Artículo escrito por Alfonso de la Vega
Lo de ayer del PP en Madrid fue una especie de posmoderno acto híbrido enchufable pero también caro y de escasa autonomía o recorrido. El PP de Feijoo, apuntalado por viejas celebridades felizmente jubiladas como el catalanista Aznar o el valiente Mariano, que ninguno está para demasiado presumir, muestra su escasa autonomía al simplemente criticar al enemigo sin ofrecer una auténtica alternativa ni moral, ni ideológica, ni política, ni social. Mariano olvida su enorme responsabilidad en lo que hoy sucede. Y lo de Aznar recuerda la enredosa perorata de Pepe Isbert, el alcalde de Bienvenido Mister Marshall.
Si siguen empeñados en oponerse formalmente o como de mentirijillas al enemigo, para criticarles con pellizcos de monja traviesa, siempre le dejarán a él la iniciativa. Y tampoco quedará claro si lo pretenden únicamente por disputarle la autoría o por querer hacer lo mismo.
La práctica real del PP actual no da lugar a esperanzas, incluso donde gozan de mayorías absolutas para hacer grandes cambios: Falaz y ruinosa agenda 2030 que te crió, mantenimiento de las liberticidas leyes contra natura, persecución del español incluso con humillantes pinganillos, favorecer invasiones africanas, tapar la corrupción propia y ajena como ahora en el fragrante caso de Cantabria, tragar con la barbarie de la UE, meterse con el “malvadísimo” Putin para hacer el caldo gordo al imperio,… Lo de los pinganillos no es solo una anécdota desafortunada sino fiel reflejo de lo que el PP y Feijoo opinan de la Cultura española y de su instrumento, la lengua común. La imagen del actual deterioro moral, intelectual y político del PP que cínicamente perpetra estas felonías mientras promueve que la plebe se manifieste en contra de ellas.
Sin visión geoestratégica diferente el PP está merced de la tormenta. Todo un suma y sigue tenebroso que parece recordar el comienzo de la Divina Comedia: “Lasciate ogni speranza, voi ch’entrate” («Abandonar toda esperanza, quienes aquí entráis»)
Sin embargo, los periodistas ditirambo alabanciosos del pesebre están contentos. O eso nos dicen. Podría haber sido peor. Pues sí podría. El líder pudiera ser mejor, desde luego seguro que sí, pero incluso vale para un apaño tente mientras votas. No obstante, con autocares para trasladar a las gentes desde provincias y con una cantera de más de un millón de votos solo en Madrid, la asistencia es discreta, reducida, menguante. Salvo que entonces hubiera habido notable pucherazo a su favor.
No parece que la manifestación mitin de ayer sirva para crear una opinión pública digna de tal nombre que es la base social de una auténtica democracia justa y progresiva y permita una auténtica alternativa de gobierno. El problema de la derecha española no es solo de fulanismos, ni se resuelve sacando del trastero glorias vintage. Es de ideas, de lo que ha sido y debe ser la nación española y de cómo actuar para fortalecer los legítimos derechos del pueblo. Y, por supuesto, de voluntad de aplicar esas ideas.
El PP no deja de ser cómplice de este deterioro al que ha contribuido con su propia acción de gobierno y con su inacción presuntamente opositora. Hoy al aceptar el globalismo, la corrupción, las leyes contra natura, el pasotismo ante los pucherazos, la ruina del sector primario, la ideología woke, o … la infame agenda 2030 es parte del problema que no de su solución. Mientras no se entienda esto me temo que habrá poco que hacer.
Cada cual tiene su opinión y la expone si le dejan. La mía sigue siendo que por mucha manifestación que convoque para disimular, el PP es una falsa bandera, forma parte del problema, no de su solución.
De un liderazgo masón solo es esperable la traqición