Artículo de Alfonso de la Vega
En Electrotecnia el fusible sirve con su propio sacrificio para proteger el circuito principal. Un caso típico antiguo eran los famosos “plomos” se fundían para que la instalación eléctrica no sufriese mayores daños.
Cuando estudiaba un posgrado en Organización en un conocido centro especializado de la época caí en la cuenta que también en las estructuras organizativas de muchas instituciones existen una suerte de fusibles cuya razón de ser es proteger a los respectivos directivos. Con el tiempo también se han ido habilitando ciertas titulaciones o profesiones que pueden poseer ese mismo carácter. Así, por ejemplo, los llamados coordinadores de salud y seguridad o los técnicos de Medio ambiente que podrían pagar los platos rotos si la cosa se terminase complicando penalmente. A nivel económico, la empresa causante del siniestro paga las indemnizaciones y multas que pudieran originarse. La Alta dirección y los consejos de Administración se van habitualmente de rositas, sin ni siquiera ser inhabilitados.
En la Política sucede igual. Los partidos son empresas de negocios y colocación en el mejor de los casos o mafias criminales en el peor.
Este discurso creo que viene a cuento porque es muy difícil de creer que los jefes nunca sepan nada de las actividades ilícitas de sus subordinados y colaboradores más cercanos a los que en la práctica usan como fusibles a sacrificar llegado el caso.
Nadie puede creerse que el responsable de la última estafa o abuso socialista sea el portero de puti club, sin que nadie, ni en la mafia ni siquiera los encargados de control en la administración borbónica se enterase de nada y autorizase adquisiciones imprudentes o fraudulentas. Como dice la alquimista jefa del Consejo de Estado “el dinero público no es de nadie”. Pero ni aún así.
Ahí en la prodigiosa melé pilla pilla estaban muchas de las figuras señeras del heroico y filantrópico socialismo posmoderno. En un presunto suma y sigue inagotable: La turbia madame y estricta gobernanta de las Cortes, la de las niñas prostituidas y las empresas familiares dudosas. Susi, la del insaciable trabuco, venida desde sierra Morena. El filósofo catalán de las manos enguantadas, jefe de los fantasmagóricos expertos en mohatras. El de las indefensas Canarias invadidas por las hordas morunas convertido en ministro godo. El hombre de las maletas repletas y de los trenes que no caben en los túneles. La zascandil laboriosa mujer del Gran Timonel, fusible del corrupto sultán. Sin olvidar al siniestro ministro de la estaca.
La cosa no es de ahora. Desde que se murió Franco se abrió la veda del perdedero de España. Los biutifulleros, silesios, pellones, Amedo y Domínguez serían fusibles de Mr. X y el PSOE. Bárcenas de Mariano y el PP. El general Armada e Iñaki de Juan Carlos. ¿La Leticia de Felipe…?En el descoyuntado reino de España, no llega ni a medio siglo de Monarquía restaurada y la cloaca resulta insufrible e irrespirable. Parafraseando a otro insigne pasado fusible de la Casa Real, la decencia y el patriotismo ni están ni se les esperan.