Fíjense que hemos vivido situaciones dramáticas en España desde 2020. Dense cuenta de las muchas cosas que han sucedido, y siguen sucediendo, desde entonces y, lamentablemente, una buena parte de la sociedad española sigue mirando hacia todo ello, como las vacas cuando ven pasar un tren.
Y sin entrar a valorar el momento en el que cada cual pueda ser consciente de algo, resultan tremendamente llamativos los ataques que recibimos todos aquellos que, simplemente, expresamos nuestras dudas. Porque es bien cierto que no podemos saber qué llevan exactamente los venenos, o qué contiene eso que los aviones vierten, cada vez con más frecuencia, en nuestros cielos, pero resulta cada vez más sorprendente que el simple hecho de expresar dudas provoque insultos, burlas o ataques. Mucho más si tenemos en cuenta la experiencia vivida a lo largo de estos cuatro últimos años.
Ayer por la tarde, quien escribe este artículo publicaba una fotografía de los cielos de la ciudad de Valladolid y, simplemente, decía: «El cielo en Valladolid. Algunos te dicen que esto es normal».
Los pocos que trataban de rebatir algo de manera respetuosa, los menos, utilizaban argumentos sacados de la televisión, de las mismas revistas científicas que decían aquello de «son mayores los beneficios que los riesgos», o de cuentas de organismos oficiales, que cada vez son menos fiables.
Es decir, el mero hecho de plantear una duda ya genera todo tipo de ataques. Y lo hacen, además, con gente que no obliga a hacer nada a nadie, para tratar de justificar a los que tienen la sartén por el mango y son los máximos responsables de lo que está pasando. Es normal que los responsables se estén partiendo de risa porque nunca las cosas les han resultado tan fáciles de hacer.
Y llegados a este punto hay que poner el ejemplo de siempre: si hasta las ratas, y casi todos los animales, toman sus precauciones con lo desconocido, ¿cómo es posible que los «seres racionales» actúen de esta forma? Porque ni siquiera juzgan las cosas por sí mismos, por lo que les diga su cabeza, lo hacen por lo que escuchan por la tele, la radio, o lo que les cuenta el político culpable de turno.
Mientras unos hemos pensado que, aunque vayamos a caer igual que todos, preferimos hacerlo tratando de saber la verdad, parece que la gran mayoría, que también va a caer, prefiere hacerlo en la ignorancia de no tener nunca dudas de nada. Pues que con su pan se lo coman, seguimos creyendo que es mejor tener un poco de dignidad y plantar cara, que ir hacia el matadero como si fuéramos borregos que no se enteran de nada.
Solo les pedimos a esos que tan convencidos están de lo que les diga la tele, que todavía creen que el estado les cuida, les protege y que vela por ellos, que respeten a los que no creemos en eso. Estamos seguros que muchos de los que hicieron lo mismo, y ahora están criando malvas, ya se habrán dado cuenta de su error, aunque para ellos ya sea tarde.
Nosotros, al contrario de lo que han hecho otros, nunca hemos obligado a nadie a no hacer nada. Les hemos advertido mostrándoles pruebas y las consecuencias que otros estaban sufriendo. Esto cada vez nos recuerda más a la caverna de Platón.
La respuesta que me dan a mi algunos es de que no podemos hacer nada, que podemos hacer con esta manada de ovejas sumisas y obedientes que quieren que nosotros también nos entreguemos como hicieron ellos. Aquí en Galicia la gente está muy convencida de que el gobierno nos cuida y obedecen sin dudar y hasta presumen cada vez que se van a vacunar, yo enseño documentos y no me creen pero no le exigen nada a lo que sale por la tele, como le digan los expertos y los científicos ya les creen y no exigen que le den sus nombres, a nosotros no nos creen aunque les enseñemos documentos oficiales, así está el ganado en Galicia, estoy rodeado de envenenados.
Bots y trolls en su gran mayoría.
Además hay muchos círculos superpuestos de gente interesada en el sicariato digital. Desde la pura «ideología» fanática, hasta los varios tipos de empresas, ONGs, partidos y lobbies, e incluso funcionarios que quieren la «nueva normalidad» a la medida de su vagancia.
Por ejemplo durante la plandemia había un buen número de garrapatas del lobby «tests» montando guardia en las RRSS. A más de uno lo puse nervioso hasta que se delató. Lo mismo con los defensores del «buenismo» de la invasión, si los trolleas (gratis) un rato acaba descubriéndose que viven del negocio de la llegada incesante de extranjeros ilegales.
Son CIENTOS los grupos de buitres viviendo directa e indirectamente de todas las formas de destrucción que padecemos, y el sicariato digital es uno de los frentes que todos procuran usar.
Mentalizaos y jamás toméis sus gruñidos por lo personal.
Tras respirar hondo no suelto barbaridades porque encima de que te envenenan vienen estos subnormales a reirse de ti…
Plano se les va a quedar los dientes a alguno del bofeton que se va a llevar, tan plano como el cerebro que tienen que muestra un encefalograma totalmente plano.
La mayoritaria bandada de loritos amaestráos es al mismo tiempo una gigantesca jauría de sectarios perros guardianes del Gran Capital que atacan a cualquier disidente del pensamiento único y posibilitan que todos los goyim, incluidos ellos, acabemos siendo víctimas mortales. La élite utiliza exitosa y masivamente las mismas estrategias de los líderes de las sectas. Antes de 2020 yo estaba equivocado porque pensaba que no éramos tan irracionales. Necesitamos psicólogos que nos enseñen técnicas de desprogramación de adeptos de sectas
Don Javier 200% d acuerdo con su columna.Mejor no lo podía explicar. Gracias!!!