La ascendencia, prosapia, arqueología etarra, pues, más allá de seminarios y el día de San Ignacio de 1959. Como tantas cosas, fuera de España. El embrión de ETA, la denominada brigada vasca (batallón Gernika), sección del Ejército Republicano. Unidad que con posterioridad, en mayo de 1945, fue entrenada por miembros de la OSS ( precedente, tras la Segunda Guerra Mundial de la CIA) en un castillo propiedad de la dinastía bancaria Rothschild próximo a la capital francesa, concretamente Cernay-la-Ville a 30 kilómetros al suroeste de París. Víctor Rothschild, ´el quinto hombre´ ( además de Kim Philby, Donald Maclean, Guy Burgess y Anthony Blunt) del MI5 británico con la consuetudianria estructura soviética de los cinco hombres. Agente doble, pues. O comunista a secas. La banca Rothschild, los que se hallan detrás de la farsa del covid, el comunismo, las guerras, agendas varias ( 2030 y 2045, las más deletéreas) y la tiranía de los gobiernos mundiales. Y tantas. Innúmeras. Tan fabiano el asunto. Y sobrevolando José Ignacio Múgica Arregui «Ezkerra», el presunto jefe del comando etarra ( además de Jesús Zugarramurdi ‘Kiskur’, Javier Larreategi ‘Atxulo’ y José Miguel Beñarán ‘Argala’) que asesinó a Carrero Blanco, procedente del PNV y tenía con amigos en el entorno vinculado a la CIA.
Comando Víctor Rothschild
Los componentes de la unidad eran veteranos del citado batallón Gernika, miembros de Euzko Naya y «niños de la guerra» procedentes de Gran Bretaña. Todos firmaron un contrato por el que se transformaban en fieles empleados del Gobierno yanqui por seis meses, comprometiéndose a guardar completa discreción. Bajo las órdenes del comandante Warner ( alias Okay) y posteriormente del también comandante Basset (alias Plastic), una docena de expertos instructores les impartió la más minuciosa formación militar “de pocos efectivos, cuyos miembros fueron cuidadosamente escogidos e instruidos para efectuar acciones peligrosas o difíciles”: artes marciales, cartografía, uso de explosivos, manejo de las armas más modernas. Y largo, larguísimo etcétera. Pero el desinterés de la administración Harry Truman acabó con la experimento. En la segunda quincena de julio de ese año 45 se disolvió la unidad. Algunos de sus experimentada muchachada ejercieron como expertos de seguridad del paradigma de la corrupción (PNV, Bernardo Estornés Lasa, decisivo, más allá del mitificado y sobrevalorado Galíndez) o figuraron entre los primeros “preceptores” de la banda asesina ETA.
Asesinato de Carrero Blanco
Se tiene perfecta constancia de plurales agentes de diversos agentes secretos infiltrados en ETA, preferentemente colegas «americanos, irlandeses e israelies» ( Luis María Retolaza). Ignacio Múgica Arregui «Ezkerra», clave. Y si les interesa concretamente este asunto les cito tres interesantes libros. Primero: Yo confieso, Mikel Lejarza, El Lobo, y Fernando Rueda, página 398. Segundo: El precio del trono de la opusdeísta Pilar Urbano ( página 715 y siguientes). Y tercero: Matar a Carrero, la conspiración (página 143 y siguientes: «dos conspiraciones y un golpe de Estado», grosso modo).
En fin.
Hay demasiado información independiente que demuestra que la izquierda (española y mundial) está tan engañada como la derecha, todos trabajando sin darse cuenta para que alcancen sus genocidas y esclavistas objetivos los dueños de la gran banca usurera, los fondos buitre, la ONU-OMS, el FMI, el club Builderberg o los creadores de contenido de los medios de manipulación de masas.
No somos tontos todos (de derechas y de izquierdas) ….