Los pueblos que no conocen su historia están obligados a repetirla.
Estos días se cumplen 4 años del inicio de la farsa plandémica que cambió nuestras vidas para siempre y ya suenan otra vez tambores de farsa y liberticidio.
Si no queremos repetir los mismos errores, sería bueno reflexionar sobre lo que de verdad ocurrió, y evitar que nos engañen otra vez.
El problema es que sólo hay una cosa más difícil que reconocer un error, y es reconocer varios errores.
Cuando uno ha aplaudido como una foca a sus carceleros y verdugos, ha denunciado a los que luchaban por su libertad, ha intoxicado sus pulmones con sus propios miasmas durante más de un año mientras increpaba a los que ansiaban aire puro, y ha envenenado su sangre para protegerse de un virus inexistente… Dios lo coja confesado y con la pauta completa.
Rectificar es de homo sapiens propiamente dichos, y persistir en el error es propio de homo ovis stultus.
Si usted algún día se tragó, como un cocodrilo a una gacela, las mentiras que nos inoculó (nunca mejor dicho) la televisión, le vendría bien repasar las más importantes y verificar la documentación oficial que, ya por aquellos días, la desmentía. Eso sí, sólo para quien quisiera verla.
La próxima vez la encontrará antes.
Un excelente regalo de Navidad para tragacionistas.
Breve, asequible, eficaz y barato.
LAS FALSAS VERDADES DE LA PANDEMIA
He cometido el error de regalar éste ensayo a todos los jefes de las comandancias de la guardia civil y de todas las comisarías del CNP de España. Ni uno sólo me ha contestado, ni para bien ni para mal. Se ve que las verdades ofenden, y cuando uno se ve con el c… al aire habiendo obedecido órdenes, no solo ilegales, sino irracionales, lo más fácil es la técnica del avestruz. No hay problema. Quien decida unir su destino al tirano, lo seguirá al infierno. Que lo disfruten juntos.
Pero quien quiera aprender y no cometer los mismos errores, debe hacerse con las herramientas de supervivencia necesarias.
Aquí las tiene.
OCTAVILLA POLICÍAS
Por favor, ayúdese a usted mismo y ayúdenos a todos.
La próxima vez nos veremos todos juntos en la trinchera correcta.
Y ya puede el tirano correr.
Fiat iustitia, ruat caelum.
Hágase justicia aunque se hunda el cielo.
Amén… y muchas Gracias por tu esfuerzo en todo este tiempo…
Un abrazo.