En el día de ayer se produjo otra noticia dramática en la guerra que se está produciendo entre Israel y Hamás. El Hospital Al-Ahli de Gaza fue bombardeado con un misil y las primeras estimaciones ofrecidas por las autoridades sanitarias indican que podría haber provocado, al menos, 500 muertos y cientos de heridos.
Tanto desde un lado, como desde el otro. se acusan mutuamente de ser los responsables de la matanza. Desde Gaza acusan a Israel de ser los responsables y el gobierno israelí atribuye el ataque a un «misil fallido» de la Yihad Islámica.
Es decir, nos encontramos con lo mismo que nos hemos encontrado en conflicto que también se está produciendo entre Rusia y Ucrania: la guerra de la información. No hay que hacer un esfuerzo de memoria demasiado grande para recordar en cuántas ocasiones nos hemos encontrado con situaciones similares en la guerra de los rusos contra los ucranianos.
Pero siendo esto terrible, es mucho peor ver lo que está sucediendo en las redes sociales puesto que los usuarios defienden, con uñas y dientes, una u otra versión en función de cual sea el bando en el que se han posicionado. Lo único que están haciendo con eso, bajo nuestro punto de vista, es dejarse llevar por los organizadores de este conflicto terrible olvidándose de que los únicos «nuestros», nuestro bando, son las víctimas que está provocando tanto en el lado israelí, como en el palestino.
Sinceramente, creemos que la única forma de acabar con estas guerras que nos perjudican a todos es no posicionarse más que con la gente que es como nosotros, el pueblo, sea del lado que sea. Si ignoráramos las campañas publicitarias de medios de manipulación y gobiernos, y lo único que hiciéramos fuera posicionarnos con las víctimas, sería más difícil para el oficialismo organizar conflictos como estos.
Y es que, siempre bajo nuestro punto de vista, eso es precisamente lo que se busca con este tipo de situaciones: generar división y crear bandos con lo que los conflictos, lejos de finalizar de forma inmediata, se van haciendo cada vez más grandes y durando más en el tiempo.
Sabemos que todo esto suena muy poco realista y demasiado utópico, pero creemos que esa es la única forma en la que los débiles podemos defendernos de los poderosos que lo manejan todo a su antojo y no tienen reparo alguno en poner en riesgo nuestras vidas y las de los nuestros.