Leo en El Pis, vulgo El País o Lo País: «Bruselas propone endurecer las penas al tráfico de migrantes para reducir las llegadas irregulares a la UE. La Comisión Europea pone el foco en las mafias y busca armonizar las regulaciones de los Veintisiete». La descojonación, sin más. Algunos lo llaman Gran Reemplazo o sustitución étnica o mutación demográfica o genocidio de la raza blanca. Otros lo denominan Plan Kalergi ( «El hombre del futuro será mestizo. Las razas y clases de hoy desaparecerán gradualmente debido a la desaparición del espacio, el tiempo y los prejuicios. La raza euroasiática-negroide del futuro, similar en su apariencia a los antiguos egipcios, reemplazará la diversidad de pueblos con una diversidad de individuos»), y consiste básicamente en crear el caos en Europa trayendo a medio continente africano ( especialmente, varones musulmanes en edad militar) y centro y sudamericano. La felonía cometida por «nuestros» gobernantes contra sus propios compatriotas es de cadena perpetua. O de pena de muerte, según se mire.
Aluche
Otrora barrio castizo. Español, si prefieren. Hogaño, tras la plandemia, brutal y aceleradísimo el asunto, infinitud de etnias y razas, preferente y mayoritariamente centro y suramericanas. En muchos casos, seres antropomorfos, aproximadamente humanos. Españoles, tres viejos mal contados y dos jóvenes singularmente taradetes. Aluche ( al igual que Carabanchel, Villaverde, Tetuán, Usera, Legazpi, Puente de Vallecas y todo Madrid Sur) es, grosso modo, sudamérica, con unas leves apostillas de europeos del Este y de «sarracenía», ora mora, ora bangladesí.
Y en Aluche, lindante con Carabanchel, donde se transita del hombre al transhumano mestizoide, memorables momentos durante la PLANdemia con César Bakken Tristán, siempre y en todo momento sin bozal, cuando la norma lo exigía. Y concluyo con su memorable artículo Y, todavía, lo siguen llamando Carabanchel…Españoles, extraños en su propia tierra. Enajenados. Alienados. «Actualmente, cualquier español de varias generaciones, es un extraño. ¡Y hasta nos parece normal! Pues a mí no. Vaya que no«…
…Por supuesto, a mí tampoco me parece normal. Vaya que no. En fin.
Pobrecitos esos de color negro y azabache que huyen de las guerras en edad militar y a las mujeres y a los niños los dejan allá para luchar, pero las masas no se dan cuenta que nos vienen a reemplazar y las mujeres ya las tienen acá, Plan Kalergi, una raza mestiza negroide oriental más sumisa y obediente pero el rebaño no se lo cree porque no lo dicen los terroristas de los medios de comunicación comunistas al servicio de los capitalistas.
Pobrecitos los jueces y fiscales que no pueden parar estas cosas…
Que almas candidas,puras e inocentes son.
Ya llegará el tiempo de ajustaros las cuentas en juicio popular.
No es normal.
No es natural.
No es accidental.
No es un «fracaso de la integración» (las misiones imposibles no fracasan, simplemente son imposibles desde el origen).
No es un «error».
Decirlo no es «racismo».
No es «xenofobia».
Las dos frases anteriores son un truco de psicología de masas para sabotear la razón más elaborada y certera.
No hay que resignarse.
No pueden quedar impunes ni los ideólogos de este etnocidio, ni los ejecutores (políticos, periodistas, jueces, mafias), ni las castas oportunistas (esto incluye a la iglesia católica reinventada como ong parasitaria).
La inmigración: moderada en porcentaje y rigurosamente controlada en calidad y seguridad. Quien rechaza esto no es «bueno» ni «progresista»: o es un enfermo mental por la propaganda racista sionista, o es medio imbécil solipsista o es un delincuente que sale ganando de esta atrocidad.
La «integración» no sólo es que fuese natural y humanamente poco posible con esos porcentajes e idiosincrasias, es que todo se dispuso desde el principio por varios frentes para que no sólo no fuera posible sino para que fuera una carga explosiva. Es muy largo de explicar, aunque muy sencillo de entender, salvo que uno tenga el cerebro de un «progresista».
https://www.elmundo.es/cultura/musica/2023/11/30/656879b7fdddffe1888b45b0.html
Suma y sigue y luego sustitución de la población.