal 2030 y la siglo 21 que su primer objetivo es acabar con la pobreza cuando es acabar con los pobres, la clase media y la baja, todo para unas pocas víboras forradas de dinero y nada para los demás, si algún día hay justicia esta mafia criminal tiene mucho que pagar.

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