¿Hay alguna diferencia entre Bergoglio y Pablo Iglesias?

Aunque parezca una pregunta un poco extraña para muchos, la verdad es que tampoco seremos un puñado solamente los que estemos ya hasta el copete de estos dos personajes. Unos señores que dedican más sus esfuerzos a sacar adelante la misma agenda satanista que a preocuparse de verdad por los problemas de verdad del obrero, el enfermo y otros parias sociales, por más que digan y repitan que ésa es su preocupación y prioridad. Pero al final del día resulta curioso que los dos parezcan tener los mismos objetivos y el mismo rollo progre del que muchos de nosotros, como digo, ya empezamos a estar hasta las pelotas.

El Papa socialista, que no cristiano (no es lo mismo)

Es que no es normal. Escuches a quien escuches, de entre toda esta patulea de gente supuestamente importante, al final sales con la misma sensación. Que son unos progres y que te quieren imponer su visión progre de la movida. No puedes llegar a otra conclusión. Por lo tanto, llega un momento en el que es bastante lógico preguntarse de dónde vienen tantas semejanzas. Por qué estos personajillos tienen tanto en común y ni siquiera lo disimulan, para qué, si el ciudadano medio no sabe ni de dónde le vienen las tortas.

Muchos recordamos ese famoso tweet del Coletas sobre Bergoglio, cuando aún le importaba a alguien lo que dijera o dejara de decir, en el que alababa directamente el rollo multiculturalista del migratorio Bergoglio.

¡Bravo, Bergoglio!

Así ensalzaba la figura de otro pasmarote como él colocado por los mismos, los arquitectos de la puñetera agenda transhumanista, que son los que les pagan la nómina con nuestro dinero. Y la pregunta que todos deberíamos hacernos, cristianos o no. ¿Es normal que tengamos un Papa que dice exactamente lo mismo que todos los comunistas del mundo? Y otra pregunta que también me surge y que pone en común a estos dos leninistas mencionados:

¿Han pagado las farmacéuticas a Bergoglio y Pablo Iglesias para que se dediquen a vender por todo el mundo?

Bien es verdad que los estilos son muy diferentes, ya que la criatura coletosa va más de frente y te dice que hay que obligar al personal a hacer lo que sus jefes digan. Por su parte, el otro jeta va más de buenas y te dice que lo hagas por amor. Que meterse cualquier brebaje por la vena es un acto de amor. Porque lo dice él, claro, que tiene todos los cursos de Medicina a falta de dos asignaturas.

Y lo mismo se puede decir de su compañero de Internacional Comunista, un bien pagado que va pasando de puesto en puesto y parece que asciende más conforme la gente le quiera menos. Es una cosa acojonante lo del transgénero Iglesias, apodado el macho alfa, al que ya no quiere nadie ni en su pueblo.

Jamás se meten a explicar a fondo el porqué de tantas cosas que no funcionan en su paraíso multiculti

Resulta muy curioso que los dos personajes también pongan siempre el foco en lo que le interesa al poder y no en el verdadero origen de las situaciones. En el tema de la pandemia, por ejemplo, se centran muchísimo en las personas que vamos en contra del discurso oficial, pero en ningún momento se meten en el fangal de por qué estamos tan escépticos ni pretenden demostrar que sus bichos voladores y sus remedios no caseros sencillamente son infumables. No hay por dónde cogerlos.

Y lo mismo se puede decir del tema migratorio. Jamás se meten a explicar a fondo el porqué de tanto descontento social y tantas cosas que no funcionan en su paraíso multiculti. Simplemente se limitan a echarnos la culpa a los que ya estamos sosteniendo un sistema insostenible y a socavar todavía más las fronteras y el poco Estado de Derecho que nos queda. Uno desde el bando morado o rojo y el otro desde una sotana blanca, pero ambos muy bien coordinados en un ataque de pinza que nos pilla a las mayorías en el medio.