El dramático incendio ocurrido en la isla de Hawái en los últimos días se ha llevado por delante la vida de, al menos, 93 personas, además de haber provocado cuantiosos daños materiales.
Acerca de las causas y orígenes de este incendio, todos nosotros hemos podido ver vídeos sumamente sospechosos del inicio de los mismos, además de los vídeos en los que podíamos comprobar cómo, de forma sorprendente, los incendios afectaban a las viviendas más humildes, respetando incluso los árboles de su alrededor y las lujosas mansiones que muchos famosos multimillonarios estadounidenses tienen por la zona.
Sobre este asunto, el gobernador del estado, el Demócrata Josh Green, cuyo apoellido ya habría sido la bomba si se le hubiera añadido la palabra «peace», ha hecho unas declaraciones que, como mínimo, son un tanto curiosas.
- Green contó a CNN: «Es un producto, en mi opinión, del calentamiento global combinado con la sequía, combinado con una supertormenta, donde tuvimos un huracán a varios cientos de millas de la costa, generando grandes vientos».
Como podrán comprobar el asunto de la farsemia climática le está viniendo a toda esta gente agendista al pelo. Curiosamente, aprovechan cualquier asunto para colarnos el temita de marras, como si no hubiera un mañana.
Otro ejemplo, la cadena estadounidense CBS repitiendo lo mismo como papagayos.
Y aquí en España, con el asunto del incendio de Tenerife, más de lo mismo.
Este judío de Nueva York ya ha dicho la frasecita cínica que subsigue a todos los actos terroristas, catastróficos, asesinos y bélicos encubiertos del globalismo sionista, el ‘build back better’ (reconstruir mejor).
https://t.me/HenkDeJong/268589
Con judío de NY me refiero al propio señor «verde». «Gobierna» la isla un ser sin la menor vinculación étnica ni histórica con esa tierra, colocado ex profeso para la «agenda» (como en todas partes).
EEUU se anexionó Hawái por las buenas en 1959 (por lo visto ni siquiera existe un tratado de adhesión). Y está a punto de convertirse en la prueba material de las pocas décadas que le cuesta a la Peste incontrolada reducir una civilización a cenizas (literales), esclavitud, muerte, y desaparición bajo otro engendro hecho «a su imagen y semejanza».
Como en las islas no hay escapatoria, van a utilizarlas de conejillo de indias para construir sus proyectos enfermos y satánicos.
Primero las queman literalmente y las dejan a merced de hordas de invasores, y luego con todo en su poder crearán sus modelos de establo cárcel para el ganado humano (que habrá reducido su número tras el fuego, la violencia, «pandemias» y «vacunas»). Una vez logrado en islas famosas y ciudades piloto de tamaño asequible, venderán el invento como «única forma de vida posible».
Y todo porque no se les expulsó ‘better’.