Desde hace bastantes años ya, en España funciona a la perfección un mantra que se ha quedado grabado a fuego en las mentes de muchos españoles y que está influyendo en el autodestructivo devenir de esta milenaria nación. Ese mantra es muy sencillo, a la par que complicado, puesto que para conseguir sus objetivos se ha utilizado durante décadas y se ha implementado en las mentes de todos desde la más tierna infancia.
Y dirán ustedes: ¿cuál es ese mantra? Es sencillo: si los que me mienten, me saquean o se ríen de mi son de mi partido favorito, no pasa nada, yo les perdono porque seguro que es una manipulación para acabar con ellos ya que son los mejores. Pero ojo, como sean los del partido político contrario: a por ellos sin piedad.
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Ese mantra funciona a las mil maravillas y, además, cuenta con un agravante que lo convierte todavía en más peligroso ya que todos los partidos con representación en España son idénticos. Y fíjense que hemos dicho «representación», porque eso es lo que hace cada uno de ellos: una representación, interpretan un papel.
Esta misma mañana hemos publicado un artículo titulado: «La presunta reunión que habría provocado la dimisión de Iván Espinosa de los Monteros«. En ese artículo explicamos que el motivo que habría provocado la salida de Espinosa de los Monteros de Vox habría sido una presunta reunión, posterior a las elecciones de julio, en la que habrían participado: Felipe VI, Sánchez, Feijóo y Abascal. El acuerdo al que se habría llegado, según nos han contado, habría sido mantener silencio acerca del presunto pucherazo electoral, acuerdo que motivaba la asistencia de Abascal a la misma. Es decir, a Abascal le habrían dicho «a callar».
Si esto nos lo hubiera contado alguien con el que nos hubiéramos cruzado por la calle, no lo habríamos publicado. Pero la realidad es que nos lo ha contado alguien de toda confianza y que ocupa una posición de la suficiente relevancia, como para que sus palabras sean tenidas en cuenta.
Pero, ¿creen ustedes que ha molestado ese suceso o causado indignación por el hecho denunciado en sí? No, lo que ha causado indignación ha sido que lo hayamos contado. Cuando decidimos no posicionarnos con nadie, con ningún partido político, porque nos damos cuenta de que todo es mentira, a las pruebas nos remitimos tras lo sucedido en estos tres años, los malos somos nosotros, por lo menos bajo el punto de vista de los incondicionales de Vox.
Por eso, tras esa publicación nos hemos encontrado en nuestro canal de Telegram (https://t.me/ElDiestro) mensajes como estos:
- «Esto es falso, entre los medios progres, y prostituidos se han propuesto acabar con vox como sea y vosotros también, estáis en lo mismo, una pena».
- «Esta noticia es completamente falsa y ya estoy harto de tus noticias de mierda!!! Hasta nunca».
Aunque muchos ahora no se lo crean, los primeros decepcionados con Vox somos nosotros. Solo te puede decepcionar aquel en quien has creído. Aquel en quien no has creído nunca o no has confiado no te puede decepcionar nunca. Nos habría encantado que Vox se hubiera posicionado contra las inoculaciones, contra los aplausos a Zelenski y contra los pucherazos electorales que se han vivido en España en toda su ya larga existencia como partido, pero no lo han hecho. Tampoco en este último.
Con todo esto no podemos hacer nada más que refirmarnos en lo que llevamos diciendo desde haca ya bastante tiempo: España tiene un grave problema político, económico, de todo tipo… pero el mayor de los problemas es el social. ¿Qué culpa tenemos nosotros de que Vox actúe de esta forma? ¿Qué interés vamos a tener en que sea así? Piénsenlo: ninguno.
No estamos diciendo: no sigan a estos, pero sí a estos otros. Estamos diciendo: todos son iguales.
Qué panda de sectarios con orejeras habita este pobre país. Tenéis razón, he escuchado ese mantra a fanáticos de uno y otro signo político cuando tratas de hacerles ver las incoherencias de sus idolatrados gurúes. De nada sirve tener ojos si la mente es ciega.