En España pasan cosas tremendamente raras, sobre todo desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno. Una de esas coas tan raras es que, a pesar de que Sánchez no pueda salir del coche oficial sin ser abucheado, de repente sea el segundo candidato más votado en unas Elecciones Generales y, en estos momentos, tenga incluso la posibilidad de formar gobierno.
Pero como en este país nunca pasa nada, por nada, en esta ocasión, nuevamente, se produjo un pequeño escándalo poco después de las elecciones y ahora, este asunto, está prácticamente olvidado, incluso para los del «solo queda Vox».
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Por suerte, todavía hay gente valiente que sigue investigando y aportando pruebas, que parecen no interesar a nadie y mucho menos a los partidos políticos. En España sigue habiendo mucho despistado que sigue pensando que vivimos en democracia, cuando la realidad es que sufrimos la peor de las dictaduras: la encubierta.
Y es que, el tipo que nos dijo aquello de «de quien depende la Fiscalía», ya está instalado en el mayor de los descaros y le da igual hacer las cosas a plena luz del día y con alevosía. Porque es muy extraño que si la LOREG obliga a realizar el llamado escrutinio general días más tarde de las elecciones, se esté descubriendo que hay sobres, que deberían haber sido contados, que permanecen cerrados casi tres meses más tarde de esas elecciones.
¿Cómo es posible? ¿Tienen los miembros de las Juntas Electorales Provinciales una especie de rayos X en sus ojos y son capaces de ver lo que contiene un sobre sin abrirlo? Va a ser que no y lo más probable es que, nuevamente, se hayan saltado la ley a la torera y nos encontremos con que se dan por buenos los resultados ofrecidos por INDRA.
Mientras tanto, la inmensa mayoría de la sociedad española sigue bailándole el agua a políticos y televisiones sin querer enterarse de lo que está pasando. Si seguimos por este camino, la cosa puede acabar peor que mal.
Los escrutinios generales se hacen, por ley, 5 días después de las elecciones. Son actos públicos donde han de sumarse los votos de las actas de todas las mesas electorales y los votos del extranjero, siendo ésta la única forma legal de saber cuántos representantes corresponden a cada partido. Pues bien desde el año 2000 no se suman los votos de las actas y se dan por buenos las sumas que dice haber obtenido de forma totalmente opaca una empresa contratada por el Gobierno ; últimamente lo hace Indra, ya multinacional, controlada por los dueños del FMI, Soros y Sánchez que ha sido condenada por irregularidades electorales en varios países. Los líderes de todos los partidos parlamentarios, de los altos tribunales y los directores de los grandes medios están en el ajo. TAMBIÉN NOS TRAICIONA EL JARRETERO REY