Dicen que el gato escaldado huye hasta del agua fría y, como gatos escaldados que somos todos, deberíamos empezar a planificar lo que hacer, tal y como se está poniendo el panorama.
Y es que parece que todos los movimientos que vamos viendo se dirigen todos hacia un mismo destino: repetición de la farsemia. Por un lado, los medios han estado calentando motores este verano diciéndonos que habían aumentado los contagios y las compras de test se habían multiplicado de forma exponencial.
El run-run ha estado más aderezado, si cabe, cuando nos han empezado a hablar, también, de la aparición de nuevas variantes, como la variante «pirola». También nos encontramos con esto que se pretende hacer desde la Unión Europea.
Después están los supuestos e inesperados contagios de dos «inmunizados», como la esposa del presidente estadounidense, Joe Biden, y Pedro Sánchez, preparando el escenario para el invierno.
Pero si tienen algo estos agendistas, es que ya no disimulan. ¿Qué nos dicen de estas palabras de Biden, pidiendo más dinero para «atajar» la nueva farsemia que se avecina?
Como bien dice el dicho: «Blanco y en botella, leche toda ella».
Blanco y en botella…