“La clave está en Rebeca es el título de una novela de ficción histórica escrita por Ken Follett y publicada en 1980. La novela, está basada en hechos reales. Todo apunta a que el personaje de Alex Wolff corresponde en realidad a John Eppler, cuyo nombre en clave era Cóndor, y que utilizaba otra novela, Rebeca de Daphne du Maurier, como código para comunicarse con Rommel. De hecho, el mismo Eppler escribió un libro con sus memorias titulado “Cóndor, el espía de Rommel”
Es muy difícil el análisis de un escenario complejo porque este está formado por infinidad de escenarios simples donde cada uno de ellos forma un entramado de sucesos y acontecimientos que afectan al todo. Lo primero es comprender a que llamamos “escenario” y lo segundo es observarlo desde Rebeca, o sea desde la clave para comprender no solo lo simple, sino lo complejo de este escenario.
Un escenario es:
- Parte del teatro u otro lugar destinado a la representación de un espectáculo ante un público.
- Lugar en el que se desarrolla una acción o suceso.
En este caso un escenario es la suma de las dos definiciones, pues tanto una como otra forma parte de los sucesos de esta realidad y por ello, la complejidad del mismo, ya que es un espectáculo para el observador y una acción o suceso concreto para el actor (ejecutor) que lo representa.
Me agrada, pero a la vez me desespera ver en el chat de Telegram “La taberna del Perla Negra” los interminables debates y opiniones que se desarrollan intentando analizar un escenario uno dramático y complejo, donde solo se ven los ecos, el reflejo distorsionado de la realidad sin tener la clave de Rebeca para decodificar ese escenario. Es imposible y banal analiza los sucesos y acontecimientos sin la clave, pues falta el termino más importante de la ecuación, falta el universo cubico de las energías y solo verían los eventos y acontecimientos, pero no la causa de los mismos.
La intención de estos últimos artículos fue intentar entregar esa clave para decodificar el escenario actual, no solo del interno geopolítico mundial, sino también del externo exogeopolítico planetario. Esa clave son las energías, y cuando hablo de energías estoy hablando de la totalidad del universo cubico, del sustrato e, de los vaet, del éter, de las octavas, de los mundos superiores, de los ángeles, de los demonios, de la anomalía y de todo aquello que no vemos, pero que existe y sufrimos sus consecuencias en lo físico, pues este, el universo cuadrático del espacio matricial 4×4, es solo un reflejo, un eco, una proyección tardía de ese universo cubico de lo increado, de las energías antes de ser materia, o, mejor dicho, antes de ser energía densa percibida como materia.
Si bien uno de los temas más tratados en este espacio son las energías, creo realmente que no se entienden, pues ni los más veteranos y avezados tienen claro conceptos y definiciones que entendía que ya estaban claras. Un ejemplo de ello es el sustrato e (sE), pues aún no comprenden que siendo el sustrato donde se mueven las energías, es un espacio cubico y por tanto increado, con todas las características de ese universo y del átomo (nube de electrones) mismo, por tanto, es parte de todo, hasta de nosotros al estar formados por elementos, átomos y moléculas. Si no pueden comprender esto, no podrán comprender nada y todo lo demás serán solo palabras muertas sin sentido, palabras sin vida, información sin energía alguna que solo llena espacio, pero no consciencia.Les aconsejo volver a leer todo, pero esta vez desde fuera de la caja, desde el universo cubico de las energías, pues será la única manera de poder entender que no avanza quien camina, sino el que sabe a dónde va y dejar de fantasear que la frase, “todo es consciencia y energía” es nada más que una frase bonita dicha desde el cuadrático de la materia.