Una web chilena publica un detallado artículo sobre Juan Carlos I: «el espía de Washington»

Uno de los cuentos que nos ha colado históricamente la clase política que padecemos es ese de la «transición». Siempre se nos ha contado que la transición española fue modélica, alabada por todo el mundo, pero la cruda realidad es que ese cuento no es cierto ya que aquello supuso la implantación de un nuevo régimen teledirigido desde Washington con el Rey, políticos y grandes empresarios del país actuando como simples marionetas del gobierno estadounidense de turno y de la CIA.

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De hecho, una de las grandes farsas que se nos coló fue aquella en la que se nos decía que el presidente Carrero Blanco había sido asesinado por ETA, cuando ahora todos sabemos que los verdaderos cerebros de aquel asesinato no fueron otros que los agentes de la CIA, a las órdenes del miserable Kissinger.

¿Y qué papel desempeñó el Rey Juan Carlos en todo ese tiempo? Con él sucedió exactamente lo mismo que con la modélica transición: una cosa era lo que se nos contaba a los ilusos españoles, y otra cosa bien distinta era la cruda realidad que, por supuesto, se publicaba por todo el mundo, mientras se silenciaba en España. Ahora está sucediendo exactamente lo mismo.

Por eso, para obtener información alternativa, y probablemente más real que la que se publica en nuestro país, es necesario recurrir a webs de fuera de España. Hoy nos hemos encontrado con un interesante artículo publicado por una web chilena llamada «Piensa Chile» sobre este asunto (encontrarán el enlace al final de este artículo).

En ese artículo titulado «España: Juan Carlos I, el espía de Washington», se nos ofrece una detalladísima información sobre las supuestas labores de espionaje del llamado «campechano» al servicio de los intereses estadounidenses, desde el primer día en el que se puso la corona.

Para realizarlo se han basado en 12 millones de páginas de información desclasificadas por la CIA, de las que unas 12.500 tratan sobre España. Entre esa documentación se han encontrado notas que decían cosas como estas:

Hay poco entusiasmo por Juan Carlos y la monarquía en España, pero una cierta disposición a apoyarle al no haber una alternativa mejor … Si logra preservar la Ley y el orden mientras consigue una apertura política ganará apoyo. El reto es enorme. Y es improbable que el nuevo rey reúna las cualidades necesarias para lograrlo

También se nos cuenta cómo se produjeron hechos históricos como «La Marcha Verde», que supusieron la pérdida por parte de España de una de sus provincias: la del Sáhara Occidental. El interés estadounidense era claro porque se trata de un «territorio rico en fosfatos, hierro, petróleo y gas, sino que es muy valioso a nivel geoestratégico».

Dense cuenta de la labor de espía que, según esta página web, realizó Juan Carlos para la CIA, que nos cuentan de esta forma lo sucedido por aquel entonces:

El 6 de octubre de 1975, los servicios de Inteligencia del Ejército español informan al dictador Francisco Franco de estos planes de «invasión pacífica» del Sáhara Occidental y le piden que mueva ficha. Y aquí es donde entra en juego Juan Carlos I, que se convirtió en confidente de EE.UU, enviando información secreta de todos los movimientos que Franco realizaba en la provincia del Sáhara. Es decir, el entonces príncipe Juan Carlos reveló información confidencial sobre los planes de España en el conflicto del Sáhara a una potencia extranjera que estaba jugando un papel clave en dicho conflicto. Hay quien lo denominaría alta traición.

Quien habría manejado los contactos entre Juan Carlos y sus jefes estadounidenses habría sido Wells Stabler, embajador estadounidense en España por aquellos tiempos. Según los documentos desclasificados de la CIA, Kissinger le habría dado directrices como estas al embajador, cuando Juan Carlos era todavía príncipe:

Tus contactos con el príncipe deben ser tratados con la mayor discreción. Estos informes tienen un grandísimo valor para EEUU y haremos lo que esté en nuestra mano para asegurarnos de que en el futuro se manejen de manera apropiada – Henry Kissinger.

Al parecer la oferta estadounidense a Juan Carlos era clara: el Sáhara por la corona.

Hay mucha más información en ese artículo y mucho más detallada, ya que el artículo es bastante largo. Les recomendamos que lo lean con mucha atención, ya que nos extraña mucho que este tipo de información salga en España de una manera tan sumamente concisa. Puede acceder al artículo a través de este enlace.